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El organismo empeora la previsión para la economía mundial en 2023

El FMI pide no frenar el alza de tipos aunque afecte al crecimiento económico

11/10/2022 - 

MADRID (EP). El Fondo Monetario Internacional (FMI) considera que los bancos centrales deben mantener su ritmo de subida tipos, incluso aunque el crecimiento económico se vea afectado, para devolver los precios a su objetivo, según se desprende de su 'Informe sobre Estabilidad Financiera Global', publicado este martes.

"Existe el riesgo de que las condiciones financieras se endurezcan mucho y que el crecimiento económico se ralentice más de lo esperado en los próximos meses, provocando demandas de una pausa en la normalización de la política [monetaria]", ha indicado el Fondo en el documento.

"Las autoridades deberían estar prevenidas contra estas peticiones y considerar el despliegue de herramientas apropiadas en caso de una disfunción del mercado. Es crítico evitar un freno y reinicio de la senda de normalización de la política [monetaria] que pueda afectar a la estabilidad de precios y resultar en un endurecimiento desordenado de las condiciones financieras", ha proseguido el FMI.

La institución multilateral considera, no obstante, que cierto nivel de endurecimiento de las condiciones financieras es "necesario" para resolver la inflación. Esto se debe a que, a pesar de que los bancos centrales no pueden actuar sobre las cadenas de suministro o sobre los problemas en los mercados de materias primas, si puede ralentizar la demanda para que no esté desequilibrada con la oferta.

"[Los bancos centrales] deben actuar con determinación para devolver la inflación al objetivo, evitando un desanclaje de las expectativas que dañaría la credibilidad construida durante las últimas décadas. Los banqueros centrales deben prestar atención a las lecciones del pasado: moverse demasiado despacio para frenar la inflación y restaurar la estabilidad de precios requiere de un endurecimiento posterior más costoso y entraña ajustes económicos dolorosos y disruptivos más tarde", ha afirmado el organismo.

Pese a ello, el FMI también reconoce que es necesario que el endurecimiento de las condiciones financieras "sea calibrado con cuidado" para evitar que unas condiciones de mercado desordenadas pongan en riesgo la estabilidad financiera.

En todo caso, la firma con sede en Washington ha recordado que las perspectivas de estabilidad financiera a nivel global han empeorado en los últimos seis meses ante el alza de la inflación y sus consecuencias.

El Fondo ha alertado de que las vulnerabilidades financieras son "elevadas" en los sectores de emisores soberanos e instituciones financieras no bancarias, donde los mayores tipos de interés han generado estrés adicional. En el sector empresarial, las grandes compañías han visto reducidos sus márgenes por los mayores costes, mientras que entre las pymes han empezado las quiebras por el mayor coste de préstamo y el menor apoyo fiscal.

Respecto al sector financiero, un endurecimiento repentino de las condiciones de financiación que provoque una recesión en 2023 provocaría que el 29% de los bancos de mercados emergentes tengan problemas para cumplir sus requisitos de capital. La recuperación de esos colchones tendría un coste de 200.000 millones de dólares (cifra similar en euros).

El FMI empeora la previsión para la economía mundial en 2023

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha mantenido sin cambios en el 3,2% su previsión de crecimiento del pasado mes de julio para la economía mundial, lo que supone una intensa desaceleración respecto de la expansión del 6% registrada en 2021, mientras que ha recortado en dos décimas su pronóstico para 2023, cuando espera que el PIB global crecerá un 2,7%, al tiempo que confía en que la inflación haya tocado techo y se moderará a lo largo de los dos próximos años.

En su informe 'Perspectiva Económica Mundial', presentado este martes en Washington, el Fondo advierte de que los riesgos siguen siendo inusualmente grandes y a la baja, incluyendo que la política monetaria calcule mal la postura correcta para reducir la inflación, así como una mayor apreciación del dólar por la persistente divergencia en las políticas de las principales economías, tensiones transfronterizas, además de 'shocks' en los precios de la energía y los alimentos que impulsaran la inflación por más tiempo.

Foto: Benedikt von Loebell/dpa

De este modo, en un escenario alternativo más pesimista, con subidas del precio del petróleo, condiciones financieras más estrictas y perturbaciones en el sector inmobiliario de China, el FMI calcula que el nivel de actividad global sería hasta 1,5 puntos porcentuales más bajo en 2023 y 1,6 puntos porcentuales más bajo en 2024, en relación con la línea de base actual.

"El balance de riesgos está firmemente inclinado a la baja, con alrededor de un 25% de probabilidad de que el crecimiento mundial dentro de un año caiga por debajo del 2%", advierte la institución, para la que el endurecimiento global de las condiciones de financiación podría desencadenar un sobreendeudamiento de los mercados emergentes.

Asimismo, entre los riesgos para las perspectivas globales contempla la posibilidad de que Rusia interrumpa el suministro de gas a Europa, un resurgimiento de la Covid-19 o nuevos temores globales que podrían frenar aún más el crecimiento, así como el empeoramiento de la crisis del sector inmobiliario de China que pudiera extenderse al sector bancario y pesar en el crecimiento del país, con efectos transfronterizos negativos.

Peores perspectivas

El nuevo pronóstico del FMI para la economía global se sitúa muy por debajo del promedio, ya que el crecimiento económico global promedió un 3,6% entre 2000-21. De hecho, la expansión del 2,7% esperada en 2023 es la más débil desde el 2,5% registrado durante la desaceleración mundial de 2001, con la excepción de la crisis financiera de 2008 y la relacionada con la pandemia.

En su análisis, el FMI ha revisado a la baja los pronósticos de cara a 2023 para 143 economías, que representan el 92% del PIB mundial. Sin embargo, a pesar del empeoramiento, la institución no contempla actualmente en su escenario base una disminución en el PIB global o en el PIB global per cápita.

Sin embargo, se anticipa una contracción del PIB real que dura al menos dos trimestres consecutivos en algún momento durante 2022-23 en aproximadamente el 43% de las economías, que representan más de un tercio de PIB mundial, advierte el Fondo.

En el caso de las economías avanzadas, las nuevas previsiones del FMI anticipan un crecimiento del PIB del 2,4% este año, una décima menos de lo esperado en julio, pero una fuerte desaceleración en 2023, cuando la actividad aumentará un 1,1%, tres décimas menos de lo previsto anteriormente.

De su lado, las economías emergentes crecerán en 2022 y 2023 un 3,7% cada año, lo que implica una mejora de una décima en el pronóstico de este año, pero una rebaja de dos de cara al próximo ejercicio.

La inflación toca techo

Por otro lado, el pronóstico del FMI para la inflación global general contempla un aumento de los precios desde el 4,7% en 2021 al 8,8% en 2022, lo que supone un incremento de medio punto porcentual respecto de la previsión de julio, aunque anticipa una moderación de la tasa al 6,5% en 2023 y al 4,1% en 2024.

En este sentido, el FMI destaca que los pronósticos para la mayoría de las economías se han revisado modestamente al alza desde julio, pero están significativamente por encima de los pronósticos realizados a principios de 2022.

"Sobre una base de cuatro trimestres, la inflación global general proyectada alcanza un máximo del 9,5% en el tercer trimestre de 2022 antes de caer al 4,7% en el cuarto trimestre de 2023", explica.

La revisión al alza de la inflación es especialmente grande para las economías avanzadas, donde la inflación aumentará del 3,1% en 2021 al 7,2% en 2022 antes de descender al 4,4% en 2023, lo que implica una revisión al alza respecto de julio de 0,6 y 1,1 puntos porcentuales en 2022 y 2023.

Este alza de la inflación refleja aumentos significativos entre economías desarrolladas como EE.UU., con una revisión al alza de 0,4 puntos porcentuales, hasta el 8,1%, que bajará al 3,5% en 2023, y en la zona euro, con un promedio del 8,3% en 2022, una revisión al alza de un punto porcentual, que se moderará el próximo año al 5,7%.

Para las economías de mercados emergentes y en desarrollo, el FMI espera que la inflación aumente del 5,9% en 2021 al 9,9% en 2022, antes de caer al 8,1% en 2023.

"La desinflación proyectada para 2023 ocurre en casi todas las economías para las que se dispone de pronósticos, pero es más pronunciada en las economías avanzadas", destaca el FMI, para el que estas economías se benefician más que las emergentes "de una mayor credibilidad de los marcos monetarios", lo que ayuda a reducir la inflación.

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