VALÈNCIA. Rafa Xambó (Algemesí, 1954) fue elegido miembro del Consejo Rector de la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicació (CVMC) en octubre de 2016. En las últimas semanas ha mostrado su disconformidad con la gestión de la directora general de À Punt, Empar Marco, a quien pidió su dimisión por diversos motivos: los bajos datos de audiencia que ha cosechado la cadena en un año y, especialmente, en periodo electoral; no acatar mandatos del Consejo Rector; los resultados de su evaluación, o "no haber evitado" que la nueva radiotelevisión valenciana fuera "irrelevante".
Propuesto por Compromís, el sociólogo de profesión y cantante se enfrenta en noviembre a su renovación junto a otros consejeros como Marc Pallarés (propuesto por el PSPV), Vicente Cutanda (candidato del PP), y Mar Iglesias (consejera a proposición de Compromís). Un cambio que a todas luces será complejo de acometer: los partidos del Botànic -PSPV, Compromís y Unides Podem- no tienen la mayoría suficiente para hacer revalidar a sus candidatos en el órgano o, en su defecto, proponer otros nuevos. Necesitarán del apoyo de Ciudadanos o del PPCV para sacar adelante la reforma.
Valencia Plaza se reúne con él para hablar de estas cuestiones y otras como las futuras oposiciones que el órgano directivo de À Punt debe poner en marcha en los próximos meses.
-En las últimas semanas usted ha hecho pública su disconformidad con Empar Marco por la forma en la que ha gestionado À Punt. Emitió un comunicado en el que no solo cuestionaba los datos de audiencia (calificó el medio de "irrelevante"), sino también el carácter de la directora. ¿Esta mala relación es generalizada en el Consejo Rector?
-No es una cuestión tanto de carácter, porque no debemos evaluar a una persona en este caso desde el punto de vista psicológico, sino por sus prácticas. El problema principal ha sido que sus prácticas respecto al Consejo Rector no han seguido los protocolos o reglamentos que tocaban. Cuando se le ha pedido información ha tardado tiempo en facilitarla; cuando se le han dado orientaciones, a veces las ha cumplido y otras no, según le ha dado la gana. Por lo tanto, yo diría que sí, hay un desacuerdo profundo generalizado en el Consejo Rector con su manera de aplicar lo que el Consejo aprueba.
"Marco no ha conseguido que À Punt no fuera irrelevante. creo que no es bueno que continúe"
-¿En su opinión, se puede todavía revertir esa situación de ser un medio irrelevante? ¿Cómo?
-Sí. No es que ella lo haya hecho irrelevante, sino que no ha conseguido que À Punt no lo fuera. Partíamos de la irrelevancia absoluta porque no existíamos, pero se trataba de hacer una propuesta que tuviera atractivo suficiente como para evitarlo; lanzar la plataforma para que llegara a todos los rincones de la sociedad, que la gente supiera que volvíamos... Después de cuatro años y medio del cierre de RTVV y con un entorno audiovisual muy competitivo, yo era consciente de que esta era una tarea muy compleja. Sin embargo, no es simplemente que no seamos un referente, que era lo que se pedía en el contrato programa, sino que ni siquiera hemos tenido la más mínima capacidad de influencia en el ecosistema comunicativo. Esto es grave tratándose del único medio público valenciano, porque además ha pasado un tiempo suficiente. No han pasado 100 días, sino más de un año desde que se iniciaron las emisiones. Ha habido muchas oportunidades de hacer las cosas bien, diferente.
-¿Cree que Empar Marco presentará su dimisión de forma voluntaria?
-No lo sé, pero creo que sería lo mejor para todos. Porque si no es así, creo que será muy difícil que pueda revalidar el mandato y continuar durante tres años más. Lo veo altamente improbable. Si ella no presenta su dimisión, de aquí a marzo nos espera un periodo desagradable. Y ante todo quiero dejar claro que esto no es una cuestión personal, sino una cuestión de responsabilidad. Desde el primer momento le di todo el apoyo del mundo, pero a partir de una serie de prácticas que se han ido evidenciando durante el primer año de emisiones me he dado cuenta que esto no funcionaba. No hablamos del primer año de Empar al frente de la tele, sino del primer año de emisión; es decir, su segundo año. He estado un año esperando para analizar, y he dado consejos que no se han traducido en nada. Yo creo que no es bueno que continúe.
-Usted fue uno de los consejeros críticos con la puntuación que obtuvo Empar Marco en su evaluación porque obtener una nota entre el 50% y el 80% suponía no cumplir las expectativas. ¿Qué puntuación hubiera supuesto cumplirlas?
-Se ha hecho un uso peculiar de la puntuación. Estamos acostumbrados a funcionar con notas de 0 a 10, y por tanto todo lo que pasa del 5 se considera aprobado. Aunque lo de los porcentajes estaba matizado en el primer párrafo, todos los medios consideraron que estaba aprobada, incluida ella, pero no era así. Yo en la siguiente reunión planteé que el dispositivo estaba mal hecho, porque una puntuación que no empieza en 0, sino del 1, supone que sin hacer nada ya tienes un punto. Eso quiere decir que después, cuando apliques las reglas elementales de la aritmética, producirás una desviación en la estimación. Si en lugar de haber puntuado desde 1, se hubiera hecho desde 0, siendo generosos Empar Marco hubiera obtenido un 4,3. De 47 ítems evaluados, suspendía 28. Es más de la mitad, por lo que con los cálculos bien hechos nunca un 5,9 hubiera sido un aprobado.
-En los próximos meses se debe poner en marcha la redacción del nuevo concurso de la dirección general. ¿Da por hecho que Empar Marco no repetirá?
-Veo muy difícil que pueda continuar.
-¿Cree que fallaron en la elección del perfil o que tendría que estar À Punt dirigida por un gestor?
-No, pero hay una distancia notable cuando se hace una apuesta por aquello que se pone en el proyecto, en los papeles, etc, y lo que se ve después en la aplicación. Posiblemente los miembros del Consejo Rector no tuvimos en cuenta que el proyecto estaba muy bien, pero la persona que le presentaba solo había trabajado de periodista y no tenía experiencia en gestión de personal, contenidos...
"Las bajas audiencias de À Punt no se deben al presupuesto. Podíamos haber tenido mejores datos con lo que teníamos"
-En su comunicado decía que À Punt había gastado ya 150 millones y que no se podía seguir por ese camino. Entre las razones que dio Marco en Les Corts para pedir más fondos se encontraba que À Punt debía hacer frente a cuatro citas electorales y, por tanto, era necesario para que tuviera un mínimo de calidad la cobertura. ¿Cree que hace falta más presupuesto para hacer mejores coberturas informativas, programas...?
-Son cuestiones independientes. Con más dinero no necesariamente se hace mejor tele, pero en las circunstancias actuales es evidente que hace falta más dinero para hacer más tele. Ahora, la situación actual no es el resultado de un problema de presupuesto. Por ejemplo, Atrapa'm si pots es un programa muy barato que tiene unos resultados de audiencia magníficos. ¿Por qué? Porque Eugeni Alemany es un crack, no tiene más misterio. Por lo tanto, es responsabilidad de los directivos de la cadena encontrar gente así. Se puede hacer un medio atractivo a través de algo que no es caro: el ingenio y la creatividad. Cuestión diferente es que para hacer una televisión con más solidez haga falta más dinero. Pero no veo relación entre el presupuesto que tenemos actualmente y los resultados que hemos obtenido. Podíamos haber tenido mejores resultados con los fondos que teníamos. A pesar de todo, yo soy partidario de que se incremente el presupuesto. Si tuviéramos 70 millones me parecería magnífico, pero que Empar sea la persona adecuada para gestionarlo, no.
"La estructura de medio público que tenemos ahora mismo es exactamente la que propuso Eduardo Zaplana"
-¿Cree que el problema que existe con el tercio de presupuesto destinado a personal se resolverá a corto plazo? Es decir, que se incrementarán los fondos...
-Se hará si se aumenta el presupuesto, porque n siquiera está toda la plantilla incorporada. Ahora mismo pasa una cosa muy perversa. El modelo de medio público que tenemos ahora mismo es exactamente el que propuso Eduardo Zaplana a finales de los '90, principios del 2000, cuando los sindicatos se le echaron encima e impidieron que privatizara Canal 9. Después esto se reeditó aquel modelo con la última ley que hizo el PP en 2012 en la que proponían que la plantilla fuera de 600 personas y todo fueran contrataciones externas a excepción de los servicios informativos, que era lo único que quedaba en manos del medio público. Ese es exactamente el modelo que tenemos ahora con 100 personas menos, por lo que resulta perverso y curioso que el modelo que estemos aplicando sea el que quería el PP hace más de una década. Yo soy partidario de otra cosa, evidentemente: tener informativos potentes, que los valencianos crean que donde mejor pueden informarse es en À Punt, ser referente...
-À Punt ha tenido unos resultados negativos económicamente y de hecho ya ha infringido el artículo 19 de la ley que contempla que se cese al Consejo por esos resultados. ¿Qué autocrítica hace de ello?
-En la parte de la publicidad se ha incumplido y a la vez no, porque se tiene que tener en cuenta que se ha empezado a emitir a mitad de año. Por tanto, lo que se dice que es para todo el año -4 millones marca el contrato programa-, debería partirse por la mitad. Si se parte por la mitad, los 800.000 euros de publicidad que se han ingresado sí que cumplirían el 25% que marca la ley. Y por otra parte el 10% de desviación del presupuesto es un puro artefacto contable para pasar fondos de la Corporació a la Societat. Algún día alguien tendrá que hacer un análisis riguroso de la Intervención que teníamos y tenemos.
-¿Cree que se pusieron en marcha tarde las campañas de marketing para que la gente conociera À Punt?
-Es una de las cosas que más hemos criticado. Y además las que se han hecho han sido insuficientes y estaban mal planteadas.
"No pedía que À Punt fuera la Primavera valenciana, pero tampoco que terminara pareciéndose a Antena 3"
-À Punt ha decidido prescindir de algunos programas de carácter informativo como la tertulia matinal que funcionaba bien a nivel de audiencia. ¿Por qué?
-El buque insignia de un medio público son los informativos. Si estos tiran de la programación, la gente después se queda y mira otras cosas. Si esto no funciona, es una casualidad que la gente nos busque para mirar otros programas. La directora general toma sus decisiones. Después de las primeras elecciones, que fueron en abril, la media de audiencia en À Punt fue del 2,2. Repito: en un mes electoral la audiencia de À Punt fue del 2,2. ¿Cómo puede ser que en dos meses donde se están tratando cuestiones importantísimas para la sociedad valenciana los resultados de audiencia sean esos? ¿Cómo puede ser que después de la cobertura electoral de la noche del 28 de abril Empar Marco no dimitiera? Tendría que haber presentado su dimisión y se la tendríamos que haber exigido. Fue un despropósito. Yo me abstuve en las dos propuestas de seguimiento de las campañas electorales que nos hizo y expliqué que tenía que hacer un trabajo más intenso para dinamizar la opinión pública, algo que no se hizo en absoluto. Y los resultados saltan a la vista. Yo no quería que À Punt se convirtiera en la Primavera Valenciana, pero sí que se asemejara más a eso que a Antena 3.
"Tenía muchas esperanzas puestas en lo que podía suponer el cambio político para los medios públicos. Por eso quizá soy el que más decepcionado está"
-Usted es uno de los consejeros a renovar en noviembre. ¿Le gustaría repetir?
-Llevo toda la vida comprometido con unos medios públicos de calidad, al servicio de la ciudadanía, independiente del poder político; en definitiva, similar al modelo anglosajón. Eso quiere decir que yo tenía muchas esperanzas puestas en lo que podía suponer el cambio político para los medios públicos. Por eso mismo quizá soy el que más decepcionado está y adopto una actitud más crítica. Dicho esto, si estoy ahí es por una cuestión de responsabilidad, desde el punto de vista de la comodidad podría haber continuado haciendo lo que hacía, pero estoy aquí por compromiso. Estaré en el Consejo Rector hasta que Les Corts Valencianes, que son las que me nombraron, me cambien. La ley dice que para que lo hagan debe haber una propuesta y salga adelante por dos tercios en primera votación o tres quintos en segunda; no veo que en estos momentos el Botànic pueda pactar con el PP o Ciudadanos un recambio que a todos les guste.
-Compromís se manifestó al día siguiente de su comunicado. ¿Lo interpretó como un aviso de su no renovación? Se supone que el Consejo es independiente, por tanto, ¿vio necesario que salieran a desmarcarse?
-Hay una cosa que dijeron que es totalmente cierta: yo soy independiente en mis decisiones y acciones dentro del Consejo Rector. Por eso me pusieron ellos. No sé si era conveniente que salieran a decirlo.
-¿Cree que la independencia del Consejo ha sido incómoda en ocasiones para los partidos?
-No, porque eso tiene una parte incómoda, pero también todo lo contrario. Mira la cantidad de veces que hemos tenido problemas y se lo han sacudido de encima diciendo que era responsabilidad del Consejo Rector. Sin acritud, muchas veces nos han dejado solos.
-En alguna ocasión los partidos han dicho que faltan perfiles económicos y jurídicos. ¿Usted también lo cree?
-Tenemos un excelente perfil jurídico con el presidente y una gerente muy competente económicamente. Si repasamos la ley, nos daremos cuenta de que las competencias esenciales que tiene el Consejo Rector atribuidas no son precisamente económicas y jurídicas, sino que tienen que ver más con trazar la estrategia general de una empresa de comunicación. Creo que los perfiles han sido bien elegidos, porque son personas vinculadas de alguna manera al mundo de la comunicación con las circunstancias en las que uno puede ser miembro del Consejo Rector. Cuando se dice que habría que buscar gente más cualificada, profesional o de otros perfiles... en fin, que los busquen. Porque ¿qué director de un medio de comunicación quiere ser miembro del Consejo Rector y luego no poder volver a su anterior trabajo hasta que no pase un tiempo? ¿Y a cambio de qué? ¿De 1.000 euros de dietas que recibimos al mes? ¿Nos hemos vuelto locos? Hemos generado un mecanismo por el cual en el Consejo Rector solo puede haber dos tipos de perfiles: profesores universitarios expertos en comunicación o jubilados de ese ámbito. Cualquier persona que esté en activo no está aquí.
-Después de dos años y medio como consejero, ¿qué defectos cree que tiene la ley de creación de À Punt? ¿Qué cambios habría que hacer?
-Relajaría las condiciones para ser miembro del Consejo Rector, siempre que eso fuera acompañado de una declaración de intereses o la obligación de abstenerse en las decisiones que pudieran afectar al ámbito en el que trabajas. Pero debemos permitir que haya profesionales; tenemos un sistema demasiado duro. En segundo lugar, aprobaron también un sistema de mayorías para elegir a los miembros del Consejo Rector que nos deja atrapados. Así como el presidente si no es elegido en primera vuelta por dos tercios, en segunda por tres quintos y en tercera por mayoría absoluta, eso debería aplicarse al resto de consejeros. Porque si no, resulta que le damos a la oposición, que está en minoría, la capacidad de bloquearlo todo. Ahora no se podrá renovar el Consejo porque la derecha no querrá pactar con la izquierda, pero cambiar la ley tampoco es fácil. Y por último, cambiaría algunas cuestiones referidas a mecanismos de funcionamiento económico y empresarial; en la ley hay muchas cuestiones de gestión económica y contable que se plantean como si la Corporació fuera una conselleria, cuando no lo es. La CVMC debe tener agilidad para participar en compras, contrataciones, etcétera, porque sino se pasan y ni las llegamos a adquirir. No pueden pasar cuatro meses en un mundo tan competitivo y vertiginoso porque perdemos competitividad.
-La Audiencia ha dado la razón a À Punt por los baremos, sin embargo, actualmente casi el 90% de la plantilla está formada por ex de RTVV. ¿Cree que se equivocó el Consejo en este caso? ¿Se piensa corregir en las oposiciones?
-De cara a las oposiciones necesariamente se corregirá porque para poder ganar una plaza lo principal es aprobarla, y después ya se sumarán los méritos, pero si no apruebas... no entras. Hay un aspecto criticable, pero ¿podríamos haber puesto en marcha esto sin contar con la experiencia de los anteriores trabajadores? Eso es importante tenerlo en cuenta.