MÁLAGA. Estamos ante una buena oportunidad de apostar por la renta variable europea. No tiene sentido que la caída de los precios del petróleo deriven en una recesión en Europa. El descenso de las últimas semanas no viene motivada por el miedo a una recesión mundial, que implicaría fuertes caídas de la demanda de crudo, sino a un exceso de demanda que evidentemente justifica la caída de los precios.
Pero tras caer de 115 a 27 dólares el barril, el precio de equilibrio debe alcanzarse en breve o incluso nos hemos podido pasar de frenada en la corrección. El recorte del precio del petróleo no se debe a una bajada de la demanda sino a una guerra abierta de los productores por no perder cuota de mercado.
Algo similar a lo que ocurrió en España con la guerra de depósitos. Estando los tipos en mínimos el BCE y Banco de España querían que se agilizaran las fusiones y reestructuración del sector financiero. La mejor forma de acelerarlo fue lanzar una guerra de depósitos al 3% ó 4% generando pérdidas para la entidad que los ofrece pero que obligaba a todos a entrar en esta lucha para no perder cuota de mercado. El que tenía más capacidad de endeudamiento y más margen de maniobra para aguantar más tiempo asumiendo pérdidas obligó a los más débiles a abandonar el mercado y los primeros se repartieron el pastel.
Hoy en la industria del petróleo ocurre lo mismo. Según la consultora del sector Wood Mackenzie, las principales compañías cotizadas necesitarán que el precio del barril de Brent alcance, de media, los 66 dólares para cubrir sus inversiones, el pago de intereses y de dividendos, ya que su flujo de caja ha caído en 2015. Por tanto, tarde o temprano se equilibrará lo oferta y demanda y provocará el repunte de los precios del petróleo.
Si estamos en lo cierto, en cuanto se estabilicen los precios del petróleo, los inversores volverán a fijarse en los principales catalizadores de la renta variable europea. Los índices están en niveles de hace dos años y desde entonces, el euro se ha debilitado un 20%, el BCE anunció y ha ampliado el QE, los costes de financiación de empresas y países han bajado fuertemente, ha descendido el paro y mejorado la confianza de los consumidores y los beneficios empresariales. Incluso aunque la bolsa europea estuviese cambiando de tendencia y el año pasado se iniciara una canal bajista de largo plazo, el Eurostoxx 50 antes de ayer tocó los mínimos de 2014 que coinciden con la zona de máximos del verano de 2013 y la base del canal bajista iniciado el año pasado.
Además el MACD está en niveles de sobreventa similares a los del año pasado e incluso más bajos que los alcanzados en el verano de 2012. Si seguimos en este primer trimestre en el canal bajista comentado el rango de precios oscilaría entre 2.800-2.850 y 3.250-3.350 puntos. El binomio rentabilidad riesgo es muy razonable.
A continuación el gráfico de la evolución y rango probable del índice paneuropeo Eurostoxx 50.
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Miguel Ángel Paz es director de Gestión de Unicorp Patrimonio (Grupo Unicaja)