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al otro lado de la colina / OPINIÓN

¿Están los políticos preparados para la gestión pública?

Foto: WHITEHOUSE

Estamos en ciernes de una campaña electoral, que por mor del enroque y del tacticismmo va a durar casi dos meses, habrá que ir pensando que criterios usamos para votar

2/03/2019 - 

Cualquiera de nosotros cuando vamos al médico, estamos seguros de que el Doctor está en posesión no sólo de la licenciatura de medicina, sino que además esperamos que tenga toda clase de Masters, especialidades y cursos, incluido el difícil MIR, para depositar en sus manos uno de los bienes más preciados que tenemos, sino el que más, como es la salud.

Pero también cuando vamos de viaje, esperamos lo mismo del piloto, o cuando vamos al notario o al abogado a redactar nuestras últimas voluntades o cualquier otro acto jurídico, o cuando llamamos al instalador de gas o de la electricidad de nuestra casa, esperamos que todos esos profesionales estén sobradamente preparados (para eso están las acreditaciones, homologaciones y bastanteos oficiales como garantía pública de que lo están). Por otra parte, confiamos (aunque después de la crisis del 2008 un poco menos) en entidades bancarias, agentes y fondos, la administración, de una forma u otra, de nuestra nomina, de nuestros compromisos financieros (hipotecas, recibos de luz, agua, gas…) e incluso de los ahorros (para los que tengan la suerte de poder ahorrar), porque están controlados por diferentes órganos regulatorios y de control, además de estar compuestos de prestigiosos profesionales. Y aquí es donde nos puede surgir la duda ¿qué preparación tienen los políticos para gestionar los miles de miles de millones que suponen nuestros impuestos?

La Administración pública ergo política es, entre otras cosas, ese “vehículo fundamental para edificar la ciudadanía y la actividad del hombre” (Papa Francisco dixit, en la 52ª jornada Mundial de la Paz), o también, de forma más prosaica, esa maquinaria que debe atender a los intereses generales mediante un sistema garantista, he ahí los motivos de su complicación; primero, que es lo propio del nivel político, por la identificación de cuales son o deben ser los intereses generales (aquí es donde el realismo o el sectarismo se nota), segundo, que es el plano de la gestión pública, como hacer funcionar eficientemente ese organismo tan especial (por lo diferente que es del sector privado) que por gestionar de forma transparente los fondos públicos (mediante un sistema garantista y basado en parte en el principio de la desconfianza) tiene sus tiempos y sus formas, y exige una formación y experiencia compleja, es en esta perspectiva donde recae la pregunta del título.

En la historia, muchos conocen mi debilidad por la Reina madre de las ciencias de comportamiento humano, hay ejemplos de cómo se preparaban los líderes para ejercer responsabilidades públicas, hace poco a raíz de presentar al magistrado Eloy Velasco, precisamente en un congreso sobre corrupción política y regeneración democrática, hablaba con él de cómo los romanos con su Cursus honorum eran todo un ejemplo de escuela de liderazgo político. Esta carrera profesional de lo público, obligaba a los que la quisieran seguir, iniciarla desde el primer escalafón de la misma, el de Quaestor (fiscalizador de cuentas, una especie de Interventor), pasando después al de Edil (especie de responsable municipal), después el de Praetor (presidían los tribunales de Roma), para finalizar como Consul (máxima magistratura equivalente a jefe del poder Ejecutivo), eso sí todo ello con limitaciones temporales, recogidas por ejemplo en la Lex Villia annalis (180 a.C) estableciendo unas edades mínimas para acceder a cada cargo, limites en la duración del cargo, en algún periodo y en alguno de ellos de solo un año, debiendo tener entre cada cargo un periodo de pausa, de descanso.

Hoy en día vemos como los cargos representativos vienen desde diferentes profesiones o ámbitos a ejercer tan noble magistratura, algunos con experiencia previa, otros con formación ya de servidores públicos, incluso otros con ningún bagaje laboral, por eso es importante fijarnos en sus curriculums, para ver si pudieran o no estar capacitados para esa compleja gestión, y los que la han ostentado, como dicen las escrituras, por sus obras los conoceréis, esto es fundamental en esta época que se avecinan numerosas citas electorales.

Pero si se fijan, casi casi hoy en dia, hay politicos que han realizado un cursus honorum sui generis, porque por ejemplo, ahí tienen al President Ximo Puig, con casi cuarenta años dedicados a la política, pues ademas de cargos internos de partido ha ejercido de alcalde, diputado de la Diputación, autonómico e incluso nacional, jefe de gabinete del president Joan Lerma,  director general de la GVA (en algunos casos compatibilizando algunos de esos cargos) y finalmente president del Consell desde 2015, toda una trayectoria. Otras carreras han sido más cortas aunque no por ello menos intensas, como la candidatas Isabel Bonig o María José Catalá que pasaron de alcaldesas a conselleras, pasando a ocupar también los cargos de diputadas autonómicas (Catalá incluso nacional), por lo que la política municipal y autonómica no tiene secretos para ellas. O como Mónica Oltra, que según Internet empezó muy joven su militancia incluso siendo menor de edad, aunque su cursus honorum lo empezase mucho más tarde que su compañero de Consell Ximo Puig, pues fue en 2007, hace sólo 12 años, cuando accede a ser diputada autonómica, para después ser Vicepresidenta del Consell desde 2015.

En cambio otros han empezado más tarde en esto de la política, por lo que traen su bagaje profesional, como Toni Cantó que aporta a la política sus magnificas tablas como actor de cine, teatral o de televisión, empezando como diputado nacional en 2011; su compañero de partido, Fernando Giner, tiene una solida experiencia en el mundo mercantil y docente que ha compaginado con labores sociales en Casa de Caridad empezando en esto de la vis pública en la tardía fecha de 2015 como concejal; otros que también empezaron en ese año su vida política (y casi también profesional) fue un joven Antonio Estañ. Aunque el más novel de los que se estrenan en esto de la vida política en las próximas elecciones parece que va a ser Jose Mª Llanos, que aportará su sapiencia universitaria al mundo político que está muy necesitado de pedagogía.

En fin, ya ven, todo un elenco de carreras públicas y profesionales donde elegir, aunque hay que tener en cuenta a sus equipos (además de a sus ideas claro), que son fundamentales no sólo para alcanzar la victoria en la campaña electoral, mientras se dan codazos para estar lo mejor situados en las listas, sino para saber gestionar el triunfo y sobro todo gestionar la Administración, que como dije es cosa compleja y ardua, por eso no sólo debe de haber en esos gabinetes personal de comunicación, sino también profesionales de la res publica, para que ejerzan de catalizadores entre el escalón político y el administrativo.

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