La tragedia que costó ocho vidas y sacudió los cimientos del montañísmo profesional se convierte en una espectacular película
VALENCIA. Son muchas las rutas que llevan a la cima del Everest. Unas se desvían hacia Suiza (como la conocida como la de ‘los españoles’, que Luis Bárcenas ayudó a abrir en 1987); otras, directamente a la muerte. En una de estas se ha fijado el director Baltasar Kormákur en Everest, una de las películas más espectaculares de los últimos tiempos. Con la mirada puesta en el mítico documental de Kevin MacDonald Tocando el vacío (2003) y el reto de superar el espectáculo de Cara Norte (2008) de Phillip Stölz, el islandés presenta este viernes la que podría ser tanto el último gran estreno del verano como el primero del inminente otoño.
La cinta pretende reconstruir la catástrofe ocurrida el 10 de mayo de 1996 y que, hasta ocho años después, fue la más grave que ha conocido la cima del mundo. Tres expediciones, de otras tantas compañías privadas, intentaban el asalto a la cima cuando una tormenta de más de diez horas, prevista para el día siguiente, sorprendió a todos los participantes. Ninguno de los más de veinte expedicionarios tenía experiencia previa en subir un 8.000, lo que agravó la tragedia.
Lo que realmente ocurrió ha sido motivo de debate eterno entre los montañistas de todo el mundo, y dos de los protagonistas, Jon Krakauer y Anatoli Boukreev, dejaron su versión en sendos libros: Mal de altura y Everest 1996 (coescrito por Gary Weston DeWalt) respectivamente. Otros supervivientes también dejaron constancia escrita de su experiencia. Boukreev murió un año después en el Annapurna.
Un tema eterno es cómo influyó que el segundo ascendiera sin oxígeno y se adelantara a la expedición lo que, según el primero, hizo que no estuviera junto a sus clientes cuando comenzó la tormenta (tuvo que iniciar antes el descenso). Eso sí, su heroica actuación evitó más muertes entre los montañeros que eran incapaces de encontrar el camino al campamento de altura.
Desde luego, de dónde sacar la inspiración no debió ser tan difícil. Mientras estaban rodando, el 18 de abril de 2014, tuvo lugar la peor avalancha que ha sufrido el Everest, en la llamada ‘Puerta de Oro, y que causó más víctimas que de la película, la mayoría de ellos sherpas: fallecieron 16 personas, el doble que en la catástrofe que retrata Everest.
Más que en la polémica, Kormákur ha querido centrarse en los protagonistas de aquel día, así que su visión se basa en ambos testimonios y en entrevistas a otros de los que estuvieron presentes en la tragedia. En la película, actores de la talla de John Broslin, Sam Worthington, Keira Knightley, Jake Gyllenhaal o Robin Weight son los encargados de ponerles cara.
Para la película, Paramount quiso contar con Christina Bale, que prefirió perder el tiempo rodando Exodus: Dioses y Reyes (2014) a las órdenes de Ridley Scott. Para él estaba pensado el papel de Robert Hall (director de Adventure Consultants, uno de los supervivientes). El ‘no’ obligó a modificar los planes y sustituirlo por Jason Clarke (el John Connor de Terminator Génesis). Además, Kormákur optó por quitarle protagonismo y apostar por una visión más coral que aquella jornada trágica.
El telón de fondo de la tragedia fue la comercialización del ascenso al Everest. Uno de los mayores desafíos que un montañista podía emprender se había convertido en una especie de aventura para todo aquel que tuviera algo de experiencia y, sobre todo, dinero para pagarse la expedición (50.000 dólares). La falta de preparación de muchos de ellos contribuyó a acentuar la tragedia. De hecho, Krakauer -que era periodista- había acudido a escribir un artículo sobre el tema.
Los amantes del cine recordarán a Kormákur sobre todo por 2 Guns (2013), la película protagonizada por Denzel Washington y Mark Wahlberg basado en el cómic homónimo de Steven Grant. Pero el islandés es todo un hombre orquesta que ha sido director, actor, guionista y productor e incluso tiene en su haber una serie (Trapped) bastante elogiada por la crítica de su país. Suyas son también película como Las marismas (2006) o Verdades Ocultas (2005).
El espectáculo está asegurado ya que el guión está firmado por William Nicholson (Gladiator, Invencible, Los Miserables) y Simon Beaufoy (Slumdog Millonaire, Full Monty, 127 hours). Eso sí, la crítica en Venecia -así de graciosos son algunos- ha señalado que la película es un poco fría: mucha acción, mucha espectacularidad pero falla en el aspecto dramático. Otros, en cambio, se han deshecho en elogios.
La idea de convertir en película la trágica expedición data de hace 20 años. En ese tiempo, solo se logró rodar un tv movie de bajo presupuesto en 1997. Los derechos del libro Left for dead (la versión de uno de los testigos, Beck Weathers) se vendieron en 1997, así como las transcripciones de la conversación por radio que sostuvieron el expedicionario Rob Hall con su mujer Jan Arnold, cuando este le llamó para despedirse y ella intentaba animarle para que descendiera.
En 2004, Stephen Daldry (Billy Elliot) estuvo a punto de comenzar el rodaje, pero problemas financieros se lo impidieron. Al final, la intervención del productor Tim Beavan (Fargo, El gran Lewoski) fue determinante para que en 2009 el proyecto recibiera luz verde.
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