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el tintero / OPINIÓN

Falta emoción y falta ilusión

Acabamos de vivir una moción de censura, y si ha tenido una utilidad ha sido la de poder ver a nuestros máximos representantes hablando durante horas y dejando claro que la mentira es la norma en la coalición de gobierno

22/03/2023 - 

La política no sólo se hace en las sedes parlamentarias, la política es algo que afecta a todos, nos guste o no, nos interese o no. La política se hace en un consejo de ministros, en una sesión de control al gobierno y también en una tertulia de amigos en una comida o en un grupo de WhatsApp. La política es la gestión de la vida pública, es la preocupación por los asuntos que nos afectan a todos, es el debate y la discusión para alcanzar acuerdos y tomar decisiones sobre las normas de convivencia que nos queremos dar. Se puede decir que la política es todo, o al menos, lo abarca todo. Por lo tanto, una moción de censura que ha generado un debate largo y completo donde intervienen los líderes de los partidos políticos, aunque sea a modo de debate sobre el estado de la nación, tiene una utilidad muy práctica para los ciudadanos, puesto que no solemos presenciar estos debates de fondo. 

Fichas marcadas

La parte más siniestra de esta moción, como de tantas otras situaciones a las que asistimos, es el excesivo encorsetamiento en el que se mueven nuestros políticos, controlados y sometidos a la férrea disciplina de partido, siendo inviable e imposible ver a cualquier diputado votando con libertad y en conciencia cualquier tipo de iniciativa. De hecho, ni escuchamos declaraciones que puedan disentir o matizar el discurso oficial y el ideario de cada partido. Por ello, en esta moción ya sabíamos lo que unos y otros iban a votar, de manera empecinada. El caso del PP es el más llamativo, y sinceramente es de juzgado de guardia. Su estrategia para hacer oposición y liderar el cambio político no es ni criticar diariamente a Sánchez y sus ministros, ni apoyar cualquier iniciativa que pueda acabar o debilitar al gobierno y por supuesto, nunca buscar alianzas con los partidos con quienes compartes electorado y se supone que parte del programa político. No. 

El partido empezó con el resultado anotado en el acta final. Ni lo que se ha dicho, ni que varios portavoces coincidan en sus críticas y valoraciones negativas del actual gobierno se ha trasladado a un apoyo favorable a esta moción, lo cual demuestra lo surrealista y absurda que puede resultar la política. Hace unas semanas, la mayoría de los medios han lanzado mensajes para atacar a Vox por dos motivos: registrar una moción de censura en el Congreso y proponer un candidato independiente que no forma parte de su partido, incluso no coincide en sus postulados ideológicos. A derecha e izquierda se ha creado un relato para desprestigiar la propia moción y por supuesto al partido que lidera Abascal. Un claro ejercicio de labor periodística partidista a favor de los dos grandes partidos. 

Ni esperanza ni ilusión

Los partidos que están en la oposición andan enfrentados y el partido mayoritario tiene claro que no quiere generar esperanza en un cambio real ni ilusión con sus candidatos. La estrategia del PP es la de sustituir al PSOE y esperar que caiga por sus propios errores, sin tener en cuenta la habilidad demostrada por Sánchez para aniquilar a sus adversarios. El PP y sus votantes se muestran tranquilos, como su líder, porque dan por seguro que habrá cambio político y que ellos gobernarán. Y ni se preocupan por buscar candidatos que ilusionen a una ciudadanía harta de los desmanes de la izquierda y los nacionalistas, ni prometen (porque no harán) acabar con las leyes y las políticas que recortan derechos y libertades. La acción y la omisión de los populares asume e integra la mayoría de los postulados ideológicos del PSOE, considerando que la sociedad ya los ha interiorizado y es inútil luchar contra ellos. 

Creo sinceramente que pese a todo lo sucedido, la derecha popular no quiere dar la batalla de las ideas, los principios y la ingeniería social. Y Vox la da con los medios de derecha en su contra y con sus votantes naturales autonegándose para justificar a un PP que es el PSOE antes de Sánchez. Sobre la gestión del gobierno “censurado”: demasiadas barrabasadas para reunirlas, recopilarlas y detallarlas en una columna; demasiadas barbaridades para entenderlas o asumirlas y decisiones erróneas que logran adormecernos y distanciarnos de la política y los políticos. Como dijo Rufián: “hay tanto ratón votando a gatos”, sin reconocer que asistimos constantemente a “ovejas votando a lobos” como en su rota Cataluña. A la emoción quizá le faltó emoción, pero lo más grave es que en una época electoral no se respira la crítica razonable al gobierno y la esperanza ilusionante a los españoles que sueñan con una nueva etapa que renueve y reforme los desmanes acometidos. 

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