entrevista al alcalde de ontinyent

Jorge Rodríguez: "No entendería que la Generalitat volviera al mercado asiático a comprar mascarillas"

20/07/2020 - 

VALÈNCIA. A Jorge Rodríguez (Ontinyent, 1979) le cambió la vida el 27 de junio de 2018 cuando, siendo presidente de la Diputación de Valencia y alcalde de su ciudad, fue detenido por un presunto caso de corrupción en la corporación provincial por el nombramiento de siete altos cargos en la empresa pública Divalterra. Forzado a dimitir en la Diputación, se refugió en su Ontinyent natal donde asegura que se siente feliz —"aquí me quieren"—, a pesar de que, desde ese día de hace dos años, nada ha sido fácil en lo personal —perdió a sus padres— y en lo profesional.

Abandonó el PSPV después de 20 años de militancia cuando, en abril de 2019, se levantó el secreto del sumario del caso Alquería, una semana antes de cerrarse las listas electorales municipales, y fue defenestrado como candidato a la Alcaldía de Ontinyent, que ocupaba desde 2011. Tuvo tiempo de presentarse con un nuevo partido, La Vall Ens Uneix, y arrasó al lograr 17 de los 21 concejales de la Corporación. El PSPV quedó fuera. El primer año de la legislatura se prometía plácido pero ha sido una sucesión de desgracias: la Dana en septiembre, el temporal Gloria en enero y la pandemia de covid-19 a partir de marzo. 

Para hablar de la pandemia, de sus efectos en la economía, de sus objetivos con su nuevo partido y de sus excompañeros del PSPV, Jorge Rodríguez recibe a Valencia Plaza en el Ayuntamiento de Ontinyent y concede esta entrevista dividida en dos partes.


¿Cómo ha vivido la pandemia a nivel personal y como alcalde?

Bueno, creo que como todo el mundo, con mucha preocupación, tanto desde el punto de vista de la asunción de una crisis sanitaria como por las repercusiones que sabemos que la crisis iba a tener. Es una repercusión importante en materia de bienestar social y de empleo. También desde desde la esperanza de intentar ver si conseguíamos que, al menos, se minimizaran los casos. Y, por otra parte, íbamos ya preparando el día de después para tratar de hacer frente a la crisis social y económica que se derivaría del confinamiento.

Ontinyent no ha sido uno de los lugares más castigados...

No, realmente no. Hemos tenido un total de seis muertes, que, siendo una cifra dramática porque cualquier muerte es dramática, ha sido una zona en la que ha estado bastante controlada la enfermedad.

Los contagios no dejan de aumentar. ¿Teme un nuevo confinamiento? ¿Lo soportaría la economía?

"La sensación que me ha dado es que nos confinaron de una manera muy abrupta y que, probablemente, las prisas por poner en marcha la economía han llevado a desescalar de una manera muy rápida"

A mí la sensación que me ha dado es que nos confinaron de una manera muy abrupta y que, probablemente, las prisas por poner en marcha la economía han llevado a desescalar de una manera muy rápida, lo cual no deja de hacer pensar que puede que nos veamos nuevamente confinados, aunque creo que no viviremos un confinamiento de igual dureza que el que hemos tenido. Pero el que pueda haber medidas de limitación de derechos y libertades no me extrañaría nada.

¿Cómo ha afectado la pandemia a la economía de Ontinyent?

Aquí hay dos partes. En lo que respecta al sector servicios, la hostelería, como en todas partes, quitando que nosotros realmente no tenemos muchos ingresos que deriven de turismo, Ontinyent no es una ciudad que tenga una parte importante turística y, por tanto, los recursos que hay, digamos, son los de la propia gente de Ontinyent o de poblaciones vecinas. Y en cuanto a la industria, creo que ha habido una oportunidad que la industria del textil y de otros sectores ha sabido aprovechar muy bien, que ha sido la producción de 'epis', de mascarillas especialmente pero también de otro tipo de 'epis'. Eso ha permitido que muchísima gente que estaba en ERTE pudiera salir antes, puesto que hacían falta trabajadores y trabajadoras para continuar con esa producción.

¿Cómo está la situación en estos momentos?

Sabemos que queda bastante gente en ERTE todavía, que la industria ha resistido bastante bien... Pero nos preocupa mucho, mucho, el mes de septiembre y octubre, porque a mí lo que me cuentan muchos industriales es que en este momento están todavía respondiendo a demandas previas al decreto del estado de alarma o muy ligadas a la necesidad de 'epis'. Pero claro, en la medida en que no consigamos que exista una demanda sostenida en el tiempo que permita de alguna forma amortizar las inversiones que se han realizado o no existan nuevos mercados, vamos a tener un problema. Lo vemos con cierta preocupación porque por muchas medidas que desde el Ayuntamiento, desde la Administración general se puedan hacer, al final la economía la mueve el hecho de que la gente mira al futuro con una cierta tranquilidad y estabilidad. Nadie se va a poner a gastar sus ahorros si no sabe qué va a pasar en el mes de octubre.

 
¿En qué consiste el Clúster Textil Sanitario presentado recientemente por el Ayuntamiento y la patronal Ateval?

Lo que se pretende sobre todo es consolidar una oportunidad que surgió de una manera muy improvisada. Las empresas de Ontinyent empezaron a hacer mascarillas o empezaron a trabajar en equipos de protección un poquito sobre la marcha, con los materiales que tenían, con el tipo de maquinaria de la que disponían, etcétera. De alguna manera lo que se pretende es dar las herramientas a las empresas para que se puedan mantener en el tiempo esa producción, pero no como una producción que sustituya a la de la empresa. Es decir, las empresas que se dedican a hacer textil hogar van a continuar haciendo textil hogar, pero van a poder tener una nueva línea de trabajo textil sanitario. De manera que lo que se articula a través de ese convenio es la creación de una oficina técnica que les permita conocer todo tipo de certificaciones, homologaciones, licencias, etcétera, que van a necesitar. Por otra parte, realizar un viaje de prospección a la feria más importante que haya en el sector sanitario. También, preparar jornadas específicas de formación, puesto que entrar a trabajar en el textil sanitario supone un cambio de la propia cultura empresarial y también supone unos requisitos mucho más exigentes, por lo que se prevé celebrar tres jornadas, una de carácter técnico, otra de carácter más comercial y otra de destinada más a la innovación en el textil sanitario y en los sectores afines. Y, por otra parte, se prevé también la implantación a través de una consultora de la ISO 13.485, que es la ISO que va ligada al textil sanitario, y al mismo tiempo, unas ayudas que gestionaremos desde el Ayuntamiento destinadas a poder sufragar los gastos en que han incurrido las empresas en materia, sobre todo, de certificaciones. Hay que tener en cuenta que la gente se puso a hacer mascarillas como buenamente podía. Las mandó a Aitex para que fueran homologadas y tuvieran las certificaciones. Y eso tuvo un coste. Por tanto, se intenta ayudarles con la subvención de mil euros a hacer frente a esos costes. Además, es un convenio de dos años, para intentar que no sea flor de un día sino que consolide una línea de negocio.

"Lo que hay que hacer, en vez de poner palos en las ruedas, es trabajar para que la gente de Ontinyent y del conjunto de la Comunidad tenga oportunidades de empleo"

Su paisana Rebeca Torró, secretaria autonómica de Economía, informó en contra de este clúster porque sobrepasa el ámbito local y, además, la Conselleria está trabajando en un clúster sanitario en la Comunitat Valenciana que engloba otros sectores. ¿Se han aclarado?

Creo que era tan sencillo como leer. Realmente, nosotros pedimos un certificado de no duplicidad, puesto que los ayuntamientos no tenemos competencia en materia de industria, como no tenemos competencia en materia de educación y estamos haciendo colegios, no tenemos competencia en materias sociales y estamos construyendo centros sociales... En este caso, hemos arbitrado diferentes tipos de ayudas, ayudas para la elaboración de catálogos y participación en ferias dirigidas a las industrias, ayudas para autónomos..., todas ellas fuera de nuestras competencias. Y la ley obliga a pedir un certificado de no duplicidad. Se pidió el certificado de no duplicidad y el certificado se obtuvo con el nombre del convenio, es decir: 'no hay duplicidad para que se pueda firmar el convenio de creación del clúster sanitario del textil de Ontinyent, tal, tal, tal'. Con lo cual entendemos que no hay ningún problema, más allá de que una persona tenga ganas de perder el tiempo. Yo creo que lo que hay que hacer, en vez de poner palos en las ruedas, es trabajar para que la gente de Ontinyent y del conjunto de la Comunidad tenga oportunidades de empleo.

¿Quién es el empresario Chen Wu Keping, desconocido fuera de Ontinyent hasta que saltó a la fama en plena pandemia como proveedor de material para la Generalitat?

Es la persona que tiene la propiedad del Centro Comercial El Teler y una persona muy dinámica con la que hemos trabajado en muchas cosas, sobre todo porque hubo un momento en el que realmente peligró el centro comercial y se plantearon incluso cerrar, antes de que el grupo de Keping lo adquiriera. Por tanto, una persona que nos ha ayudado siempre todo lo que ha podido.

Es proveedor de la Generalitat de gran parte de material de protección, importado de China. En cierto modo, hace competencia a la industria de Ontinyent...

Bueno, habría que diferenciar dos momentos. El primero es el momento en que no había previsión por parte del Gobierno de España y, por tanto, cuando la pandemia llegó o cuando se dieron cuenta de que la pandemia llegaba, no teníamos capacidad de reacción inmediata para contar con mascarillas, con las 'epis' de los sanitarios, etcétera, con lo cual hubo que comprarlas, en este caso de China. Cosa que nosotros entendemos perfectamente, y que además se pagará por encima del precio, costara lo que costara, porque en ese momento no había capacidad de reacción que no fuera a través de terceros países. Lo que no entiendo es que ahora, a día de hoy, se pueda seguir importando cuando tenemos capacidad de producción no solo en España, ya en la propia Comunidad Valenciana. No entiendo que la Generalitat pueda comprar mascarillas de Euskadi, de Mondragón, en vez de comprarlas de la Comunidad. Y lo que no entendería es que, si vuelve a haber un rebrote, tuviéramos que acudir nuevamente al mercado asiático para proveernos. Deberíamos tener aprendida la lección de que, por una parte, todo no se puede deslocalizar, y que una vez hemos conseguido que mucha de esa industria se cree en la Comunidad Valenciana, tenemos que aprovechar la oportunidad. Por tanto, hubo dos momentos, uno primero en el que entiendo que se acudiera a cualquier mercado para proveer al conjunto de la población, y a los sanitarios especialmente, de los equipos de protección, y el segundo en que, en mi opinión, ya no tendría sentido ir a mercados terceros cuando lo puedes generar tú mismo.

¿Qué valoración hace de la gestión de la crisis que ha hecho el Gobierno español?

Imagino que cualquier Gobierno que hubiera estado lo habría hecho de una forma parecida. Desde un punto de vista municipal, lo que más hemos echado en falta ha sido una claridad normativa en lugar de una profusión de normas tal que hacía prácticamente imposible su aplicación. Durante el decreto de alarma se han publicado 209 normativas diferentes. Y por otra parte, creo que sobre todo en la desescalada, ha faltado un mayor control. 

"Estoy un poco cansado de oír a todos los políticos llenarse la boca de lo importante que es el municipalismo, pero a día de hoy, ayudas que hayan venido del Gobierno o de la Generalitat para hacer frente a los gastos que hemos tenido, bien pocas"

¿Y el Gobierno valenciano?

Tenía la competencia sanitaria y creo que se ha ejercido de manera muy competente. Donde espero que tengan ojo es en lo que viene ahora, que es la reconstrucción. A mí me preocupa mucho que, por ejemplo, las ayudas a los autónomos en su momento, que eran imprescindibles, acabaran saliendo de la partida que tenía la industria, 32 millones de euros, que se quitaron a la industria para pasar autónomos. Eso me preocupa. O me preocupa, por ejemplo, lo que comentábamos antes, que están hablando del clúster de la salud o de los sanitarios pero a día de hoy no haya nada más que palabras. Me preocupa casi más cómo se gestione la reconstrucción que otra cosa. Y, sobre todo, me preocupa mucho qué papel nos van a dar a los ayuntamientos, porque estoy un poco cansado de oír a todos los políticos de España o de la Comunidad llenarse la boca de la autonomía municipal, lo importante que es el municipalismo y tal, pero lo cierto es que, a día de hoy, ayudas que hayan venido del Gobierno de España o de la Generalitat a los ayuntamientos para hacer frente a los gastos que hemos tenido, bien pocas. Incluso se quiere echar mano de los ahorros del superávit por parte del Gobierno de España.

¿Qué le parece esa última propuesta del Ministerio de Hacienda respecto a los remanentes de los ayuntamientos? 

Una burla. Simplemente demuestra, primero, el desconocimiento de las personas que nos gobiernan respecto del ámbito municipal, y segundo, que no se cree en el municipalismo. Que ya no puedas ni gastar tus propios ahorros me parece una vergüenza, y que además el Gobierno eche mano de ellos para devolverlos en los próximos diez años... Yo no le puedo decir a un ciudadano de Ontinyent que se ha quedado sin trabajo que esté tranquilo, que en los próximos diez años podrá recibir ayudas. Realmente me parece una burla, que además me extraña que venga de un partido como el PSOE o de un partido como Podemos, que siempre se han llenado la boca de municipalismo.

La pandemia sepultó otra tragedia ocurrida en Ontinyent meses antes, la de la Dana. ¿Cómo va la reconstrucción? 

Pues estamos comprando las casas de la Cantereria. Llevamos 17 ó 18 y nos quedan por comprar hasta 44. Es una actuación muy bonita, comprar toda la zona inundable, demolerla y hacer un parque. Y todo eso más o menos son 3,2 millones de euros. Llegamos a un acuerdo para asumir el 50 por ciento el Consell y el 50 por ciento nosotros, y estamos ahora cerrando ese convenio con Dalmau. Será un proceso largo, porque hay que comprar, hacer el proyecto... También los taludes, que se desprendieron con el temporal Gloria que vino después. Todavía estamos reparando caminos.

Justo antes de la pandemia se produjo un choque entre entre su partido y el PSPV durante la renovación de la Asamblea de Caixa Ontinyent que recordó a aquellas viejas luchas por el control de las cajas de ahorros...

Yo creo que es otra de las torpezas de cuando se quiere dar importancia a cosas que no la tienen. Estábamos eligiendo a 40 miembros de la Asamblea, de los cuales dos se iban a decidir desde la Fundación Universitaria. Por tanto, realmente, eso ni quita ni pone rey. A la hora de la verdad, hubo dos propuestas y ganó la propuesta que nosotros hacíamos. En cualquier caso, a nosotros lo que más nos importa de Caixa Ontinyent es su estabilidad. Ha conseguido superar los tsunamis de toda la crisis anterior y esperemos que pueda continuar adelante. Nosotros lo que queremos es que cuanto menos intromisión haya, mejor.

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