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València a tota virolla

Fin a la soltería en València: para cuándo un ‘solteródromo’ para las despedidas

Acercamiento a los pros y contras del impacto premarital en nuestras ciudades. Un fenómeno con dos caras y unas cuantas alternativas

17/06/2023 - 

VALÈNCIA. Las despedidas de solteras, y de solteros, hace tiempo que han dejado de pertenecer al universo privado, puramente íntimo, al ámbito de la penumbra; en lugar de la opacidad, han terminado escogiendo la luz del día y los centros de las ciudades como entorno ideal para su sábado de evasión: si se casa, ¡yincana!

No es casual que en lugar de elegir una celebración a puerta cerrada se haya generalizado el desparrame en abierto. El ritual premarital requiere la participación periférica de los habitantes de una ciudad. Los envoltorios estrafalarios con los que se envuelve a la novia (o al novio) y los retos a los que se la somete, solo se entienden por el efecto dopamínico de poder ser vistos y percibidos. Es una actuación ante un público que no sabe que está asistiendo al espectáculo. Como el fumador pasivo, los transeúntes se han convertido en parte fundamental del nuevo orden soltero. 

Claro, hay problemillas. Los pasacalles de seres vivientes con pollas en la cabeza generan molestias vecinales. En la calle Caballeros, tomada por muchas de estas despedidas, ejercen su protesta, quizá todavía bajo la falsa creencia de que su calle es una calle para residir. Entre los jardines de La Marina, como de camuflaje previo a una emboscada, se puede sentir su paso. Escenas propias de un Out Of Context Humans que se repiten cada fin de semana. 

¿Pero solo tiene efectos adversos?, ¿hay posibles soluciones?, ¿puede València desarrollar algún plan de choque para convertirse en ciudad de ‘solterías responsables’? 

Foto: RAFA MOLINA

A favor

- Las ‘despedidas de solteros’ nos dan la razón. Hacen ruido, sí, pero porque antes han escuchado nuestros sonidos. Les dijimos que debían venir a pasarlo bien, que les esperaba una ciudad con una clima siempre favorable, un destino suave perfecto para lo jolgorioso. Y vinieron. El éxito del modelo.

- Frente a la turra de la renuncia y el éxodo urbano (como si marcharse a vivir al campo tuviera algo que ver con la vida rural…), la elección de la ciudad para compartir un hito vital como es abandonar la soltería. Es cierto que quizá se trata de un simulacro, que las conexiones con los habitantes locales no acaban de ser de igual a igual, pero hay latente un deseo por compartir. 

- La posibilidad de utilizar un sustrato real como base para candidatar a algo más alto: ¡hagamos de València la Capital Europea de las Despedidas de Solteros! Y si no existe, créemosla. ¿En qué apartado de los Objetivos de Desarrollo Sostenible encajan las ‘despedidas responsables’?

En contra

- La ciudad, València, Málaga, Sevilla, cualquiera, se toma precisamente como eso: como un sitio cualquiera. Supone la emancipación de las demarcaciones. La despedida podría darse en València o a las afueras de Bakú, capital de Azerbaiyán. Las coordenadas no importan, lo que importa es que parezca que existen.

- El uso express que hacen de las ciudades la mayoría de despedidas de solteros levanta un patrón de comportamiento que se ajusta a esa instantaneidad. Calles y plazas que pasan a convertirse en escenarios de usar y tirar. Una tematización que no supondría mayores problemas si no fuera porque parte de la población aspira a residir justo allí, provocando una colisión evidente de intereses.

- En realidad los velos rematados con coronas fálicas no son, ni de lejos, el peor de los efectos. Es más, en determinadas condiciones, pueden ser un detalle jovial para ciudades aburridas. Lo malo es todo lo que no se ve: los integrantes de esas ‘despedidas’ necesitan viviendas de paso, participar de ese mismo mercado inmobiliario de usar y tirar. En consecuencia, los residentes habituales ven como muchas de las casas que habitaban en alquiler desatan sus precios y les llevan a marcharse a otros barrios. La despedida, entonces, se vuelve doble. Unos se despiden de su soltería, otros de sus casas céntricas. 

Soluciones

¡Hagamos un ‘solteródromo’! Un amplio recinto donde las despedidas más salerosas puedan dar rienda suelta a su imaginación. Con un circuito de yincanas preestablecido con el que facilitar el plan. Y algún escape room bien top, por favor. La nueva área del Rastro o las instalaciones de Tarongers son sitios espaciosos. O por qué no el nuevo barrio de Turianova. Las ‘despedidas’ dinamizarían muchísimo la zona. 

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