La Fundación Per Amor a l’Art ha puesto en marcha el Centre Jove para dotar a 36 jóvenes la confianza necesaria y las herramientas oportunas para la transición a la vida adulta
VALÈNCIA. Mientras cursan Primaria, los menores en riesgo de exclusión están en un entorno seguro y protegido, con las necesidades básicas cubiertas. Un ciclo posterior, en Secundaria, se encuentran solos, sin nadie que les atienda y con un futuro un tanto difuso. Una realidad de la que no es ajena el barrio de Marxalenes, donde muchos niños y adolescentes sufren riesgo de exclusión social. Es precisamente allí donde la Fundació per Amor a l'Art (FPAA) ha puesto en marcha el Centre Jove, un espacio creado a la medida del barrio, cubriendo las necesidades de menores cuyas familias no pueden ayudarlos en su día a día. Y además, lo ha hecho en un espacio emblemático: Bomba Gens.
Un centro que nació tras conversar con las asociaciones y centros educativos vecinos, que pintaron la radiografía del barrio: al terminar Primaria muchos menores no tienen el acompañamiento necesario para proseguir con los estudios e incluso no siguen una alimentación adecuada. Por tanto, hacer de guía y de apoyo en esa etapa que comprende desde los 12 a los 16 años sería el primer paso para que más adelante sepan hacia dónde dirigir sus pasos. “Es una edad muy delicada porque con la entrada a Secundaria muchos pierden el servicio de comedor de sus centros, y además pasan a tener las tardes libres. Y no a todos les espera alguien en casa con propuestas interesantes para llenarlas, y alejarles del absentismo y los ambientes negativos”, ha explicado Susana Lloret, directora general de la Fundació Per Amor a l’Art.
Con tal fin pusieron en marcha un servicio de comedor, apoyo extraescolar, talleres de formación pre-profesional y actividades de ocio y tiempo libre. Inicialmente, explican, está previsto acoger a 36 menores del barrio las tardes de lunes a viernes. “Nuestra intención es acompañarles y apoyarles en su etapa de transición a la vida adulta, estimular su autoestima y evitar que abandonen el sistema educativo. Y para conseguirlo, trabajaremos tanto con los menores como con sus familias y sus centros educativos”, ha especificado Soledad Martínez, responsable del Área Social de FPAA.
Uno de los pilares en ese aprendizaje es potenciar la confianza en ellos mismos pero también trabajar aspectos como la autoestima o la motivación. “A través de la danza les enseñamos a quitarse la vergüenza de encima, fomentamos la cultura del esfuerzo, superación y motivación, y el trabajo en equipo”, comenta la profesora de danza Carla Gago resaltando que “todos ellos se encuentran en una situación tan complicada que es fundamental crear un espacio de confianza en los que todos se sienten a gusto”. Por ello, cuando un menor dice “me he olvidado de todo”, es una gran alegría.
Sin embargo, es un proyecto cuyo compromiso con los menores no se limita al centro, sino que también interactúa con otras asociaciones y colectivos del vecindario pues ofrecen actividades extraescolares (danza urbana, percusión africana, informática y arte terapéutico) en centros educativos (el Clot, Santiago Apostol o Doctor Oloriz). “De esta manera, establecemos un vínculo más estrecho con el barrio, propiciamos una beneficiosa colaboración entre lo público y lo privado, multiplicamos nuestro ámbito de actuación y les proporcionamos a los menores una transición natural entre su centro educativo y el Centre Jove”, afirma Lloret recalcando que “somos un centro privado, pero con vocación de servicio público”.
El Centre Jove es el segundo gran proyecto de la Fundació Per Amor a l’Art en Bombas Gens y, como el centro cultural, sigue la esencia de “compartir y sensibilizar”. Una iniciativa que comenzaría habilitando un espacio de 1.388 m2 que respeta al máximo la estructura arquitectónica del complejo original.
Las aulas y salas están distribuidas a lo largo de las cuatro plantas. La primera cuenta con una sala de profesores, un despacho de dirección y una sala informática. Se completa con tres aulas —se pueden unir entre sí— para favorecer la realización de actividades comunes. La segunda planta está dedicada a los talleres relacionados con el arte y la expresión corporal o los pre-profesionales (peluquería y electricidad). En la última se sitúa el comedor, equipado con una cocina para dar servicio al mismo y para la realización de talleres de restauración.
La impulsora de esta iniciativa es la Fundació Per Amor a l’Art, una entidad dedicada a la investigación (estudia y divulga aspectos relacionados con la enfermedad de Wilson y otras enfermedades raras), el arte (busca desarrollar la sensibilidad artística en la sociedad poniendo la colección Per Amor a l’Art a su alcance), y la acción social (principalmente menores en situación de vulnerabilidad). Actividades que se desarrollan en Bombas Gens.