Después, en cuanto al crecimiento más inmediato, Fitch ha asegurado que este se ha sustentado en la fuerte inmigración y una recuperación sólida del turismo, entre otros factores. Sin embargo, Fitch ha augurado que la actividad económica se ralentizará en la segunda mitad de 2023. Además, ha identificado la incertidumbre política tras las elecciones de julio y la posibilidad de unos nuevos comicios como factores desestabilizadores que podría retrasar la elaboración de unos presupuestos generales del Estado en 2024.
En su evaluación general, Fitch ha destacado que entre los puntos fuertes de España está la "firme senda descendente" de la ratio de deuda pública y su potencial de crecimiento económico a medio plazo gracias a los fondos europeos y las reformas estructurales. En este sentido, Fitch pronostica que el desfase entre ingresos y gastos de las cuentas públicas sea del 3,9% este año, del 3,1% en 2024, y del 2,9% en 2025.
Del lado negativo, persisten la alta tasa de paro estructural y la baja productividad laboral, así como las preocupaciones en torno a la sostenibilidad de la deuda por el creciente encarecimiento de los costes de financiación. Fitch ha anticipado que la deuda pública española sea este año del 110,6%, muy por encima del 98,2% de 2019 y del 50,6% de otras naciones con una calificación crediticia similar. En 2024 y 2025 apenas variará tras situarse en el 109,4% y el 108,2%, respectivamente. Asimismo, la vuelta de las tensiones entre la Generalitat catalana y el Gobierno central podría ejercer un "estrés macroeconómico severo" que deteriore las métricas del 'rating' soberano español.
En suma, Fitch ha confirmado, por el momento, el 'rating' de España a la hora de emitir deuda a largo plazo tanto en euros como en divisa extranjera en 'A-' con perspectiva 'estable'. Sobre la inflación, el encarecimiento del coste de la vida cerrará este año en el 3,5% interanual para moderarse en 2024 en seis décimas, hasta el 2,9%, y otras ocho en 2025, cuando sería del 2,1%, muy cerca del objetivo de estabilidad de precios definido por el Banco Central Europeo (BCE).