VALÈNCIA (EFE). Los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona, el Eurogrupo, pasarán este lunes revista a las medidas de apoyo adoptadas el último año para hacer frente a la pandemia y al impacto de la misma en los diferentes sectores, con el fin de empezar a perfilar la transición de las ayudas indiscriminadas a medidas más específicas.
El Eurogrupo considera que la ayuda fiscal concedida hasta ahora -más de 422.000 millones de euros o el 3,7 % del PIB de la eurozona- ha logrado amortiguar el golpe económico y apuesta por mantenerlo el tiempo que sea necesario puesto que la pandemia sigue pesando sobre la economía, que debería empezar a recuperarse en el segundo trimestre del año pero no regresará al nivel precovid hasta 2022.
"Retirarlo demasiado pronto es más costoso que retirarlo demasiado tarde", señala un alto cargo europeo.
Pero los ministros también tienen claro que estas medidas son temporales y, una vez mejore la situación sanitaria y reabra la economía, tendrán que ser "recalibradas".
"Llegará un momento en que algunos sectores estarán volviendo a la normalidad o cerca de ella, mientras que otros aún estarán sufriendo las consecuencias de la pandemia: este es el punto en el que las medidas universales tendrán que dejar paso a medidas más específicas por sector", apuntan las mismas fuentes.
Y solo una vez que la recuperación esté asentada, tendrán que presentar estrategias fiscales "creíbles a medio plazo", teniendo en cuenta las "diferencias específicas de cada país" en su recuperación.
Para ayudar en la transición hacia un apoyo más dirigido, la Comisión ha preparado para el debate un documento sobre el impacto sectorial de la pandemia.
Según el mismo, los más afectados son los servicios de contacto -hostelería, restauración, viajes-, que vieron caer su actividad un 25 % en la primera ola, mientras que la industria (-19 %) o la construcción (-15 %) perdieron menos, y el tecnológico o financiero, fueron de los menos golpeados, con un descenso inferior al 10 %.
Las perspectivas de recuperación también difieren: los servicios de contacto escasamente habrán logrado recuperar el nivel de facturación precovid a finales de 2021, mientras que otros, como la producción de alimentos o electrónica, apenas vieron caer sus ventas un 15 % durante la pandemia.
En este contexto, Bruselas señala que, cuando empiecen a retirarse las restricciones por la pandemia, las ayudas tendrán que ser "ajustadas para evitar subsidiar a firmas que no necesiten apoyo o no sean viables", pero reconoce que ahora mismo "es muy difícil evaluar la viabilidad a largo plazo".
La Comisión no plantea medidas concretas y fuentes europeas señalan que, si bien "la discusión en los círculos políticos" gira en torno a "la necesidad de concentrarse en restaurar las posiciones de capital de empresas viables", no habrá una respuesta general, sino específica por sectores o compañías.
Se busca, explican fuentes del Ministerio de Economía español, que "con las ayudas de estado no se dé una patada para adelante a proyectos que en todo caso siguen siendo inviables" y que "los recursos (públicos) sean concentrados en empresas que van a poder superar esta crisis y crecer". Y España considera acertado este enfoque de la Comisión.
El debate llega después de que el Ejecutivo comunitario propusiese la semana pasada mantener suspendidas las reglas de disciplina fiscal también en 2022 para facilitar las ayudas, una decisión que se tomará oficialmente tras tener nuevas proyecciones económicas en mayo.
Sin embargo, el Eurogrupo no se centrará en esta cuestión, que se debatirá el martes en la reunión de titulares económicos de toda la UE, dónde también se abordará la preparación de los planes de recuperación nacionales.