VALÈNCIA. A veces sucede que, queriéndolo o no, uno crea escuela dentro de su propia familia. Si a uno le da por torear, a los hijos también, que se hace uno hueco en el mundo deportivo, pues el hermano también. No es que las capacidades se hereden ni que toda la familia comparta la misma identidad genética, pero hay historias familiares que tienden a repetirse, bien sea por lealtad, por admiración, comodidad o la razón que sea.
En el mundo de la empresa también es habitual encontrar clanes que parecen llevar el ‘gen’ emprendedor en el ADN. No nos referimos a empresas familiares que pasan el control de una generación a otra, sino a familias con distintos miembros que acometen por separado su particular proyecto empresarial. Y aunque se les acaba conociendo más por el apellido -a veces compuesto- que por el nombre, no siempre es fácil relacionarlos. A veces, eluden los vínculos familiares por temor a ser catalogados de “hijos de papá” leyenda, por cierto, bastante difundida en el ecosistema emprendedor entre aquellos que se jactan de haber arrancado el proyecto solo con los 3.000 euros fundacionales.
Dejando a un lado las cunas, lo cierto es que hay casos curiosos de familias donde la vocación emprendedora es doble o triple. Uno de los que llama la atención es el de los González-Barros, donde 3 de los 5 hermanos han terminado montando empresas. El más conocido es Antonio, cofundador y presidente de Grupo Intercom, una de las primeras incubadoras de negocios de Internet que vio la luz en 1995 y de la que han salido decenas de startups. El segundo es Nacho, quien pronto se desvinculó de la empresa de Antonio para lanzar sus propios proyectos y convertirse en emprendedor en serie. Ha sido cofundador y CEO de Infojobs, cofundador de Neurona, cofundador de Niumba, Mailtrack y, actualmente, de Hireflix. Cuando Nacho estaba en Niumba, convenció a su hermana María José para que abandonara su trabajo en un laboratorio farmacéutico y se sumara al proyecto. “Yo no tenía mucha vocación emprendedora y, además, tenía un trabajo que me gustaba”, reconoce. Aún así lo dejó y se hizo emprendedora cuando ya tenía tres hijos pequeños. A día de hoy, María José González-Barros es CEO y fundadora de Espacio Deco, un negocio de decoración virtual orientado a promotoras, inmobiliarias y particulares.
La valenciana Cecotec también va de hermanos. César y José Orts son los fundadores de esta empresa que empezó, en 2013 para la venta de pequeños electrodomésticos y hoy no para de dar ‘petardazos’. Tras varios años vendiendo como marca blanca para las promociones de los periódicos, a día de hoy Cecotec cuenta con más de 700 referencias, un portfolio que les permitió cerrar 2019 con una facturación de 220 millones. El punto de inflexión llegó con su robot aspirador conga, con el que consiguieron desafiar al gigante estadounidense iRobot, fabricante del Roomba. Sandra Orts desempeña ahora las funciones de manager de B2C.
Otros hermanos emprendedores, estos con el apellido Corsini, circulan en el panorama actual. Laura Corsini, influencer y fundadora de la firma de moda Bimani, es la más popular. Luego está su hermana Alejandra Corsini, cofundadora de B4Living, un negocio que se enfoca a la personalización de productos. Álvaro, hermano de las anteriores, comparte con su mujer, Cristina Oria, un negocio en el que combinan restaurantes, servicio de catering y tienda de productos gourmet.
También con pedigrí irrumpen en el ecosistema emprendedor los Pierre. Óscar Pierre Miquel, comparte con su padre -Oscar Pierre Prats- el nombre y la pasión emprendedora, aunque también por la parte materna es nieto de Ramón Miquel, fundador y presidente del grupo de distribución alimentaria Miquel Alimentació. Ingeniero aeronáutico, el fundador de la plataforma de delivery Glovo, dejó su trabajo en Airbus para dedicarse a montar empresas. Antes que Glovo fundó FUO Concept y la ONG Zikkomo. El otro Pierre que está ahora en el candelero es su primo Carlos Pierre es cofundador y CEO de Badi, una solución de alquiler de habitaciones que acaba de aliarse con cuatro cadenas hoteleras.
“A veces digo que el emprendimiento es como un juego de dardos. Si tienes dinero, puedes comprarte muchos y lanzar hasta dar en la diana, pero si solo puedes comprar un dardo, tienes que asegurarte de acertar a la primera”, declaraba el CEO y fundador de Bridge for Billions, Pablo Santaeufemia.
También es cierto que cuando alguno de estos emprendedores cuenta haber arrancado el negocio sin apenas financiación o poco más que las 3 F’s, la f de family en este caso puede alcanzar dimensiones distintas a la media. Pero pensar que un inversor va a arriesgar su capital en un proyecto emprendedor atendiendo sólo a los padrinos que haya detrás de los fundadores, parece un poco absurdo.
Tampoco el argumento del linaje debe de tener mucho peso cuando se trata de abordar el mercado global. ¿Acaso importa a los japoneses, uno de los mercados principales de Ecoalf, que Javier Goyeneche es, además de creador de la marca y fundador de la empresa, XI Marqués de Villafuerte, VIII Marqués de Artasona, VII Conde de Guaqui y VI Conde de Casa Saavedra?