El jefe del Consell se muestra firme en su prioridad de crear el 'problema valenciano' en Madrid: se plantea la vía judicial para abrir el melón de la financiación antes de las elecciones y recalca que la Comunitat está peor tratada que Cataluña
VALENCIA (FOTOS: EVA MÁÑEZ). El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, recibe en su despacho del Palau a Valencia Plaza con calidez y sin apenas formalismos. Al jefe del Consell se le ve tranquilo pero también dinámico. Interactúa con la fotógrafa Eva Máñez para, aunque dejándose hacer, aportar ideas sobre posibles encuadres. El 'tic' del periodista.
Ya en la entrevista, Puig responde con seguridad y sin demasiados rodeos a la mayoría de las cuestiones planteadas. Los objetivos prioritarios del nuevo -no lleva ni los 100 días- Gobierno valenciano están claros. El presidente muestra, sobre todo, una notable determinación en que la Comunitat sea escuchada en Madrid. Crear 'el problema valenciano' del que lleva hablando meses y que ello sirva para mejorar la financiación y las inversiones del Estado en la autonomía.
Si el discurso sobre estos asuntos sigue igual de firme pese a haber alcanzado la Presidencia, más complicado le resulta poner soluciones que pertenecen a la herencia recibida del PP. No obstante, Puig transmite energía y confianza para conseguir aplicar su lema de campaña electoral: "Lo vamos a arreglar".
-¿Cómo han sido estos casi tres meses al frente del Consell? ¿Cómo va el encaje entre las consellerias?
-Apasionante y trepidante por la creación de una nueva cultura de acción de Gobierno. Y eso tiene siempre sus dificultades, pero la más importante no es la de la conformación y funcionamiento del Ejecutivo, sino la situación en la que está la Generalitat Valenciana, que es francamente imposible.
-El mayor problema que se ha encontrado es la situación económica. ¿Cuánto dinero falta para acabar el año?
-Estamos terminando la auditoría general que se está haciendo desde la Conselleria de Hacienda y pronto tendremos el resultado. No obstante, es evidente que habrá necesidades importantes dado que más 80% del Presupuesto de Educación y Sanidad ya estaba ejecutado cuando llegamos al gobierno.
-Los partidos y la sociedad civil valenciana están haciendo piña para reivindicar el cambio del modelo de financiación. ¿Cuál va a ser la estrategia y medidas a adoptar por el Consell para que en el resto de España y especialmente en La Moncloa sean conscientes de esto?
-¡Es que conscientes ya son! Lo lamentable es que el Gobierno de España tiene los mismos datos que tenemos nosotros y Mariano Rajoy conoce perfectamente la situación dramática que vive la Comunitat Valenciana. Lo que pasa es que de la consciencia a la acción hay un abismo. ¿Por qué no se toman decisiones estructurales sobre ello? Conocíamos esta semana pasada que superábamos los 40.000 millones de deuda, una cifra que seguirá aumentando mientras no se afronte esto.
-¿Cuál es la hoja de ruta?
-Lo primero, un acuerdo entre los valencianos: la unidad respecto a la visibilidad del problema valenciano es fundamental. No solo en lo que se refiere a infrafinanciación, sino también respecto a las inversiones del Estado y al reconocimiento de la deuda histórica. En segundo lugar, logrado esto, hay que hacer pedagogía en el resto de España y especialmente en Madrid porque en el imaginario colectivo estatal existe el falso concepto del ‘Levante feliz’, al que encima se le ha adosado lo que ha sido la corrupción, el despilfarro y la mala gestión de los años del PP en el Consell. Es por eso que nuestros dos problemas principales son la infrafinanciación y la reputación.
-¿En qué punto está la cumbre con la sociedad civil para aunar esfuerzos en esta lucha?
-Estamos finalizando un documento que pueda ser asumido por partidos políticos, empresarios, sindicatos y universidades en una primera fase y, en una segunda, instituciones locales, sociales y económicas del conjunto de la Comunitat. Es el gran reto de todos porque si no lo conseguimos no podremos llevar a cabo las políticas que necesita esta sociedad.
-¿No cree que hace falta algún alto representante valenciano en Madrid? Ahora vemos al Delegado del Gobierno, Juan Carlos Moragues, muy activo…
-Tal vez es que está en precampaña. Esperemos que el delegado del Gobierno mantenga la posición pero ahora es tiempo de pasar de las palabras a los hechos. Ha pasado toda una legislatura de gobierno del PP en la que ha tenido todas las posibilidades para cambiar el sistema y no lo ha hecho. Así que ahora, gobierne quien gobierne, se debe asumir la reforma. El actual gobierno no puede pasarle la pelota al próximo: Rajoy ha decidido llevar al límite la convocatoria electoral y este debate debe afrontarse de inmediato. Es incomprensible que el presidente de España haya tenido tiempo para hablar de todo y no haya abordado el diálogo sobre una política central para el mantenimiento del Estado de Bienestar y la igualdad entre los españoles que es el sistema de financiación autonómica.
-¿Cuándo espera ser recibido por Mariano Rajoy?
-Me gustaría que fuera lo antes posible para defender esta posición y pedirle que atienda a los valencianos como unos españoles más. No puede continuar esta situación de abandono, porque devaluar a los valencianos es devaluar a España. Por ejemplo, si el Corredor Mediterráneo tuviera mayor apoyo podría ayudar a una salida económica más sostenible y potente del Estado.
-En referencia a la financiación, por lo que comenta, ¿estaría dispuesto a abordar la vía judicial aunque su compañero Pedro Sánchez estuviera al frente del Gobierno?
-Por supuesto. Este es un problema del futuro de los valencianos y quiero mirar más allá de cualquier frontera partidista. Sea quien sea el que gobierne, la posición del Consell no va a cambiar. Queremos que haya una vía de diálogo, eso siempre, pero hasta ahora está siendo muy difícil. La Conselleria de Justicia está elaborando distintas acciones judiciales y si en las próximas semanas no hay ningún tipo de comunicación ni apertura del diálogo tendremos que actuar en consecuencia. No podemos dejar que las cosas continúen así: con 12 puntos menos de renta per cápita, medio millón de personas sin trabajo, salarios por debajo de la media nacional… quedarse con los brazos cruzados ante esto sería irresponsable.
-¿Hablamos de la vía judicial antes de las elecciones generales? ¿O esperará a que se celebren?
-El pueblo valenciano no puede esperar. Si las elecciones se hubieran convocado antes quizá, pero Rajoy ha tomado la decisión de agotar los plazos y el debate tiene que estar encima de la mesa. Este año vamos a estar muy por encima del déficit previsto dado que cuando entramos en el gobierno ya se había superado. Vamos a una situación donde va a aumentar la deuda y unos presupuestos que, de partida, ya van a ser muy complicados puesto que los actuales se hicieron sobre 1.000 millones de euros que no van a ingresar como bien sabían Moragues y Montoro.
-La reivindicación valenciana de cara a Madrid se ve tal vez muy oscurecida por la atención que se está prestando a las elecciones catalanas del 27 de septiembre. ¿Qué le diría el president a los catalanes que piensan que el independentismo es la mejor opción?
-La independencia de Cataluña es un mal negocio para los catalanes y muy mal negocio también para España. Yo abogo por un diálogo permanente que se ha roto durante estos años y por superar una confrontación de dos nacionalismos desbocados que están pensando más en resultados electorales que en sus ciudadanos.
"La independencia es un mal negocio para los catalanes y un muy mal negocio también para TODAS España"
Con Cataluña, nosotros tenemos una relación histórica, una relación comercial de primera magnitud y, por tanto, no me imagino una frontera entre Tortosa y Vinaròs: sería un paso atrás en nuestra historia de convivencia. Por eso le pediría tanto al Gobierno de España y como al de Cataluña que aparten el electoralismo y busquen fórmulas que permitan un planteamiento de integración y, al mismo tiempo, que se afronte una reforma de la Constitución para mejorar el funcionamiento del Estado autonómico y garantizar el Estado de Bienestar que es lo fundamental.
-¿Le incomoda la ambigüedad de parte de Compromís, sus socios de gobierno, sobre este asunto?
-Creo que en su conjunto no la tienen. Pueden existir algunas personas con opiniones diferentes dentro de la coalición y yo las respeto, pero lo que me preocupa es la opinión del Gobierno valenciano y ahí somos claros: queremos que haya una reforma constitucional, que Cataluña se quede en España, que haya una relación mejor con la Comunitat Valenciana y que el diálogo sea la única vía, ahora y después de las elecciones.
-¿Cree que todo este ruido puede afectar a la remodelación del sistema de financiación? ¿Piensa que se puede abordar a corto plazo con esta situación?
-Es que se debe hacer, no hay otra. ¡Es que la Comunitat Valenciana está peor que Cataluña! El problema de la financiación no es un problema bilateral entre Cataluña y España, es multilateral entre todas las comunidades autónomas y el Estado. Hay que hablar de toda la tarta, no de un trocito de la tarta, un nuevo modelo no basado en el statu quo actual.
-¿Eso implicaría revisar los regímenes de País Vasco y Navarra?
-Mi filosofía es clara: singularidad propia y respeto a las identidades pero igualdad entre ciudadanos. A mi que exista el concierto o estas fórmulas no me produce un problema siempre que al final todos aportemos lo mismo a la caja común y todos tengamos una financiación equitativa. No estoy contra sus conciertos ni digo que estén suprafinanciados, sino que los valencianos, con los métodos de cálculo que hay en Euskadi, tendríamos 10.000 millones de euros más al año y si fuera el de Navarra, 6.000 millones más, no digo nada más. Eso es lo que hay.
-El modelo federal que se propone desde el PSOE, ¿en qué mejoraría la situación de la Comunitat Valenciana?
-Necesitamos una reforma de la Constitución que la adapte a los nuevos tiempos. Los valores de la Carta Magna están ahí y yo los defiendo, pero hay que actualizarlos. Entre otras cosas, estamos dentro de Europa, en una vida cotidiana que ha cambiado extraordinariamente.
"Federalismo es LA singularidad de los territorios propios pero cooperación entre ellos. Los países más avanzados como alemania, lo son"
Es normal que podamos modernizarla: por ejemplo, en la igualdad hombres y mujeres. Hay motivos más que suficientes para reformarla y el federalismo en ese ámbito es un paso más al del Estado de las Autonomías para clarificar dos cuestiones: por una parte, la financiación tal y como veníamos comentando, y por otra, buscar los espacios de cohesión dentro de España. Reformar el Senado que no sirve para eso hoy en día, volver a estudiar las competencias compartidas… Federalismo es singularidad de los territorios propios pero cooperación entre ellos. Cuando hablamos de federalismo no estamos hablando de algo esotérico, es que los países más avanzados lo son: Alemania, por ejemplo, y no tiene ningún conflicto de unidad. Claro que tienen sus problemas pero desde luego están más clarificadas las cuestiones y el modelo no se basa en decisiones unilaterales del Gobierno central como ocurre aquí.
-Lo anunció en campaña y lo reflejó en su libro: tras el debate surgido por el anuncio sobre las ayudas a los libros de texto, ¿va a poner en marcha la Ley de Coordinación de las Diputaciones?
-Sí. Vamos a intentar ir aplicándola desde el mayor consenso posible. En el caso de los libros de texto, es una iniciativa que está abierta a sugerencias como ha hecho la Diputación de Valencia. El inicio de curso escolar representa un problema económico para muchos padres y madres de la Comunitat. El servicio público de educación debe garantizar la igualdad entre todos y una parte importante es que los libros no supongan una distinción entre los niños. Es un programa de universalización de la enseñanza y por eso todos los ciudadanos reciben estas ayudas al margen de cual sea su renta y para ello se necesita el apoyo de ayuntamientos y diputaciones.
"Si hay ayuntamientos o diputaciones que no quieran aplicar la medida sobre los libros de texto gratuitos deberán explicarlo"
En el futuro, cuando tengamos la financiación suficiente, la afrontaremos íntegramente desde la Generalitat pero ahora necesitamos ayuda y debemos poner todos los recursos disponibles al servicio de de esta medida. Creo que la gente y la mayoría de instituciones están a favor de esta iniciativa y los ayuntamientos o diputaciones que no quieran aplicarla, deberán explicarlo.
-Y si algún ayuntamiento se niega a hacerlo, ¿qué haría la Generalitat?
-Nosotros no vamos a obligarle. Tendrá que explicarlo a sus vecinos.
-¿En qué va a consistir el proyecto de la Agencia de la Innovación que está preparándose?
-En estos momentos, uno de los handicaps que tiene la Comunitat es, digamos, la infrainnovación. Somos una de las autonomías con mayor tejido empresarial pero con menor capacidad de recursos para la innovación y, además, está muy atomizado todo. Se hacen cosas buenas pero no hay un espacio común, está demasiado disgregado. Lo que buscamos es un instrumento para darle la mayor potencia a la innovación y, no solo desde el punto de vista de las empresas privadas, sino también en el ámbito de la Administración pública, a la búsqueda de una nueva cultura de la innovación. Queremos crear para ello este Consejo Valenciano de Innovación que tendrá un recorrido de un año como máximo porque lo que se propone es que Les Corts haya aprobado ya la citada agencia en ese tiempo. De lo que se trata, en definitiva, es de situar la innovación como una prioridad de la agenda política y económica de la Comunitat, contando con las universidades, personas de prestigio y tratar de darle una continuidad de más de una legislatura.
-Pero hay una conselleria, la de Economía, que se encarga de esa área…
-Es que no nos referimos solo a sectores productivos, además de que hay sectores que están fuera de esa conselleria como el turismo, otras cuestiones que tienen que ver con la Administración pública que competen al departamento de Justicia, otras que se sitúan en Hacienda… va a afectar al conjunto del Gobierno valenciano.
-Al aeropuerto de Castellón se le está investigando por posibles ayudas que vulnerarían la competencia. ¿Cómo ve la situación?
-Lo que veo es que el PPCV no jugaba con Europa con las reglas que tocaban. Solo nos faltaba esto con el Aeropuerto de Castellón. Lo estudiaremos en profundidad y, como en otros casos, trataremos de darle viabilidad a proyectos que deberían haberse afrontado de esta manera. Por ejemplo, yo siempre dije que si este aeropuerto era necesario, que lo hiciera Aena. Debemos ahora estudiar también el pliego de condiciones para ver de qué manera podemos salvaguardar los intereses de los contribuyentes valencianos.
-Usted dijo que la Generalitat llevaría a la Fiscalía cualquier indicio de corrupción que detecten en la herencia recibida. ¿Han trasladado alguno?
-Si ha sido así puedo no ser conocedor porque no se trata de politizar esta cuestión. El Responsable político que tenga constancia tiene la autorización del presidente para actuar sobre ello.