VALÈNCIA. Bajo las Finanzas Descentralizadas (DeFi) subyace la filosofía cripto, la misma que alentó hace años a un grupo de jóvenes de todo el mundo a desarrollar una tecnología, la blockchain, capaz de descentralizarlo todo, especialmente el mundo financiero, con el propósito de alcanzar algún día el sueño de que cada cual fuese su propio banco.
A la compra-venta de criptomonedas se buscan ahora nuevas aplicaciones o casos de uso basados en las distintas redes blockchain surgidas en ese avance a la eliminación de intermediarios. Son productos financieros similares en muchos casos a los que presta la banca de toda la vida, pero eliminando a intermediarios, reduciendo el pago de comisiones y abonándolas a otros actores quedando constancia de las transacciones en los contratos inteligentes.
Sus defensores argumentan a su favor la creación de un sistema financiero más justo, eficiente, transparente, seguro, resistente a la censura y que escapa al control de los reguladores e intermediarios. Así lo entiende al menos el programador argentino Juan Nuvreni quien habla del tema de un video en su canal de Crypto Sheinix.
También Miguel Caballero, CEO de Tutellus y autor del libro ‘Finanzas Descentralizadas par inquietos’, comparte esta visión añadiendo la posibilidad, por primera vez en la historia, de crear tu propio producto financiero y los servicios derivados que desees. Destaca, asimismo, las numerosas oportunidades de negocio que están surgiendo en torno al DeFi donde, en apenas tres años, se ha pasado de tener bloqueado (TVL – Total Value Locked) cero euros, a tener 200.000 millones de dólares. “Esto significa que esos 200.000 millones de dólares han salido del mercado fiduciario y se han pasado a protocolos blockchain porque encuentran en él rendimientos financieros mucho más elevados”, aclara Caballero.
Aunque vinculado a la industria cripto, dentro de las Finanzas Descentralizadas existen una serie de factores que la distinguen. En las DeFI, más que hablar de exchange centralizados, tipo Binance o Coinbase, con una estructura jurídica detrás, se habla de exchange descentralizados o protocolos. Es decir, alguien desarrolla un protocolo y todos los que actúan a través de él lo hacen de forma totalmente anónima. Todas las operaciones quedan registradas a través de los smart contracts.
Asimismo, aunque la mayor parte de los protocolos que se crearon inicialmente se hicieron con la blockchain de ethereum, actualmente existen numerosos protocolos ajenos a esta tecnología que, en términos generales, resulta más cara que otros.
Otra nota peculiar en el entorno DeFi es el uso de las criptomonedas estables, stable coins, tipo Tether o DAI, como ‘cemento’ del protocolo. Se hace así al objeto de evitar a volatilidad de las criptomonedas en operaciones de riesgo como pueden ser los préstamos. Para mantener su valor, las stable coins suelen vincular su valoración a otra moneda externa, bien fiduciaria, generalmente el dólar estadounidense, bien otra moneda cripto, en una paridad 1:1.
Partiendo de estas aclaraciones, Miguel Caballero enumera algunas de las oportunidades de negocio que están surgiendo en torno a las Finanzas Descentralizadas.
Una de las más socorridas en este momento son los lending o préstamos. Se basa en que un inversor de criptomonedas vincule su monedero virtual (wallet) a determinado protocolo y aporte la cantidad que deseen como proveedor de liquidez. Solo con registrarse y hacer este gesto recibe ya comisiones, es decir, ingresos pasivos por sus activos, que dependerá de lo estipulado por cada protocolo. En el lado contrario está el prestatario, la persona que quiere recibir el dinero prestado pero sin arriesgar los activos digitales que posee por si acaso un día sube su cotización. Retira el dinero que necesita aportando una especie de garantía, lo que en el entorno se conoce como colateral, y cuando salda la deuda lo recupera abonando los intereses establecidos, generalmente la fuente de ingresos del creador del protocolo.
Ni el nombre del prestamista ni el del prestatario aparecen reflejados en ningún sitio, dado que se registran con claves, de aquí la dificultad de los reguladores monetarios para seguir la pista a este tipo de operaciones.
Por otro lado, y para que nadie pueda ‘meter mano’ en el reparto de comisiones, lo ideal es que se establezca lo que se conoce como DAO, la Organización Autónoma Descentralizada que automatiza el proceso mediante contratos inteligentes en una blockchain garantizando así las mismas condiciones tanto para los proveedores de liquidez como para los prestatarios. Para sostener el funcionamiento de la DAO, se ha de crear un token de gobernanza.
Otro caso de uso revolucionario con el DeFi que apunta Caballero es la posibilidad, por primera vez en la historia financiera, de que cada cual pueda crear su propio dinero, su stable coin, y establecer la normas de su funcionamiento.
Otras derivadas son la posibilidad de gestionar activos de fondos de inversión de manera descentralizada, invertir en protocolos para comprar o vender activos o criptomonedas sin pasar por un exchange convencional, emitir acciones tokenizadas o financiar proyectos de manera colectiva internacionalmente. En este línea, otro de los proyectos emprendedores de los que forma parte Miguel Caballero es Reental, startup especializada en la inversión de inmuebles tokenizados con el que tienen previsto presentar los próximos días en Valencia la construcción de un edificio por esta vía.
En resumen, con DeFi hablamos de servicios financieros que no dependen de terceros y cuyo manejo, resguardo y control depende de cada cual sin depender de ningún tercero de confianza. El eterno sueño de la industria cripto.