El dúo de músicos y cómicos de Nueva Zelanda, creadores de la mítica serie homónima de HBO, ofreció un concierto en Londres que puede disfrutarse en la plataforma bajo demanda. Repasamos de dónde viene su éxito
VALÈNCIA. De los escenarios a la radio, después a la televisión y de nuevo a los escenarios. El pasado 3 de julio, Flight of the Conchords, el dúo musical neozelandés formado por Bret McKenzie y Jemaine Clement, ofrecieron un concierto en Londres que fue filmado por HBO y ya está disponible en su plataforma. Diez años después de la versión en serie con el mismo nombre, Flight of the Conchords (HBO, 2007-2009), la pareja de artistas hipsters regresaba para interpretar sus canciones predilectas y ofrecer alguna nueva. En los últimos años se había especulado con su reaparición en formato largometraje, hasta que finalmente los cómicos kiwis han zanjado cualquier conjetura con un recital para su público más entusiasta.
La serie, aquella rareza producida por HBO, ahora producto de culto, narraba las aventuras de ellos mismos, una banda de folk de Nueva Zelanda, mientras intentaban, sin éxito, salir adelante como músicos en la difícil Nueva York. En cada episodio satirizaban, con dos temas musicales por capítulo, diversos géneros musicales, además de parodiar a artistas como David Bowie, Pet Shop Boys, Daft Punk o Art Garfunkel, y bromear sobre tantos otros, como Fleetwood Mac o Yoko Ono. Visualmente, la serie era tremendamente imaginativa pese a los escasos medios con los que contaba.
Flight of the Conchords se adelantó a su tiempo en muchos aspectos. Antes que serie de televisión, fue primero un programa de radio, concretamente de la BBC, lo que hoy veríamos en cualquier versión dramatizada para podcast, tan popular en la actualidad como complemento crossmedia. En segundo lugar, como recurso de marketing, la serie fue estrenada primero por internet (en Myspace, iTunes y otros espacios online) con la intención de generar ruido y despertar interés. Un mes después del pase digital se emitió de manera oficial en el canal de cable, segunda característica que ahora nos parece de lo más habitual, pero que por entonces no lo era tanto.
El camino no fue fácil. Fue estrenada en una franja horaria cuyo listón estaba muy alto. Justo una semana antes se había emitido el último episodio de Los Soprano. El 17 de junio de 2007, precedida por la serie Entourage, la serie musical Flight of the Conchords cogió el testigo. Su debut fue visto por 1,2 millones de espectadores, muy lejos de los 11,9 millones de espectadores que vieron el final de Los Soprano, pero como ya le ocurrió a la serie de David Simon, The Wire, su éxito fue de cocción lenta. Y si The Wire se convirtió en un fenómeno cultural gracias al DVD, la serie de Los Conchords lo logró gracias a Youtube, entre otros espacios online.
Porque la apuesta inicial de HBO por conquistar a la audiencia más digital fue de lo más acertada. Con el boom de Youtube, que coincidió con el estreno de la serie, los números musicales de Flight of the Conchords acumularon millones de reproducciones en la plataforma. Véase por ejemplo la canción ‘Foux Da Fa Fa’, con 6 millones de reproducciones en la subida más vista, o ‘It’s business time’ con 5 millones.
Pero los artistas independientes Clement y McKenzie no fueron un fenómeno en internet únicamente por su serie de HBO y sus actuaciones en directo en salas pequeñas. La comunidad de fans de El Señor de los Anillos sacó a la luz un episodio desconocido sobre uno de los dos integrantes, Bret McKenzie.
Antes de producirse la serie para HBO, se rodó en Nueva Zelanda, su país de origen, la primera película de la trilogía, El Señor de los Anillos: la comunidad del anillo, del director neozelandés Peter Jackson. McKenzie, por entonces estudiante de interpretación, se apuntó como extra para el film junto a su padre y sus hermanos. Le dieron un papel de elfo sin diálogo alguno, apareciendo solo tres segundos en la escena en la que Frodo ofrecía llevar el anillo a Mordor. Una fan irlandesa, al verlo, rebautizó a su personaje como Figwit, apodo que proviene del comentario que espetó al ver a McKenzie en la escena: “Frodo Is Great… Who is That?” (“Frodo es genial… ¿Quién es ese?”).
La broma, en alusión al atractivo y enigmático rostro de McKenzie, causó sensación en internet, y Figwit se convirtió en un personaje muy popular entre la comunidad de fans de la trilogía, con una web dedicada al personaje (www.figwitlives.net). Tanto es así que el propio Peter Jackson, conocedor del fenómeno y dando cuerda a la divertida broma, le llamó para participar en El Retorno del Rey, pero esta vez con dos frases.
“Soy famoso por no hacer nada”, bromeó McKenzie en una entrevista al hablar de la curiosa anécdota que no termina ahí. La intrahistoria se completa con la parodia dedicada a El Señor de los Anillos, en forma de una canción, en la propia serie de HBO. El capítulo 11 de la primera temporada, que también está disponible en Youtube, acumula millones de reproducciones en el espacio junto a multitud de comentarios del tipo “Figwit? Is that you?”.
Flight of the Conchords es una rareza tremendamente divertida que merece la pena ver si no lo han hecho todavía. Ojalá volviera el dúo neozelandés pero no sólo para ofrecer un único concierto. Sus admiradores estaríamos encantado de conocer más historias de estos artistas de Nueva Zelanda.
Fue una serie británica de humor corrosivo y sin tabúes, se hablaba de sexo abiertamente y presentaba a unos personajes que no podían con la vida en plena crisis de los cuarenta. Lo gracioso es que diez años después sigue siendo perfectamente válida, porque las cosas no es que no hayan cambiado mucho, es que seguramente han empeorado