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ENTREVISTA A LA presidenta de la Sociedad Valenciana de Medicina Intensiva 

Marisa Blasco: "La covid ha llegado para quedarse y habrá que optimizar los espacios de UCI"

8/03/2021 - 

VALÈNCIA. Las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) han pasado a la primera línea mediática durante la pandemia de la covid. La necesidad masiva de estos espacios debido a la alta tasa de contagios ha obligado a los jefes de servicio de Medicina Intensiva a multiplicar estos espacios con el fin de dar atención a todos aquellos pacientes que así lo requerían.

Marisa Blasco, presidenta de la Sociedad Valenciana de Medicina Intensiva y jefa de servicio del Hospital Clínico de València, asegura que las cifras de críticos no son precisamente buenas por el momento, a pesar del descenso de contagios. En este sentido, considera necesario optimizar los espacios de UCI para el futuro ante un virus que "ha llegado para quedarse".

¿Siguen siendo alarmantes las cifras de UCI?

- A día de hoy me gusta decir que no estamos peor que estábamos, porque me da verdadero pánico hablar de estar mejor. La realidad es que bajamos aceleradamente esta tercera ola, igual que subimos. A principios del mes de febrero fue el pico máximo de la tercera ola y hemos bajado mucho, pero con mucha mortalidad. Y eso habrá que analizarlo. 

"No estamos en cifras maravillosas, en las UCI por lo menos"

Pero no estamos en cifras maravillosas, en las UCI por lo menos. Sí que es verdad que en los hospitales está bajando mucho la cifra de ingresados y esto permite que puedan entrar otro tipo de pacientes y retomar la actividad del resto de la sanidad. Pero en las UCI estamos todavía con una actividad covid importante, que representa más del 50% de las camas que tenemos, y seguimos ocupando espacio fuera de las UCI por pacientes no covid, que también existen. 

Hasta que esto no vuelva a la normalidad, no podremos tampoco retomar la actividad de cirugía urgente y no urgente, porque hay programada que también requiere de camas de críticos. 

- Respecto a la mortalidad, ¿qué habrá que analizar?

- Habrá que recoger datos, fundamentalmente. Porque si no sabemos lo que ha pasado no sabremos lo que hay que mejorar. Sí teníamos muy analizada la primera ola, donde recogimos los datos de prácticamente todos los pacientes ingresados, y teníamos una mortalidad del 21-22% pero, a día de hoy, este porcentaje ha aumentado. ¿Hemos cambiado el tipo de paciente o ha cambiado el tipo de patología? O tiene tanta influencia -y me daría mucha tristeza que fuera así- la sobrecarga de pacientes. Eso espero que tenga la menor repercusión posible, pero es algo que también se debe analizar porque deberíamos estar preparados para cualquier otra situación similar, aunque esperemos que no sea tan catastrófica como esta anterior.

- ¿Se ha dado falta de personal en las UCI? ¿Qué ha supuesto?

- Conselleria no ha escatimado ni en gasto de recurso físico ni humano. Cuando hemos dicho que necesitábamos han aprobado profesionales de cualquier categoría. El problema ha estado en la bolsa, porque tú puedes tener muchos aparatos pero fabricar especialistas -ya sean facultativos, enfermería o TCAES- no es tan fácil, y eso es lo que agotamos. Hay que tener en cuenta que la enfermería de cualquier sitio donde no estuvieran trabajando en ese momento por el problema de la pandemia fue trasladada de puesto de trabajo para colaborar, pero eso lleva también un periodo, aunque sea mínimo, de entrenamiento. Y eso pasa factura al final, tanto física como psicológicamente.

"Puedes tener muchos aparatos, pero fabricar especialistas no es tan fácil, y eso es lo que agotamos"

La enfermería ha estado a pie de cañón formando a los compañeros nuevos y aunque venían con muchísimas ganas no deja de ser un esfuerzo. Si algo ha tenido el año completo es que llega un momento en que sabes cómo debes de hacer las cosas. No es como el primer día que no sabes ni cómo ponerte un EPI. Pero sí que es verdad que a lo largo de las olas se ha tenido que ir enseñando a la gente y eso pues también agota y cansa. 

- ¿Cómo estaba la UCI en situación pre pandemia? ¿Estaba suficientemente dotada?

- No, la verdad es que esta pandemia ha puesto de manifiesto que los servicios de medicina intensiva estaban infradotados. De hecho, todos los años llega un momento en el que las patologías respiratorias se disparan porque hace más frío, y las UCI siempre han sufrido tener ocupaciones superiores al 100%. Y eso este año se ha visto muy desbordado al 300% o 400%. Eso quiere decir que deberíamos dotar por cada 100.000 habitantes las cifras que correspondieran de críticos para atender a toda la patología médica. 

También ha quedado claro que no solo los facultativos, también enfermería debe estar formada y tener una especialización. Nadie duda hoy en día que una matrona tenga que tener una especialidad, pues en medicina intensiva en críticos deberían tener una supraespecialidad, porque el manejo de estos pacientes lo requiere. Se trata de ganar en calidad asistencial, seguridad para el paciente y tranquilidad para todos.

- ¿Y por qué no se plantea de esa forma?

- Es un poco la visión de que la enfermera sirve para todo y se puede adaptar a cualquier sitio y no deja de ser mentira. Y los médicos también nos podríamos adaptar a cualquier sitio pero, ¿no sería mejor tener una bolsa específica? Esto que ha pasado con la pandemia en intensivos y críticos se vive todos los veranos. Gente nueva que viene y les supera el tema, porque son pacientes muy complejos llenos de aparatos, que cuando estás habituado es ABC pero te puede bloquear. 

- ¿Supuso la falta de respiradores un problema durante la primera ola?

- En la primera ola el problema fundamental eran los respiradores. Llegamos a un poco más de la mitad de lo que hemos tenido en esta segunda ola de pacientes. Pero ahí sí era un problema de material, porque fue muy intensa y muy rápida. En un mes y medio la teníamos superada, pero en ese mes y medio cuando llegó todo el material, prácticamente habíamos pasado el pico máximo. Sí nos ha venido muy bien para la segunda ola y la tercera el tener más stock. Incluso el problema al final es dónde lo guardo. 

- ¿Se ha tenido que elegir durante esta pandemia quién entraba y no a la UCI por falta de camas?

- En absoluto. Médicamente no paramos nunca de elegir porque es una especialidad que valora muy bien si eres o no eres útil para el paciente. Si vas a aportarle algo positivo al paciente, porque en una unidad de medicina intensiva podemos ser muy dañinos. Entonces, no nos hemos visto en esa tesitura gracias a que hemos crecido lo que ha hecho falta. Para mí, el decir no por falta de camas hubiera sido la tragedia más tremenda. En Madrid o Italia sí se tomaron decisiones de si se intubaba o no. Como responsable de toda la Comunitat Valenciana, esto no ha ocurrido en ningún lugar de la autonomía.

- ¿Estaba la situación como para volver a abrir la mano? ¿Se está siendo prudente con la desescalada?

 - Cuando llegamos al pico de la segunda ola, a mediados de noviembre, empezamos a bajar y se empezó a plantear qué iba a pasar en el primer puente de diciembre, donde empezamos a relajarnos demasiado y recuerdo haber dicho, no sé si lo suficientemente alto, que no podíamos descuidarnos. Empezamos a subir a lo loco hasta llegar al pico el día 1 de febrero. Pienso que a nivel político hubo mucha presión por otros sectores y no voy a entrar ahí, porque nuestro papel es aconsejar y asesorar en el sentido de la salud.

"Creo que es un error dicotomizar las cosas entre 'o hay salud o hay economía'"

Creo que es un error dicotomizar las cosas entre o hay salud o hay economía. Y mi labor es decir que nos ha llevado donde nos ha llevado. Y no es un problema de que los hospitales se han visto desbordados y tienen mucha faena, el problema es que hemos dejado de hacer muchas cosas porque esta patología ha ocupado mucho terreno, tan físico como mental. Y eso, al final, lo vamos a pagar todos porque hay muchas cuestiones que no se han podido diagnosticar. 

Llevamos un año de retraso y es una pena. Yo, que soy defensora de la sanidad pública y me parece lo mejor, si de algo pecaba era de listas de espera y ahora, imagina. Sobre todo porque esta patología que ha llegado para quedarse sabemos cómo evitarla. Tampoco me gusta el papel de político. Este año deben haberlo pasado muy mal y trabajado mucho, pero para eso están y creo que deberían haber buscado más caminos intermedios para no llegar al desbordamiento de la tercera ola. 

Y lo que da un poco de miedo es que, si decimos que estamos mejor, me da un poco la sensación y el miedo de que nos relajamos y que vuelva a pasar. Al final, las vacunas, que es lo único que nos va a proteger, todavía no están. Tenemos a los más ancianos y sanitarios vacunados, pero hay mucha gente de 40, 60 y 70 muriendo por esta patología, y duele cada muerto.

- Hay población que sigue pensando que solo muere gente con patologías previas. ¿Qué tipo de gente ha pasado por la UCI?

- De todo tipo. La primera ola fue de gente más mayor y sí que es verdad que con patologías y factores de riesgo, pero eso ha ido evolucionando. Ha habido gente joven y personas sin ningún factor de riesgo destacable y muchos han fallecido. Cuando uno tiene una hemorragia cerebral que no puede prevenir o que no sabe que padece de algo congénito rompe aquello y se muere, pues bueno, es una pena y estamos ahí para atenderlo.

Pero cuando te encuentras con este tipo de patología, a mí me recuerda, de mis inicios de especialista, a la época del VIH. De pensarse a que te podías contagiar en el autobús a saber cómo eran las formas de evitarlo, pues empezó a controlarse, porque también fue pandemia mundial y dejó de ser mortal para ser una enfermedad crónica en el momento en el que empezamos a saber cómo se transmitía.

De las enfermedades infecto contagiosas tienes que conocer su evolución natural. No siempre podemos curarlas con tratamientos médicos, pero sí podemos evitarlas. Y es lo que aquí, o no hemos transmitido bien o la gente no lo ha querido escuchar. Al margen de los negacionistas, hay mucha gente que por encima de todo está su libertad individual frente al resto. A mí la bioética me parece algo fundamental, que defiende la autonomía de la persona, pero en cuestiones de Salud Pública o te vas a una montaña a vivir solo o aceptas las reglas del juego.

"La Salud Pública es algo que tenemos que cuidar entre todos y no estamos culturalmente mentalizados"

Tienes que saber que si tú te proteges lo estás haciendo para proteger al de al lado. Mi libertad tiene un límite, que es tu salud. Y eso es otra de las cosas que ha dañado en esta pandemia, porque hay mucha gente inteligente y no solo gente joven, que no ha querido ponerse una mascarilla o dejar de ver a su familia sin ser conscientes de que su libertad no solo importa si viven en comunidad. La Salud Pública es algo que tenemos que cuidar entre todos y no estamos culturalmente mentalizados.

Y es una pena, porque cuando se habla de que València ha aparecido en el mapa mundial gracias a esta tercera ola, pues me da mucha rabia, porque habla un poco de nuestro incivismo y de nuestra irresponsabilidad, creo. Porque si no, no hay lugar a tantos contagios justo después de fiestas, puentes,... Me da tristeza, y es un problema que a nivel cultural deberíamos inculcar.

- ¿Estamos en un bucle en el que abrimos y cerramos la mano con las medidas y da la sensación de que volvemos al punto de partida? ¿Vamos hacia una cuarta ola?

- Esa es la sensación que da, y la pereza de ello. Porque me mentalizo y sé que va a pasar. Y cuanto antes asumamos que va a ser una realidad mejor. Pero, no deja de ser muy triste que sepamos cómo va a ser el comportamiento de la masa. Hay mucha masa que si no está multa por medio no hace caso. Y todo el mundo entiende que no podemos volver a un estado de alarma como el de marzo, tienen que ir poco a poco funcionando las cosas. 

Y lo del bucle me da mucha tristeza, pero es que es así el ser humano. Y habrá que cambiar esas actitudes poco a poco. Tú puedes educar con palo, pero ésta no se mantiene. Para que sea permanente tendremos que cambiar la educación y la cultura.

- ¿Ha naturalizado la población la cifra de muertes diarias? 

- Lo que pasa es que la gente no les pone cara. Son números, y los números no son personas. Y también ha sido responsabilidad nuestra el no haber permitido que salieran determinadas imágenes -aunque puede que se acaben normalizando-. Estamos acostumbrados a ver África y niños con moscas por la cara, y nadie se impresiona ya, porque solo de repetirlo lo normalizas.

Pero sí deberíamos hablar de personas y decir, no se han muerto 300, sino José, Francisco, María,... Ponerles cara y saber que son seres humanos que se han muerto y podía evitarse. Es una lotería que te contagies y sea un costipado o no. No sabes lo que te va a tocar, y ese es el gran problema. Es una ruleta rusa que te toque un costipaet, una enfermedad de hospital, la UCI o la muerte.

Y ahora, la gente con factores riesgo es la que se ha cuidado más. Por eso, en la primera ola los pillaron, pero en la segunda y la tercera no tanto. Ahora ya no hablamos tanto de factor de riesgo, porque quienes lo tenían se han cuidado. 

- Hemos visto como, durante los puntos más álgidos de la tercera ola, se han improvisado UCI en otros espacios. ¿Qué ha supuesto? 

- Dos cosas, una buena y una mala. La mala es que hemos tenido que hacer cosas que nos parecían imposibles. La buena es que hemos sido capaces y si algo ha demostrado esta pandemia es que, si tenemos que ponernos las pilas todos, nos las ponemos. Se ha hecho lo necesario para que nadie se quedaran sin atender y eso me gratifica. 

"Hemos pasado el examen y, además, con nota"

Por otro lado es triste, porque hemos tenido que ir a sitios que no estaban preparados, pero los hemos podido preparar. Los servicios de mantenimiento del hospital, los ingenieros y de los que no se habla para nada, han trabajado sábado y domingo. Hay mucha gente en el hospital, que no solo somos los médicos y la enfermería, que han trabajado en esta pandemia lo que no está escrito. Y lo de habilitar espacios han sido fundamentalmente ellos los que nos ha permitido hacerlo. Al final, el cuidado crítico lo que más requiere es monitorización. La lectura es que hemos pasado el examen y además con nota.

- Psicológicamente, ¿cómo se vive esta situación? ¿Han estado bien atendidos?

- Ha pasado de todo. No me gusta el concepto 'fatiga pandémica'. Al final es 'fatiga psicológica' y estamos cansados. Físicamente descansas, pero lo de dormir una noche entera es difícil porque te despiertas pensando en lo que tienes que hacer al día siguiente. Psicológicamente, al principio tuvimos mucho apoyo por parte de los psicólogos y los psiquiatras de los departamentos, se habilitaron teléfonos para profesionales y pacientes y fue útil.

En la segunda y la tercera ola, estos profesionales que nos estaban ayudando sí que tenían contenido de trabajo, porque los no covid no han dejado de existir. Ahí jugábamos una papel fundamental los jefes de servicio, que teníamos que ir alternando la asistencia con el cuidado de los profesionales. Y cuando hablo de cuidado me refiero permitirles periodos de descanso, desconexión,... porque luego los necesitas al 100%. Y a pesar de todo creo que la gente va a tener secuelas tiempo. 

No creo que sea patológica, porque el ser humano no sabe de lo que es capaz hasta que se pone a ello, y lo superaremos todo. Pero hay personas que te dicen que están rotas, pero siguen aguantando porque la demanda asistencial lo exige y habrá que lidiar con ello, porque no queda otra.

- ¿Por qué hemos tenido el lío de datos de UCI entre CCAA y ministerio? ¿Cuál debería ser el máximo de ocupación?

- Se debería tener un 70-80% de ocupación máxima. Si en una UCI ingresan 1.000 pacientes, 800 vienen desde Urgencias. Y lo ideal es que tengamos camas de UCI. Pero no solo en la pandemia nos quedamos cortos. En la época de invierno puedes llegar a más de un 100% de ocupación, pero la pandemia lo que ha puesto en el punto de mira es que eso es intelorable, sobre todo si tienes una pandemia. Hay días que hemos tenido siete ingresos de covid. En la primera ola solo covid pero en la segunda se añadían los no covid. Claro, eso significa que tienes que tener disponible casi una decena de camas en una UCI de terciario, como es el Clínico. 

"Hemos tenido que reinventarnos y ampliar el número de camas a un 400% en determinados departamentos"

Entonces, hemos tenido que reinventarnos. Ampliar el número de camas a un 400% en determinados departamentos. Lo ideal es tener menos ocupación y esto ha sido una situación extraordinaria. También es verdad que las previsiones a futuro, y lo hemos hablado entre los jefes de servicio de la comunidad, es que esta patología ha venido a quedarse y es probable que no todo el mundo se vacune porque es voluntario. Esto implicará que habrá gente que podrá seguir llegando a hospitales y UCIS con covid, aunque no en las cifras que están llegando ahora.

Para esa sobrecarga o enfermedad nueva que va a requerir de cuidados intensivos, va a tener la conselleria que hacer un poco de previsión de futuro. Si en una UCI andamos escasos de normal, pues si se añade una patología habrá que optimizar los espacios. A mí me consta que en la mayoría de hospitales donde se pueda se va a hacer ampliación, de remodelación,.. para que no nos vuelva a pasar esto porque pudiera haber otra cosa similar a ésta con otro virus.

- ¿Se ha jugado con los datos?

- Espero que no. Aunque dé esa sensación. Lo que pasa es que, cuando la conselleria hablaba de porcentajes de ocupación que nos sorprendían a los profesionales, es porque ellos funcionaban con los planes de contingencia calculaban sobre el máximo de camas que no eran reales. porque no estaban funcionando. El problema era no decir a qué se estaba refiriendo ese porcentaje. Pero no era la realidad que vivíamos en ese momento puntual.

- ¿Se ha pecado en alguna ocasión de exceso de tranquilidad?

- Por eso decía que me da miedo decir que estamos mejor. Mi UCI tiene 16 camas y he bajado de 30 pacientes hace nada. Ahora estoy con 20. Entonces, no estoy ni siquiera en mi normalidad. Yo estoy en más de mi 100%, pero ahora tengo algunas camas más, pero no estoy en una normalidad. No estamos peor y estamos bajando, pero eso demuestra que las medidas adoptadas han servido. No hemos hecho nada especial, ha cambiado que nos hemos quedado más en casa, que no hemos salido de la comunidad, que los bares estaban cerrados. Porque a nivel social la gente se relaja mucho. De hecho, han empezado a aparecer las cepas más contagiosas en este preciso momento y seguimos bajando. Así que las restricciones sí que son útiles.

- Su camino era humanizar la UCI antes de la llegada de la covid. ¿Se ha visto revertido este plan?

- Al principio esta humanización se desplomó del todo, porque nos convertimos en un hospital cárcel, aunque todavía lo somos un poco. Al principio sí era muy cárcel pero ya incluso al final levantamos la mano porque, en situaciones de duelo, eso no podemos consentirlo. Y esta pandemia ha demostrado que la humanización hacía falta. Pecábamos y seguimos pecando de 'cama 5, cama 6,.." y son personas con nombres.

La familia, el trato, tiene que ser distinto. Esto ha venido a ratificar que hace falta. Hemos echado mano muy bien para todo esto. Cuando se ha podido se ha hecho presencial con la familia y si no hemos hecho videollamadas con tablets. Pero hemos intentado que no hubiera problemas de humanización por culpa de la pandemia en la medida que se podía. Los familiares han entrado en la UCI, si había que protegerlos porque había riesgo de contagio,... Pero es que al principio nos pilló muy sin saber.

- ¿Qué nivel de secuela deja en los familiares?

- Yo creo que tiene secuelas seguro, porque no es un duelo normal, es un duelo patológico. Pero imagina los fallecimientos sin ni siquiera la videollamada. No puede ser que una persona esté 50 días en un hospital sin que sus familiares le puedan ver, y le llamen un día para decirle que su familiar se está muriendo. Eso es un trauma seguro y deja secuelas, porque los duelos hay que hacerlos. 

Ya en España, en concreto llevamos mal este tema de la muerte. No se habla de ella, se ha dejado de normalizar en los domicilios, es todo hospitalario, se le rodea de mucha tragedia y con esto de la covid aún peor por la distancia. Al final, lo único bueno de la covid ha sido que ha puesto en evidencia lo que funcionaba mal. Si sirve para que retomemos el tema y para que cambiemos actitudes y otras cuestiones, mejor. 

 
- ¿Qué habría que mejorar en las UCI de cara al futuro?

- Mi UCI soñada, que llegará algún día, es que los pacientes tienen nombren, tienen dentro de la habitación recuerdos de sus familiares, tienen una tele, un reloj,... Hace como tres años que puse relojes en las habitaciones y esa tontería la primera que entró dijo, qué bien. Porque cuando tú metes a un paciente en la UCI le quitas todo y los dejas indefensos, vulnerables, la sábana, los cables,... Hay que cambiar las actitudes, porque probablemente esa persona esté pasando su peor momento. Y nada con lo de dos horas de visitas al día y ni tocarlo, en absoluto. Por la mañana vale, porque hay que controlar, pero por la tarde no. Debe estar dentro la familia. 

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