VALÈNCIA. "España es el único país de Europa sin especialidades delimitadas dentro de la odontología". Así lo afirma Arturo Llobell, odontólogo valenciano, quien se ha convertido en una de las referencias mundiales en periodoncia y asesora a compañías multinacionales para diseñar implantes y prótesis utilizadas en todo el mundo.
Director clínico de Llobell Cortell, estudió en la Universitat de València para después especializarse durante cuatro años. Concretamente, en la Universidad de Pensilvania, una de las más prestigiosas en la disciplina. "La Universidad de Pensilvania no es muy conocida a pesar de ser una de las mejores universidades de Estados Unidos y a nivel global", señala Llobell.
Un programa al que aplicaban 120 personas y en el que solo cuatro fueron elegidas. "Fue un programa muy estricto. No es el sueño americano", recuerda. Terminó con el premio extraordinario de la promoción, le ofrecieron quedarse allí, pero su intención era volver con el conocimiento adquirido a la clínica familiar ubicada en València, aunque ha continuado vinculado a la prestigiosa universidad con una plaza de profesor.
Llobell está enfocado en la periodoncia, especialidad que se ocupa del diente y los tejidos que rodean el mismo -el periodonto- y los sustitutos. El periodonto son las estructuras que aguantan el diente, por lo que se engloba la regeneración de encías, de huesos, tratamiento periodontal, tratamiento de dientes, cirugía plástica de encías, implantes, y lo que con ella conlleva. Por el otro lado, la prostodoncia, su otra especialidad, son las coronas, carillas, rehabilitación y función.
Con 34 años recién cumplidos, este profesional valenciano ha hablado en prácticamente todos los congresos importantes sobre la materia. "Lo que yo he estado trabajando en València me ha dado lugar a pensar en nuevas formas de abordar determinados procesos", señala. En este sentido, asesora a universidades como la de Nueva York, en la que participó en una reunión cerrada con una veintena de invitaciones y a partir la cual se publicaron cinco artículos a nivel global.
"A la gente pareció que le gustó las cosas que enseñaba y me han ido invitando a diferentes conferencias en ámbitos científicos para sacar nuevos consensos y planes de tratamiento a nivel global", explica. Llobell señala que, a día se hoy, se va hacia tratamientos mucho menos invasivos que buscan dar la mayor predicibilidad posible. "Se trata de crear el menor traumatismo o molestia post-operatoria y el desarrollo de prótesis con superficies que dificulten mucho la adhesión bacteriana, y creen mayor estabilidad de tejidos y encía que permitan tener mejor estética", explican.
Llobell asesora en la actualidad a la compañía Nobel Biocare, empresa multinacional con la sede en Zurich y fábricas en Japón, Estados Unidos y Suecia. Se trata de la primera compañía que empezó con los implantes modernos hace 30 años y se ha mantenido como un referente en el mundo de la implantología y de la prótesis.
"De presentar las ideas que yo pensaba, esta compañía me llamó, pasé un proceso de selección de más de 100 personas y cuentan con mi opinión para diseñar los nuevos implantes. Eso es importante, porque lo que yo piense aquí en València es lo que se acaba haciendo en China o en Estados Unidos", apunta. "Esto es importante, porque o sabes muy bien el tema o los problemas que puedes crear son muy grandes. Tienes que estar constantemente al día".
En este sentido, señala la responsabilidad que esto conlleva. "Se acaba de hacer un nuevo implante y tiene muchas cosas que las miro y son mis recomendaciones. Vas a cualquier parte del mundo y ves que se están poniendo implantes con cuestiones que has dicho tú", insiste.
Sobre la situación de la odontología en España, Llobell reconoce que aunque hay muy buenos profesionales también hay mucho riesgo de encontrar a quien dice ser especialista en lo que no lo es. "España es el único país de Europa sin especialidades delimitadas dentro de la odontología", lamenta "Yo he estado 10 años estudiando para ser periodoncista, pero en España cualquiera puede llamarse lo que quiera sin haber estudiado hacia ello. Se puede llamar cirujano sin haber hecho nunca una cirugía", insiste.
En este sentido, le parece alarmante que, por ejemplo, alguien se pueda inventar especialidades. "Tenemos esa situación, que para mí es bastante grave porque es el ciudadano el que acaba sufriéndolo", reconoce. Por otro lado, señala que en España hay muchos más dentistas saliendo de las facultades de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud. Una cuestión que, según considera, ha potenciado la creación de policlínicas con publicidad engañosa, agresiva, competencia desleal y gente anunciando currículums que no se ajustaban a la realidad.