MADRID (EP). La agencia de calificación crediticia Fitch ha revisado un escalón al alza la nota de solvencia a largo plazo de CaixaBank, después de que la entidad presidida por Jordi Gual se haya desprendido de su participación del 9,4% en Repsol. En concreto, Fitch ha mejorado el rating de CaixaBank desde 'BBB' hasta 'BBB+', lo que implica un grado de inversión de calidad aceptable.
La perspectiva la ha establecido en 'estable', por lo que en el corto plazo la firma neoyorquina no estaría considerando una nueva revisión de la nota. Fitch asegura que la nueva calificación refleja la "reducida" exposición del banco catalán --aunque aún más alta que la de muchos pares-- al riesgo de mercado y los activos problemáticos o ladrillo tóxico.
Al mismo tiempo, precisa que responde a la posición "líder" del grupo en banca minorista, seguros y gestión de activos en España, que ha logrado mejorar gradualmente la rentabilidad, conseguir los colchones de capital "adecuados" y mantener un perfil de financiación estable.
"Una potencial mejora de la calificación del banco es limitada en el corto plazo", asegura Fitch, al tiempo que explica que una mejora sustancial en el entorno operativo y un mayor fortalecimiento del capital podrían ir seguidas de un alza en largo plazo.
La calificadora de crédito también cree que para respaldar el perfil crediticio, CaixaBank debe continuar con la mejora de la calidad de sus activos y con las desinversiones de participaciones en empresas no financieras que den lugar a una menor carga de capital.
Por el contrario, si la calidad de los activos y el capital se deterioran de forma "sustancial", escenario que Fitch actualmente no prevé, el rating de CaixaBank podría rebajarse. De manera similar, un aumento "significativo" en el 'apetito' al riesgo o un debilitamiento de las ganancias ejercería presión sobre la calificación del banco.