VALÈNCIA. El impacto de la pandemia mundial de la covid-19, el malestar social y una economía cambiante han elevado la importancia del bienestar para las personas, las organizaciones y las comunidades en el último año. Así se refleja en el Informe Global de Bienestar 2021 de Aon “Global Wellbeing Survey”, donde también se constata que los principales riesgos para el bienestar que afectan a los resultados de las empresas a nivel mundial son los problemas de bienestar emocional causados por el estrés (67%), el agotamiento (burnout) (46%) y la ansiedad (37%). “El informe constata la necesidad de abordar la salud de las personas con una estrategia definida velando por la protección de nuestras plantillas. La salud ha recobrado un plano estratégico dentro de las organizaciones y debemos seguir haciendo hincapié en la resiliencia de una fuerza laboral que refuerce una plantilla sana y saludable», señala Ignacio Salvatierra, director general de Salud de Aon.
La resiliencia en el entorno laboral significa que las personas pueden adaptarse mejor a las situaciones adversas, gestionar el estrés y mantener la motivación, lo que permite a las organizaciones gestionar mejor el cambio. Y también mejorar sus resultados. La encuesta, realizada en 1.648 compañías de 41 países, revela que las organizaciones que mejoran el bienestar de los empleados en un 4% ven un aumento del 1% en sus resultados netos de empresa y una disminución del 1% en la rotación voluntaria de personal.
Además, las organizaciones que mejoran su oferta de bienestar para empleados en un 3% ven un aumento del 1% en la satisfacción y retención de clientes. A ello se suma otro dato: las organizaciones que mejoran el desempeño en el bienestar de los empleados en un 3,5% ven un incremento del 1% en la satisfacción de sus personas y la captación de clientes.
Sin embargo, aunque un alto porcentaje de las empresas encuestadas afirma que el bienestar y la resiliencia de los empleados son importantes y tienen iniciativas puestas en curso, son pocas las que cuentan con estrategias y aún menos las que han integrado plenamente el bienestar dentro de su estrategia de negocio. A nivel global, el 82% de las empresas encuestadas afirma que el bienestar de los empleados es importante, el 87% tiene al menos una iniciativa en marcha, pero solo el 55% tiene una estrategia definida y el 24% integra plenamente el bienestar en su estrategia corporativa. En España, las principales barreras por las que no se invierte en bienestar son: los líderes de las organizaciones están centrados en otros asuntos (58%), no saben cómo incluirlo en su estrategia (48%) y en tercer lugar, no disponen del presupuesto necesario para invertir en ello (28%).
Y esa falta de resiliencia en los empleados es uno de los mayores desafíos para iniciar o ampliar las iniciativas de bienestar. Según la encuesta el compromiso y el interés de los empleados es un reto para el 42% de los participantes en la encuesta a nivel mundial. «Desarrollar empleados resilientes es una prioridad en estos momentos, pero las organizaciones y los equipos de recursos humanos están encontrando dificultades a la hora de identificar las palancas que ayuden a mejorar la resiliencia de sus equipos», apunta Ignacio Mínguez, director de Retirement & Health Solutions en Levante.
¿Cómo potenciar esa resiliencia? El liderazgo puede marcar la pauta de la cultura de la empresa, que es el motor número uno para desarrollar con éxito una estrategia de bienestar según la encuesta, y de las iniciativas de bienestar. El 89% de las empresas encuestadas coincidieron en que el Director de Recursos Humanos (CHRO) es el mayor partidario de impulsar las iniciativas de bienestar, seguido del Director General (78%).
Tal y como señala la doctora Avneet Kaur, EMEA Wellbeing Solutions Leader, de Aon, «el bienestar es mucho más que programas e iniciativas individuales; es una estrategia de personas a largo plazo, que utiliza recursos para lograr objetivos de resiliencia durante un periodo sostenido en el tiempo. La cultura determina si los programas de bienestar para empleados prosperan o fracasan, por lo que las empresas deben evaluar si su cultura organizativa les ayuda o les obstaculiza en sus esfuerzos por mejorar el bienestar y la resiliencia. El apoyo de los líderes de la organización es un factor crítico para crear una cultura y una estrategia de bienestar que puedan tener un impacto positivo en la resiliencia de la plantilla y en los resultados de la empresa».