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entrevista a la directora gerente de la Asociación de Fabricantes y Exportadores de Muebles (anieme)

Amparo Bertomeu: "Si Feria Valencia se privatiza, los certámenes como Hábitat desaparecerán"

2/12/2019 - 

VALÈNCIA. Las tres décadas que lleva al frente de la Asociación Nacional de Fabricantes y Exportadores de Muebles (Anieme) convierten a Amparo Bertomeu en una de las principales voces autorizadas para analizar el negocio ferial. Abogada especializada en Mercantil y en Derecho Marítimo, la mayor parte de su carrera se ha enfocado en la internacionalización de las empresas del mueble, un sector por el que no disimula sentir verdadera pasión.

En Anieme ha sido testigo directo de los efectos de las dos últimas grandes crisis, la de principios de los noventa y la que en 2008 se llevó por delante a no pocas empresas de un sector tradicional y atomizado, pero del que otras firmas han salido muy fortalecidas.

En este entrevista, Bertomeu reflexiona sobre el negocio ferial y sobre qué modelo de gestión debería adoptar Feria Valencia, incide en la necesidad de mantener la gestión profesional en alianza con los sectores más arraigados en el territorio, como el mueble o la cerámica, e invita a sumar esfuerzos para que la capitalidad mundial del diseño no se quede en un evento puntual, sino que se perpetúe como el motor de una economía basada en la creatividad y la innovación.

–Probablemente no haya muchas personas que sepan más sobre ferias que usted...

–Mi visión es desde el punto de vista sectorial, pero siempre estamos conectados con la institución ferial. El mueble ocupa muchos metros y en todos los certámenes a nivel mundial somos clientes importantes por el volumen de metros que ocupamos. Siempre somos clientes muy fuertes. En Milán ocupamos entre 7.000 y 8.000 metros y en València, para la edición 2020 de Hábitat hemos tomado la decisión consensuada, conjunta, meditada y arriesgada, de abrir dos pabellones más, uno para el textil, pero con una superficie de más de 80.000 metros cuadrados.

–Tras la separación de Cevisama, ¿volverá Hábitat a brillar con la intensidad que lo hizo la Feria del Mueble?

–Hace tres años nadie apostaba ni un céntimo de euro por él y darle la vuelta está siendo realmente complicado. Estamos en la vía de conseguirlo, pero conseguido aún no está porque no está totalmente consolidada. Eso para mí es el éxito: cuando el certamen se ha consolidado y los clientes vienen por ellos mismos porque el evento les resulta rentable y a los demandantes de ese tipo de producto les atraes por la cantidad de oferta que tienes, que es variada. Esto nos diferencia de otros certámenes que hay en el mundo.

–Hábitat ha estado a punto de desaparecer como feria, ¿cómo se ha conseguido esa resurrección?

–La Feria del Mueble era el meeting point donde todos los agentes del sector se daba cita. He conocido empresas que en los días de feria llegaban a hacer en volumen de ventas el 60% de su facturación anual. Es un lujo que nos recuerdan los viejos del lugar, entre los que me incluyo. No existían ni siquiera Ifema como tal. En ese momento, la relación calidad-precio de nuestro mueble era muy muy competitiva.

–¿Y qué pasó?

–El mundo empezó a cambiar. En la crisis de los noventa ya desaparecieron determinadas empresas. Pero el agradecimiento de Hábitat empezó en 2008 por el cierre de las empresas, la proliferación de ferias que estaban compitiendo con nosotros como Colonia, Milán, París... Cada ciudad empezó a involucrarse con certámenes y con eventos feriales, no solamente del mueble, en simbiosis con la propia ciudad. Todo el mundo se había dado cuenta de que una feria importante en una ciudad tiene un impacto económico y un retorno muy importante a todos los niveles. Por eso casi todas las ciudades tienen un recinto ferial importante y acaban produciendo una especie de simbiosis, porque cuanto más potencian sus ferias, más retorno a nivel económico e impacto hay para la ciudad.

–¿Fue acertada la decisión de cambiar las fechas de septiembre a febrero junto a Cevisama?

"feria valencia no tiene ánimo de lucro, pero no puede tener ánimo de pérdida. Ha de ser rentable"

–Si se mantenían en el mes de septiembre, donde teníamos la pujanza también de otras ferias alrededor, ni había masa crítica ni confianza en que el certamen pudiera ofrecer algo a los expositores en una situación en donde además había que mirar con lupa cada euro que se gastaba. Hablar a toro pasado es fácil, pero en un momento dado nos dimos cuenta de que había que volver a al momento en el que todos nos situaban. Era un camino duro volver a ir solos y había que ser valientes. Pasamos tres años muy malos porque había que convencer a la gente de que merecía la pena apostar por una feria Hábitat en Valencia cuando la crisis estaba siendo sangrante, estaban cerrando un montón de empresas, las ventas en las ferias no funcionaban como anteriormente y había también otros sistemas de promoción muy diferentes.

Y luego los precios de las ferias, que son tremendos. Teníamos que buscar un hueco, un modelo que sirviese para revitalizarlo. Daniel Marco está haciendo un trabajo extraordinario como gerente del certamen y está resultando difícil. Pero estamos consiguiendo abrir una ventana al exterior. Y ahí es donde estamos haciendo una inversión muy grande y la verdad es que hasta ahora estamos teniendo por parte de las empresas un retorno es muy positivo. Es mejor una feria que sea como una especie de bombonera, porque las ferias muy, muy grandes como Milán se han deshumanizado.

–¿Cómo ha salido el sector de la crisis?

El mueble es un sector muy maduro, tradicional. Cuando una empresa cierra no se abre otra empresa de muebles. Ese es el problema, son sectores maduros que, además, necesitan mucha inversión. También hemos tenido en estas épocas de crisis empresas que han surgido en el momento de la propia crisis y que están evolucionando con unas facturaciones muy buenas. Menos inversión en lo que es la parte productiva y de industrialización y más inversión en promoción y en editoras que subcontratan la producción.

Un problema del cierre de nuestras empresas junto con la crisis ha sido que muchas empresas estaban fabricando lo que ellas pensaban que el mercado demandaba. Pero tú no te puedes orientar hacia tu producto porque es lo que tú sabes hacer; te tienes que orientar a lo que el consumidor está demandando.

–¿Cómo es la relación de su sector con Feria Valencia como institución?

"Nuestro sueño es ser una de las dos ferias de referencia internacional junto a Milán"

Estrechísima desde siempre porque en un momento dado decidimos que, aunque surgieran muchas ferias, en el mercado nacional solo íbamos a apostar por una feria porque nuestro core business es la internacionalización. Si empiezas a disparar a todo lo que se mueve, al final no consigues cazar nada. Entonces decidimos poner el foco donde estaba el mayor clúster de empresas, alineados con la zona de Murcia. Las otras ferias tienen que decidir cuál su hueco. El nuestro es oferta nacional e internacional, ocho pabellones, 80.000 metros cuadrados en 2020 y tratar de atraer el máximo número posible de clientes extranjeros para que la tomen como referencia. Nuestro sueño sería ser una de las dos ferias de referencia a nivel internacional: Milán en el primer semestre y València en el segundo. No sé si es utópico, pero hay atributos que nos podemos atribuir en España como la creatividad y la innovación. En sostenibilidad y ecología los países nórdicos ya nos han cogido la delantera y en tecnología nos la ha cogido Alemania. Queda mucho por hacer. Necesitamos a los fabricantes a nuestro lado.

–Dice que los precios de las ferias son excesivos...

El precio del suelo en Valencia es tan competitivo como el de Zaragoza en nuestro sector. Al precio que se está cobrando, sinceramente, yo creo que en algún momento habrá que tomar una decisión valiente cuando se consolide para intentar subir. ¿Qué es mejor, tener una feria como València llena con todo el movimiento que genera a un precio de alquiler razonablemente económico? ¿O poner un precio muy alto con el que nadie pueda exponer? Nuestro sector está muy empobrecido; el margen de beneficio del mueble no tiene nada que ver con ningún otro sector.

–El Consell está en plena redefinición del modelo de gestión de Feria Valencia ¿Cuál es su opinión sobre cómo ha de ser ese modelo?

Siempre he pensado que las ferias están al servicio de la comunidad, porque no podría ser de otra manera. La feria tiene que estar tanto al servicio de la comunidad como de los sectores económicos productivos de la zona. La feria tiene que ser de interés general, con lo cual el modelo público, desde mi punto de vista es correcto. Las ferias alemanas o italianas son públicas y se gestionan siempre con criterios profesionales. Tú puedes tener una matriz pública, que sería Feria Valencia, y eso puedes conjugarlo con operadores privados para determinados eventos. Y habrá unos certámenes que serán de gestión propia, como Cevisama o Hábitat, en alianza con las asociaciones sectoriales más profesionales porque hacemos de locomotora para que los sectores vengan.

–Por lo tanto descarta una privatización total del recinto...

"una institución ferial totalmente privatizada no es posible porque no ha funcionado en ninguna otra parte del mundo"

Soy muy partidaria de encontrar un equilibrio, porque hay que rentabilizar el certamen. Una privatización total es imposible; si ahora viene un operador externo a organizar Hábitat con un coste de 260 euros el metro cuadrado se carga la feria porque el sector del mueble no lo puede pagar. Ese modelo de institución totalmente privatizada no es posible porque no ha funcionado ni funciona en ninguna otra parte del mundo. Todos los modelos que funcionan son los que compaginan una gestión profesional en donde el recinto conserva la parte más estratégica de los diferentes certámenes, pero lo hace compatible con la iniciativa privada.

–¿Con un consorcio, una fundación o una empresa mixta?

Una sociedad de titularidad 100% pública pero con gestión profesional. Con la posibilidad de crear alianzas con operadores externos para determinados certámenes y para la creación de determinados eventos, pero no que entrase un operador privado a gestionar eventos como el nuestro de tradición y arraigo como Cevisama, Iberflora o FIMI, que tienen que ser gestionados por la propia feria en alianza con las asociaciones sectoriales. Un operador privado no podría bajo ningún concepto mantener los precios a los que nosotros estamos comercializando el mueble porque ellos van sólo a la rentabilidad económica. Nosotros la rentabilidad la haremos al servicio de los sectores económicos, pero también al servicio de la comunidad.

La feria, obviamente, no se tiene que convertir en una fundación porque no tiene ánimo de lucro, pero lo que no puede tener es ánimo de pérdida. Tiene que rentabilizar lo que se ha invertido, pero tampoco tiene que repartir dividendos. Si es de titularidad pública, no tiene que repartir dividendos a los accionistas. Tú mete un operador privado y, como no tengas dividendos desde el primer año, adiós.

–Pero eso no tan distinto del modelo actual...

No es tan diferente, pero según las alianzas que se puedan dar de cara al futuro, puede variar. Aquí todo está inventado.

–¿Qué operador privado vendría a plantear un certamen con un nivel de precios que no fuera viable?

Los operadores privados no son tan sensibles a la situación de cada uno de los certámenes porque no la conocen. Hay que saber también conocer la sensibilidad de cada uno de los sectores porque son diferentes. Un operador privado quiere rentabilidad total, quiere que el espacio esté cubierto como sea 365 días al año.

–En algún momento se planteó la posibilidad de que los sectores entrasen en el accionariado si se creara una sociedad mixta...

Nosotros participamos al cien por cien en la cogestión, pero en el accionariado no es actualmente posible. Creo que nosotros somos el sector estrella en la cogestión con la institución ferial. Entrar en el accionariado eso ya supone otro modelo diferente; hoy no es posible, si se plantease una sociedad mixta, habría que valorarlo.

–¿Le han ofrecido la presidencia de Feria Valencia?

Hay tantos bulos por ahí en ese sentido... Yo estoy siempre disponible al mil por cien de Feria Hábitat Valencia. A mi no me ha llamado nadie, tampoco me he postulado. Si se busca un presidente no ejecutivo, lo que necesita es un gran equipo profesional al frente, que lo tiene y se puede mejorar.

–Pongámonos en el caso de que dentro de dos meses está claro el modelo, que es público y que encaja con su visión... ¿Se lo plantearía?

"Si me ofrecen presidir feria valencia lo pensaré, pero nunca entro en un sitio para fracasar"

Aún hay discrepancias y mucha fontanería que resolver, pero si dentro de dos meses llegan a un acuerdo que encaja con mi ideología y alguien me llama y me lo ofrece, pues me lo pensaré. Yo puedo aportar know how, expertise y conocimiento, pero yo nunca entro en ningún sitio para fracasar. Yo jamás he fracasado en mi vida; por supuesto que he hecho cosas mal y cometido errores, pero fracasar nunca.

–¿Le gusta la gestión que ha llevado José Vicente González?

Ha destinado mucha parte de su tiempo libre, que afortunadamente lo tiene. Ha hecho muy bien una cosa, dejar hacer a los profesionales remunerados y ejecutivos que tiene dentro de la casa, porque si no hubiera sido imposible. A  todo el mundo le llega su momento y ha de saberlo. Estoy convencida de que la Feria le ha costado dinero por el tiempo no remunerado y porque renunció a todas las prebendas de la presidencia anterior.

–En industrias como la cerámica o en el agroalimentario hay mucho movimiento de entrada de fondos y capital riesgo, ¿por qué el mueble está al margen de estas operaciones?

Ya empieza a haber movimientos, pero no es demasiado visible. Ya hay fondos de inversión que han comprado. El detonante han sido que son empresas pequeñas, de tamaño familiar, algunas sin posibilidades de sucesión y otras con necesidades de capitalización o de gestión. Yo soy partidaria.

–¿Cree que vamos a ver más operaciones en el futuro?

Espero que sí, porque eso significará que esa parte de empresas que tienen esas carencias, las pueden subsanar y pueden volver a refundarse de alguna manera. Los fondos entran a reflotar y hacerlas crecer con el adn que tiene la propia empresa, pero en el sector no hay fusiones. Hay empresas que están funcionando bien y que están en el ojito de fondos de inversión potentes. Sí que hay y vamos a ver más.

–¿Qué espera de la capitalidad mundial del diseño de València

Hay que darle continuidad. No quiero que sea un evento, sino algo que tenga perpetuidad en el tiempo porque va a ser bueno para la ciudad y para los consumidores y va a quedar como un poso. Ya que hemos sembrado y hemos puesto el germen, vamos a darle longevidad para que las empresas que apuesten y quieran sumarse tengan en su base imponible las deducciones que les correspondan.

–¿Cómo se puede beneficiar el mueble de la capitalidad mundial del diseño?

"Hay empresas del mueble que están funcionando bien y están en el ojito de fondos de inversión"

Al mil por cien. Ha sido el sector promotor. Las empresas que más han apostado para poder poner este proyecto en marcha han sido las del sector del mueble, excepto algunos ejemplos como Torrecid o Zumex. El mueble estaba muy involucrado con el diseño. El diseño forma parte ya del ADN de las empresas a todos los niveles, desde el packaging hasta el diseño del producto, el diseño de la web, los renders,  el diseño de los proyectos para presentar a las licitaciones. Los promotores que han puesto dinero, aparte de la Generalitat y de la Alcaldía, ha sido el sector del mueble. Se va a beneficiar no más que los demás, porque es un proyecto tan transversal que va a beneficiar a todos, sobre todo a la ciudad y a la ciudadanía. La capitalidad está destinada a que sea perpetua en el tiempo para que la ciudad sea más sostenible, más atractiva y todos los sectores se puedan beneficiar porque todo se diseña, pero todos tendrán que ponerse las pilas para que todo funcione. No lo podemos hacer solo nosotros.

–¿Qué ha traído de bueno la crisis para las empresas del mueble que han sobrevivido a ella?

El fortalecimiento de todas ellas, la capitalización de las mismas, el no tener que depender de la financiación ajena. Sobre todo un gran fortalecimiento de las que han podido permanecer en pie porque ha sido muy duro.

–¿Cómo va a terminar el año 2019 el sector?

Vamos a acabar con datos positivos. Podemos acabar el año a nivel nacional con un crecimiento de las exportaciones por encima del 5,5 o 6% y la Comunidad Valenciana por encima porque su ritmo de crecimiento es superior a la media, sobre todo en mercados como Francia y Estados Unidos, que está teniendo un comportamiento buenísimo.

–¿Por qué se produce esa buena evolución en EE UU?

–Estados Unidos está pegando un subidón importante porque nuestro sector no ha sido sometido a aranceles por Trump, porque ellos necesitan importar muebles del tipo que estamos vendiendo y porque las empresas que han decidido en su momento abrir filiales propias, casi todas valencianas, está siendo muy intenso. Empresas como Gandia Blasco o Point lo están haciendo francamente bien.

Nos da un poco de miedo qué va a pasar con Alemania, que se ha enfriado y siempre ha sido el cuarto mercado para España en general. El Brexit del que todo el mundo habla, sin embargo, en nuestro sector siempre es más tardío porque es un sector de consumo duradero, en el que las decisiones no se toman de hoy para mañana. No nos está impactando tanto como pensábamos en un principio. De hecho, en el periodo enero-septiembre España ha crecido un 4,9% en Reino Unido, y la Comunidad Valenciana por encima. Después hay mercados como Marruecos, por ejemplo, que va fenomenal porque hay estabilidad y certidumbre política. El Gobierno está por la labor de que se fomente el turismo. Argelia sin embargo, está siendo un desastre justo por lo contrario.

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