Liliana Fernández, Lara González, Ariadna Edo, Lidón Muñoz, Lola Riera, Teresa Bueso, Vega Gimeno, Sandra Paños e Ivana Andrés son algunas de las deportistas de la Comunitat Valenciana que proyectan su figura hacia la cita Olímpica y Paralímpica asiática
VALÈNCIA.- La clausura de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Río de Janeiro 2016 fue el inicio de la cuenta atrás hacia la era tecnológica de Tokio 2020; eso de la digitalización y una nueva forma de organizarlos lo desvelaron entonces los responsables japoneses. Cuatro años por delante. Ciclos que comenzaban de nuevo. Retos que se activaban. Sueños que nacían. Precisamente esas ensoñaciones se proyectan hacia la realidad del horizonte de Japón, para el que casi sin caer en la cuenta ya solo restan dos años. Y el tiempo pasa volando.
El nivel de participación y de éxitos de las deportistas españolas mantiene una línea ascendente e incontestable desde Barcelona 1992. Más participación, más talentos emergentes y más éxitos. El papel de la mujer en el deporte es mayúsculo. Y en la Comunitat Valenciana ha habido, hay y habrá, una riqueza enorme de grandes deportistas en todo tipo de disciplinas. Algunas de las mujeres, guerreras siempre, que tienen una proyección clara hacia los Juegos de Tokio 2020 son protagonistas en este artículo.
Liliana Fernández Steiner (Benidorm, 1987) es pura convicción sobre la arena y un referente mundial del vóley playa junto a su compañera Elsa Baquerizo. Esta dupla fue la primera pareja femenina española que participó en unos Juegos Olímpicos. Fue en Londres 2012. Y repitieron en Río de Janeiro 2016. «Unos Juegos son una experiencia inolvidable. Los de Londres los recuerdo como más irreales: solo llevábamos tres años en el circuito mundial y el objetivo era ir poco a poco, pero lo que sucedió fue que fuimos muy rápido y nos clasificamos para Londres. Fue una pasada y todavía hoy no lo termino de asimilar; competimos muy bien. En Río, estábamos más realizadas; la fase de grupos la jugamos increíble, ganando todos los partidos. La pena en el cruce fue que nos pusiéramos nerviosas, porque hicimos un partido muy bueno e igualado», recuerda Lili.
Sobre la arena brasileña, bajo la lluvia, rugiendo la grada local impulsando a Bárbara y Agatha y pretendiendo amilanar a las españolas, se presenció, si no el mejor, uno de los mejores partidos de aquellos Juegos. Ni el agua, ni el público, ni la presión frenó la inquebrantable garra de Lili y Elsa. Rotundas en todo aquella tarde noche en Río para ganar 2-0 (21-17 y 22-20). Bravas. Épicas. Perfectas. Bizarras, ganaron a las brasileñas y se pusieron líderes de grupo.
* Lea el artículo completo en el número de agosto de la revista Plaza