VALÈNCIA. La fibrilación auricular es un concepto desconocido para el público general pero que, sin embargo, supone uno de los principales problemas sanitarios en todo el mundo.
En la actualidad, se estima que más de 60 millones de personas en todo el mundo sufren esta enfermedad, que es el tipo de arritmia más frecuente entre la población adulta —con una prevalencia entre el 2 y el 4 %— y representa uno de los principales motivos cardiológicos de consulta en los servicios de urgencia. «Hemos notado un incremento de los pacientes que acuden a nuestras consultas por fibrilación auricular, especialmente debido al mayor número de pacientes que se diagnostican de forma casual o mediante la popularización de los smartwatches», asegura el doctor Ignacio Sánchez Lázaro, responsable de la Unidad de Cardiología del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre.
Además, se espera que el número de personas que padece esta dolencia se duplique en los próximos años debido al aumento de la esperanza de vida y a la mayor prevalencia de los factores de riesgo que favorecen su aparición, como la hipertensión arterial, la diabetes, la insuficiencia cardíaca, la cardiopatía isquémica, la enfermedad renal, la obesidad o el síndrome de apnea-hipopnea del sueño, entre otros.
La fibrilación auricular se origina por la aparición de múltiples estímulos eléctricos producidos alrededor de la desembocadura de las venas pulmonares en la aurícula izquierda, que provocan un ritmo cardíaco irregular y, a menudo, con una frecuencia cardíaca más rápida de lo habitual.
«Lo más frecuente es que el paciente note el corazón más rápido y con un ritmo anormal. En otras ocasiones, ésta se diagnostica cuando el paciente acude a su médico por síntomas inespecíficos como la fatiga, el cansancio, edema en las piernas o, incluso, dolor torácico», afirma el doctor Sánchez Lázaro, quien alerta que el principal riesgo al que se exponen los pacientes que sufren esta enfermedad es el ictus.
«En condiciones normales, las aurículas se contraen con cada latido expulsando toda la sangre de su interior hacia los ventrículos. Cuando aparece la fibrilación auricular, se pierde esta contracción y se facilita el remanso de sangre en las aurículas, que puede desembocar en la formación de coágulos que, si se sueltan, pueden producir un ictus o una embolia sistémica», explica el responsable de cardiología del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre.
Así pues, ante la sospecha o el diagnóstico de fibrilación auricular se debe acudir a un médico para realizar un electrocardiograma y comprobar el ritmo cardíaco. Además, en casos de palpitaciones ocasionales puede ser necesaria la implantación de un Holter-ECG que realice un electrocardiograma continuo durante 24-48 horas; en la actualidad, también se ha aprobado el uso de los smart watches anteriormente mencionados para el diagnóstico de esta patología, siempre bajo la supervisión de un médico.
Respecto a las opciones para tratar esta dolencia, existen dos aspectos claramente diferenciados en el manejo de los pacientes con fibrilación auricular.
El primero de ellos se refiere a determinar si el paciente necesitará recurrir a anticoagulantes para evitar la aparición de ictus o embolias sistémicas. «En la actualidad, se suele optar por anticoagulantes de acción directa que requieren menos controles que el acenocumarol o la warfarina», subraya el doctor Sánchez Lázaro.
Por otro lado, es necesario decidir si se mantiene al paciente en ritmo normal o si, por contra, se deja que este mantenga su arritmia con un buen control de frecuencia. «Actualmente, todas las guías indican que es mejor para nuestros pacientes intentar mantenerlos sin arritmia, algo que podemos conseguir con fármacos o mediante la ablación del sustrato que produce la arritmia», añade el doctor.
Hasta hace unos años, los fármacos eran la opción preferente, pese a que la tasa de recurrencia a los 12 meses es de casi el 50 %. Sin embargo, los avances tecnológicos han permitido situar la ablación al mismo nivel que el tratamiento médico y se ha convertido en la opción más recomendable en casos de pacientes jóvenes, aquellos en los que la arritmia es todavía ocasional o con mayor repercusión clínica. Además, en caso de aparición de insuficiencia cardíaca debida a la fibrilación auricular, la ablación es claramente superior al tratamiento médico.
«Las dos formas de ablación que existían hasta hace pocos años eran térmicas, con la aplicación de frío o calor, que podían producir lesiones fuera del corazón y tenían una tasa de complicaciones graves de entre el 2 y el 3 %», apunta el doctor Sánchez Lázaro.
En este punto, el Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre cuenta, en exclusiva, con el sistema de ablación Farapulse ® que permite una ablación selectiva y no térmica del tejido miocárdico, proporcionándole una tasa de éxito del 81%, superior a la de los sistemas tradicionales (del 70 %).
«Con este sistema, que se emplea en los hospitales más importantes de toda Europa, el paciente verá cumplidas sus expectativas de quedar libre de la fibrilación auricular de una forma más rápida, cómoda, eficaz y segura que con los métodos de ablación disponibles hasta la fecha», insiste el responsable de Cardiología.
El Instituto Cardiovascular Vithas Valencia 9 de Octubre cuenta con una amplia experiencia en la ablación de fibrilación auricular con los sistemas tradicionales térmicos, con más de un centenar de casos realizados en los últimos años. Además, disponen de un equipo de profesionales de electrofisiología que se encuentra entre los que más procedimientos han llevado a cabo con el sistema Farapulse® en España.