Turno esta semana para la Reserva Federal en plena resaca de elecciones presidenciales en EEUU. A lo largo del último mes, el mercado ha ido reduciendo progresivamente la cuantía de la bajada esperada para este mes de noviembre. Las dudas sobre la futura política fiscal expansiva del país en cuanto a cuantía o intensidad ha sido uno de los principales catalizadores para este cambio de previsiones.
Adicionalmente a esto, los datos que hemos conocido a lo largo del mes en materia de crecimiento y empleo dan argumentos adicionales a la Fed para "suavizar" el ritmo de bajadas. Por otro lado, un PIB que en su último dato trimestral avanzaba un 0,7% con una buena evolución del gasto y la renta de hogares. En lo que al empleo se refiere, aunque es cierto que el dato de octubre ha sorprendido a la baja, no hay que olvidar que se trata de un dato contaminado por efectos transitorios (huracanes, huelgas, etc.). A pesar de todo ello, el mercado laboral se está mostrando resistente,
En este entorno, y con todos estos factores en mente, apostamos por una bajada de 25 pb por parte de la Reserva Federal que dejaría el tipo de intervención en el rango 4.50%-4.75%. Habrá que esperar a diciembre para ver una posible nueva bajada de 50 pb, aunque siempre que la coyuntura lo permita y las presiones inflacionistas sigan cediendo. La Fed, al igual que el BCE, está optando por tomar sus decisiones reunión a reunión, en función de los datos, sin comprometerse a priori a ningún movimiento.