VALÈNCIA. El lunes se consume el plazo de exposición pública de las ordenanzas fiscales que aprobó provisionalemente el Ayuntamiento de València, en las que se recogen una subida generalizada de los gravámenes municipales para 2020. Así, organizaciones como la Federación de Familias Numerosas de la Comunidad Valenciana (Fanucova) o la Federación Empresarial de Hostelería de Valencia (FEHV), ambas críticas con el incremento de impuestos preparado, se disponen a presentar varias alegaciones con el propósito de mermar el impacto de la recarga fiscal.
El incremento que afectará de forma generalizada a todos los contribuyentes será el del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). El Gobierno central obliga a una actualización del 3% de los valores catastrales de la ciudad, algo que viene realizando año tras año pero que, habitualmente, el gobierno municipal compensaba rebajando el tramo municipal evitando la repercusión en el recibo. Sin embargo, esta vez no lo hará y como consecuencia, el IBI subirá un 3% a partir del año que viene.
Es por ello que una alegación de la FEHV se dirigirá directamente a paliar este incremento, según explica el secretario de la entidad, Rafael Ferrando. La propuesta pasa por que el gobierno municipal compense esta revalorización catastral con la rebaja de los tipos municipales. O al menos, que lo haga parcialmente para que "si ha de haber una subida, que no sea de ese 3%, sino que sea menor".
La revalorización de los inmuebles también afectará de forma especial a los locales de tipología comercial a partir de determinado valor catastral. Según la ordenanza, aquellos que superen los 278.000 euros acostumbran a pagar un tipo diferenciado. Por tanto, si los inmuebles van a ver aumentado su valor de forma generalizada, habrá más establecimientos que superen el umbral, de manera que pasarán de pagar el tipo más bajo -0,72%- al que se aplica a este grupo -1,08%.
En este sentido, Ferrando apunta que una forma de contrarrestar los efectos negativos de esta dinámica es aumentar el umbral de el tipo diferenciado. Así, propone que éste, en lugar de situarse en los 278.000 euros, se eleve hasta los 350.000 euros. En este sentido, Ferrando pide que se tenga en cuenta "el momento en el que estamos y de dónde venimos", dado que en los últimos años el sector ha tenido que realizar "importantes inversiones en alquileres" después de que finalizara la moratoria de los alquileres antiguos en 2014.
Por su parte, en Fanucova se fijan en las bonificaciones y piden volver a la situación anterior a 2016 en lo que respecta al IBI. Entonces, el consistorio decidió crear tramos en los beneficios fiscales de las familias numerosas en función del valor catastral de la vivienda, disminuyendo estas bonificaciones para aquellos inmuebles con mayor valor. Además, en 2020 se añadirá que no se bonifique el impuesto a aquellas familias numerosas con viviendas cuyo valor supere los 300.000 euros.
"Ha de tenerse muy en cuenta que el valor catastral de un inmueble no demuestra la verdadera situación de la economía familiar", rezan sus alegaciones, añadiendo que, además, "si dividiésemos la superficie de la vivienda por el número de ocupantes, los miembros de las familias numerosas 'disfrutan' de menos metros cuadrados". "Es un prejuicio inconsistente -explican- considerar el valor catastral como índice de riqueza material".
En este sentido, la Federación piden volver a antes de 2016: que a la familia numerosa general se le bonifique un 30% en el IBI y que a la de régimen especial, se le aplique un 90%. O incluso que se mejore esta situación, añadiendo que las de régimen general con un hijo más cuenten con un 60%. En otro caso, proponen aplicar el 'metropercapita', es decir, ajustar el gravamen a la extensión de los inmuebles en función de los componentes familiares. Y como último recurso, piden mantener los tramos actuales aumentando los umbrales y bonificando un 5 y un 15% los inmuebles de valor superior a 300.000 euros.
Otra de las controversias generadas en el recargo fiscal que se aplicará es el referente al de la factura del agua. Concretamente, a la tasa del alcantarillado que está inserta en la factura y que depende del consistorio. A partir de 2020 se modificará su estructura y donde antes había dos partes, ahora habrá dos: una fija en función del contador y otra variable, en función del agua consumida. Hasta los 6 metros cúbicos mensuales, la tasa descenderá ligeramente, y a partir de este rasero, el coste por unidad aumenta progresivamente, lo que sanciona a aquellos hogares que más agua gasten, independientemente de su renta.
Por ello, Fanucova y otras asociaciones habían exigido que se modificase esta estructura dado que, alegaban, las familias numerosas se iban a ver especialmente agraviadas por los motivos anteriormente mencionados: no se tienen en cuenta el número de miembros que viven en los inmuebles. Así pues, finalmente el edil de Hacienda, Ramón Vilar, atendió las quejas y accedió a cobrar a las familias numerosas sólo el precio de la primera fracción.
Resuelto este conflicto, la FEHV también quiere frenar lo que, prevén, supondrá un aumento excesivo del gravamen para la hostelería, un sector donde el gasto de agua es más elevado que en otro tipo de actividades económicas. "La tasa de alcantarillado parece que pase más desapercibida al estar inserta en la factura del agua", asegura el secretario de la Federación, "pero no deja de ser una subida más al resto de impuestos".
También quien tenga una terraza en la ciudad deberá aportar más que hasta ahora a las arcas públicas. A finales de 2016 se aprobó un incremento muy sustancial de las tasas que pagan por el uso lucrativo del espacio público, con incrementos del 170% para los locales más céntricos, del 66% para las cercanas al antiguo cauce del río Turia, y un 4% para el resto. Como se trataba de unos incrementos importantes, el consistorio pretendía ir subiendo año tras año la tasa de forma progresiva para alcanzar el aumento completo en cinco años. En 2017 se hizo, pero en 2018 y 2019 se mantuvo congelada.
Así pues, sólo se ha subido por el momento uno de esos cinco escalones. Y en 2020 se quiere implantar el segundo. De esta manera, la zona céntrica (zona 1) pasará de pagar generalmente 62,37 euros a aportar 88,89 euros, un 42,5% más; la zona del cauce (zona 2) pasará de 42,99 euros a 50,14 euros; y la tercera de 28,97 a 29,29. Unas tarifas que en temporada octubre-marzo se rebajan, al igual que si la terraza está dentro de una Zona Acústicamente Saturada (ZAS).
"Se trata de una subida considerable", explica el secretario de la FEHV, quien no se opone a un incremento de la tasa, pero opina que debería ser "proporcional", atendiendo, por ejemplo, a índices objetivos como el IPC. Además, propone que esta operación se pueda hacer de forma paulatina y repartida en más ejercicios, y no "de hoy para mañana".
Por otro lado, cree que se debería de reestudiar la zonificación de las terrazas. Antaño contaba con dos zonas, y tras realizar un estudio la universidad, se amplió a tres zonas diferenciadas. Lo que ocurre, según Ferrando, es que "es difícil entender por qué, en ocasiones, una calle está dentro de una zona, y su prolongación pertenece a otra". Por este motivo, apunta como necesario un nuevo estudio "para afinar más las zonas".
Finalmente, sobre el Impuesto de Actividades Económicas, Ferrando admite que no afecta a una gran parte del sector hostelero, dado que se cobra únicamente a las sociedades con más de un millón de euros de facturación. Aún así, se gira a 7.974 empresas de la ciudad, de las cuales el IAE crecerá para 6.951. Concretamente, se verá incrementado el tramo que se fija en base a la ubicación del establecimiento. Hay cinco clases de calle -desde las más céntricas hasta las más periféricas, incluyendo una reducida especial para una parte del Cabanyal-, y el incremento afectará a todas.
Según Ferrando, hay tramos de subida que son "excesivos", se refiere, por ejemplo a las calles insertas en la clase primera y segunda, cuyo incremento será del 25,9% y del 23,1% respectivamente. Por ello, se debería, según la FEHV, aplicar el mismo criterio de "proporcionalidad" que antes, preferiblemente atendiendo a índices objetivos y de forma más espaciada en el tiempo.
Insiste el secretario de la Federación de Hostelería en que "habrá locales que verán incrementados varios, o incluso todos estos impuestos", por lo que incide en que no se trata únicamente de la subida de un gravamen, sino de un "incremento generalizado". Además, su intención es solicitar al Ayuntamiento algún tipo de beneficios fiscales para aquellas empresas que sean "emblemáticas" en tanto en cuanto cuentan con un "arraigo en la ciudad" labrado tras décadas. Es decir, que se tenga en cuenta "la particularidad de aquellos establecimientos con una antigüedad" determinada y que, en ocasiones, "se trata de negocios familiares".