VALÈNCIA. El seminario de Ademuz, con el que el gobierno autonómico hizo examen de las políticas del último semestre y se planteó nuevos objetivos de cara a la segunda mitad del año, cerró este fin de semana con un balance relativamente positivo, motivado por unos objetivos menos ambiciosos que en otras convocatorias. De esta manera, el área de Cultura capitaneada por el conseller Vicent Marzà cumplió dando por iniciado el Plan de Inversiones en Patrimonio Cultural –único objetivo marcado en el seminario de Sagunt-, una iniciativa que supone, en resumidas cuentas, el reparto de los aproximadamente cuatro millones de euros ya asignados en el presupuesto anual para tal efecto. De esta forma, el plan suma tanto trabajos realizados, en proceso de ejecución o pendientes, obras que se llevarán a cabo a lo largo del año en todo el territorio valenciano. Con el plan iniciado, Ademuz sirvió para sumar dos objetivos más, ambos competencia de la Dirección General de Patrimonio y Cultura, liderada por Carmen Amoraga, y que, aunque no anunciados oficialmente, ya se trabajan desde hace meses.
El primero de ellos, tal y como avanzó Cultur Plaza, se trata de un proyecto de residencias artísticas que se impulsará desde el Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana (CMCV) con el que quieren “contribuir al dinamismo del contexto artístico valenciano y dar apoyo a los procesos de investigación y creación dentro del ámbito de la cultura contemporánea”. Con esta iniciativa, desde la Dirección General se pondrán en marcha tres líneas de residencia de artistas abiertas a todo tipo de creadores y distintas disciplinas: Investigación, Mediación y Producción. De esta forma, las residencias se desarrollarán en el Espai d’Art Contemporani de Castelló, el Centre del Carme y el Centre de Cultura Contemporània Les Cigarreres d’Alacant, con la colaboración del IVAJ y el Colegio Mayor Rector Peset, que acogerán a las personas participantes.
En última instancia el objetivo es la selección de “proyectos inéditos y propuestas innovadoras” en el campo de la creación contemporánea, una selección en la que se tendrá en cuenta la vinculación de los creadores con el territorio valenciano. "En la Comunitat Valenciana nunca ha habido un programa de residencias artísticas públicas, es una carencia importante. Permite conectar a los creadores a nivel estatal e internacional mediante un plataforma que se integra en un circuito de colaboración con otras zonas de España. Nos enriquece. Se trata de llevar a cabo una iniciativa que nivel autonómico no ha existido, pues se dirige a creadores de tres provincias, nace con vocación autonómica”, explicaba el pasado mes de marzo el director del Consorci, José Luis Pérez Pont.
El segundo de los dos objetivos marcados por la conselleria de Cultura en el seminario de gobierno de Ademuz es la presentación de la primera encuesta sobre intereses y hábitos culturales, en proceso de contratación y cuya puesta en marcha se comunicó este mismo mes durante la Comisión de Patrimonio, Museos y Artes Visuales de la Mesa de la Cultura Valenciana. La propia Carmen Amoraga explicaba la semana pasada a Cultur Plaza el proyecto: “"Nos va a dar una bases objetivas para saber cuáles son los nuevos públicos que tenemos que buscar. Esta base se podrá aplicar a los presupuestos, que es al final la forma con la que más política se puede hacer, con el reparto [...] Los presupuestos, aunque estamos trabajándolos, se hacen en octubre. La idea es, aunque no esté el documento, usar algunos resultados".
De esta forma, la Comunitat Valenciana seguirá los pasos de otras regiones como Catalunya, el País Vasco o Andalucía, que cuentan con sus propias encuestas específicas al margen de los datos del Ministerio de Cultura. Sobre una base de 2.000 cuestionarios surtirán unos resultados que servirán para conocer las prácticas, intereses y opiniones de los usuarios, que se trabajarán “con un sentido estratégico”. El informe constará de cinco capítulos dedicados a las lecturas y usos de Internet; a la música, el cine y las artes escénicas; al asociacionismo cultural; a las desigualdades en el universo cultural; y un capítulo de conclusiones. Además, la primera encuesta de hábitos se plantea con la intención de que sirva para generar un proyecto paralelo: el Libro Blanco por la Igualdad de Género en la Cultura.