WASHINGTON (EP). La Reserva Federal de Estados Unidos (FED) ha aprobado una nuevo paquete de medidas para elevar la capacidad de préstamo del sistema bancario estadounidense hacia hogares y empresas en cerca de 2,3 billones de dólares (2,1 billones de euros), según ha informado este jueves en un comunicado.
"La principal prioridad de nuestro país debe ser atajar esta crisis de salud pública, proporcionar atención a los enfermos y limitar que se expanda aún más el virus", ha indicado el presidente de la Fed, Jerome Powell. "El papel de la Fed es proporcionar tanta ayuda y estabilidad como sea posible durante este periodo de actividad económica debilitada, y nuestras acciones de hoy ayudarán a asegurar que la eventual recuperación sea tan vigorosa como sea posible", ha agregado el banquero central.
En primer lugar, la autoridad monetaria ha asegurado que incrementará la "efectividad" del programa de protección de nóminas de la Administración de Pequeñas Empresas (SBA, por sus siglas en inglés) proporcionando liquidez a las instituciones financieras que participen en el programa. Esto se hará mediante préstamos que las entidades garantizarán con los propios créditos emitidos bajo el programa de protección de nóminas.
Por otro lado, la Fed comprará préstamos a empresas valorados en 600.000 millones de dólares (549.749 millones de euros) que estén enmarcados en el Programa de Préstamos de Main Street, al que pueden acceder empresas de hasta 10.000 trabajadores y con ingresos de menores de 2.500 millones de dólares (2.290 millones de euros) al año.
El banco central incrementará hasta 850.000 millones de dólares (778.784 millones de euros) la cuantía de sus facilidades de crédito para el mercado primario, destinado a incrementar la emisión de bonos y titulizaciones; para el mercado secundario, con el objetivo de proporcionar liquidez a los bonos ya emitidos; y para titulizaciones respaldadas por préstamos estudiantiles, de automóvil y de tarjetas de crédito. Asimismo, la Fed ha indicado que comprará bonos a corto plazo a estados y ciudades del país norteamericano, por un monto total de hasta 500.000 millones de dólares (458.108 millones de euros), con el objetivo de aliviar sus presiones de liquidez.