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el tintero / OPINIÓN

Estabilidad y continuidad

No se me ocurriría mejor manera de finalizar este mes de enero que hablando de una de las pocas instituciones que nos otorgan estabilidad, seriedad, solvencia, respeto y orgullo a millones de españoles. Felipe VI, Rey de España cumplió ayer 50 años y lo celebró de una manera muy especial.  

31/01/2018 - 

No siempre las malas noticias, o al menos las protagonizadas por personajes menores, son las que copan las portadas de periódicos y noticieros. Esta semana parecía que tendría como único protagonista a Puigdemont –no se cuántas lleva liderando las informaciones, parece esas canciones del verano que están en el top musical varios meses–, pero su no presencia y el aplazamiento del pleno de investidura, además de convertirse en una historia interminable e insufrible para muchos, hicieron que el asunto catalán quedará en un segundo plano frente al aniversario o cumpleaños de nuestro Rey, Felipe VI.

Lo habitual cuando alguien cumple años es recibir regalos de sus familiares y amigos, pero cuando uno es padre sabe que la felicidad real y sincera se logra más cuando se da, cuando se ofrece, cuando se entrega con amor y cariño que cuando recibimos, y así lo hizo ayer el Jefe del Estado. En un acto emotivo, solemne y cargado de simbolismo, nuestro monarca, quiso simbolizar la continuidad de la institución monárquica en su heredera, la Princesa de Asturias, Leonor de Borbón imponiéndolo el Collar de la Orden del Toisón de Oro, orden que en una década aproximadamente cumplirá seis siglos de existencia, siendo una de las más prestigiosas y antiguas de Europa y que tiene un especial vínculo con la Corona de España.

Este acto ha tenido lugar justo cuando toda España ha comentado las imágenes de la vida diaria de la Casa del Rey que se han publicado, cientos de comentarios y cómo no, burlas y memes se han hecho. Lo fundamental es el vigor, la actualidad y la profesionalidad de nuestro Rey y el ejemplo que debe transmitir su conducta institucional y también personal y familiar. [Aquí los anti-todo considerarán que esa imagen de familia ideal es irreal pero si cometieran el mínimo desliz, serían los primeros en criticar su mala conducta].

En un tiempo donde todo cambia en cuestión de días, casi horas, nada trasciende, todo es efervescente, esa cultura clínex que todo lo invade: las relaciones personales, sentimentales, los productos que consumimos, etc., muy pocas son las figuras o entidades que nos generan seguridad, firmeza y consistencia. Y sin duda, la Monarquía, no sólo española sino en muchos países europeos, especialmente la británica, generan la certeza de que no todo es desechable, destructible y eliminable. Hay cosas que es bueno que resistan el paso del tiempo por el bien de la historia, la tradición y la sociedad.

"...Deberás respetar a los demás, sus ideas y creencias; y amarás la cultura, las artes y las ciencias, pues ellas nos dan la mejor dimensión humana para ser mejores y ayudar a progresar a nuestra sociedad. Te guiarás permanentemente por la Constitución, cumpliéndola y observándola; servirás a España con humildad y consciente de tu posición institucional; y harás tuyas todas las preocupaciones y las alegrías, todos los anhelos y los sentimientos de los españoles...."

Palabras de S.M. el Rey en el acto de imposición del Collar de la insigne Orden del Toisón de Oro a Su Alteza Real la Princesa de Asturias

La retahíla de argumentos antimonárquicos es sabida, entre otros el falaz del ahorro, cuando está demostrado que muchas monarquías son más económicas que algunas repúblicas. En cualquier caso, España con su idiosincrasia y carácter latino, se encuentra en su mayor tiempo –40 años– de paz, seguridad y estabilidad bajo la forma de Estado de Monarquía parlamentaria como reconoce nuestra Constitución. Y es que nada mejor que una figura independiente e imparcial para simbolizar la unidad y la jefatura de la nación, que además recoge una tradición propia, pues bajo otros reinados fuimos el Imperio más importante del mundo.  

En los últimos tiempos, especialmente en la crisis catalana que con poco tino está gestionando el gobierno central ante la beligerancia de los líderes políticos nazionalistas, la voz del Rey ha sido firme y contundente para marcar el respeto a la democracia, la ley y para otorgar confianza a un pueblo que tantas veces se siente huérfano de auténticos líderes, con carisma y con imagen, como Felipe VI. Además en la última semana, su discurso en el Foro Económico de Davos fue brillante y sirvió para que la imagen de España se situara donde merece por el potencial de nuestras empresas y profesionales, frente a unos políticos acomplejados y timoratos. Sin duda el Rey de España y la monarquía tienen muchos servicios que prestar a esta patria antigua pero que sigue siendo una potencia y el mejor lugar del mundo para vivir. He dicho.

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