VALÈNCIA. En esta exposición Escif hace dibujos que Otto interviene. En esta exposición Otto hace dibujos que Escif interviene. Escif es un adulto. Otto es un niño. Este es el punto de partida de un trabajo a dúo que enfatiza en que los nuevos léxicos permiten crecer a los otros universos, e incluso resignifican los anteriores.
Con Un pájaro no canta porque tenga una respuesta, que reúne alrededor de una veintena de obras sobre papel en dos formatos intervenidas por padre e hijo alternativamente y en distinto orden, se inicia una primera correspondencia en la que el adulto y el niño dialogan desvelando la riqueza de una colaboración que juega, como en un concierto de piano a cuatro manos, a desvelar el lenguaje antes y después del diccionario, a hacer y deshacer estructuras poniendo en valor una dualidad que se enriquece desde la horizontalidad.
Padre e hijo crean, representando las categorías de adulto y niño respectivamente, un conjunto de piezas que inicia un universo colaborativo y que sirve tanto para señalar la importancia de la infancia, desestructurada y vivencial, como la contención de la madurez, capaz de cultivar una mirada a la que la rebelión se le presenta como una revelación.
Escif, activo desde finales de los años 90, con un gran número de trabajos nacionales e internacionales y Otto 183, nacido en 2018, nos guían a través de un proyecto que invita al juego y a pensar en la posibilidad de nuevos posibles y en la necesidad de esos otros posibles acelerados por el niño, carentes de nombres pero capaces de activar nuevos animales.
La muestra podrá verse desde su inauguración este 23 de septiembre de 17 a 21 h dentro del marco de Abierto València y hasta el 2 de diciembre en Gabinete de Dibujos (Literato Azorín, 33, Valencia).