VALÈNCIA. La 35ª edición de la Mostra de València ha acogido -en la Fundación Bancaixa- la mesa redonda Miradas en torno al conflicto vasco, dentro del ciclo que el festival está dedicando al tema del terrorismo. Ha contado con la participación de Mariano Barroso (La línea invisible), Félix Viscarret (Patria) y la periodista valenciana Lola Bañón como moderadora.
Para el director catalán Mariano Barroso dirigir la serie La línea invisible ha transformado su visión en torno al problema vasco, “es un problema que lleva implícitas muchas capas y mucha complejidad”, manifiesta. “Cuando te embarcas en un proyecto y una historia de este tipo sabes que te van a caer por todas partes”, refiriéndose a las críticas que llegan tanto de la derecha como de la izquierda. “Nos empeñamos en hacer siempre lo correcto cuando realmente lo correcto no existe. La ideología es una parte intrínseca y necesaria del ser humano pero inevitablemente nos separa”.
Por su parte, el director navarro Félix Viscarret, que ha codirigido la serie Patria de HBO, vivió durante los años 80 y 90 toda esa situación de conflicto, “aún siento la cercanía de acontecimientos dolorosos porque la herida sigue abierta, no ha cicatrizado del todo"
Por ello, durante la preparación y el rodaje de la serie Viscarret insistió mucho en el rigor y la fidelidad hacia lo que se había vivido en el País Vasco "aunque Patria sea una ficción y deba ser tomada como tal”. Y sigue abordando esta cuestión, “mi opinión política y ética no debía afectar a la serie. No podía caer en el tono maniqueo. Es más, debía hacer un esfuerzo, como narrador de historias, por entender todas las posturas”, concluye.
Preguntados por la periodista Lola Bañón sobre qué es lo que queda por contar de ETA, Viscarret contestó tajante que siempre hay algo que queda por saber de la banda. “La sociedad ha tenido unos años de mirar para otro lado. La herida se sentía demasiado cercana para mirar de frente. Pero llega un momento en el que para curar una herida hay que hablar, tratar el tema sin tapujos. Si se esconde, se tapa, sería nada más que una sanación perversa”.
Y prosigue tajante “Donosti no es Suiza, no podemos comportarnos como si nada hubiera pasado. Donosti ha sido una de las ciudades más sangrientas durante los años duros del terrorismo. No se puede enterra esa realidad bajo el silencio”.
Por su parte, para Barroso la sociedad vasca todavía guarda silencia cuando se le pregunta por el tema ETA. “En las familias sigue habiendo silencios”, recalca. El silencio esconde el tabú que han vivido los vascos.
Sobre el tema del perdón, Mariano Barroso asevera que el perdón libera, no solo al que aprieta el gatillo sino también a la víctima. Es algo que se debe conceder en beneficio propio. Para Félix Viscarret el perdón supone un proceso que lleva un tiempo, hay que ponerlo sobre la mesa y olvidar tus ideas preconcebidas. “Ojalá que tratar estos temas tengan un efecto sanador”, concluye esperanzado.
En cuanto a la autocensura, ambos coinciden en que no se la impusieron. “Para nada nos hemos planteado la autocensura, de lo contrario el miedo hubiera sido paralizante. Empezar a hablar de estas heridas ya supone un paso de gigante”, responden con cierto alivio.