VALENCIA. Ford no va a escatimar en gastos para adaptar la planta de motores de Almussafes a la producción del nuevo motor Maverick. La enseña del óvalo, que preveía una inversión inicial de 40 millones, ya ha elevado a 100 millones el presupuesto previsto para las actuaciones en la planta, según informan fuentes de la sección sindical UGT Ford.
La actuación, según concreta Carlos Faubel -secretario general del sindicato en la industria- consistirá en la adaptación de líneas, el rectificado de máquinas y la incorporación de nueva maquinaria para la producción de los nuevos modelos, así como en la realización de actuaciones de obra civil en las instalaciones. La actividad se detuvo en la planta antes de lo previsto este mes de diciembre para poder comenzar con los trabajos.
El encargo del nuevo Maverick concentra las esperanzas para garantizar la carga de trabajo en la planta de motores de la industria, en la que se suprimió el turno de noche ante la decisión de Ford de aglutinar el grueso de la fabricación del Ford Maverick 2.3 -modelo que se fabrica actualmente en Almussafes- en una planta especializada de Ford en EEUU.
Tal escenario ya se ha notado en la producción. Según los cálculos que manejaba la industria hace unos meses, la producción de motores de Ford Almussafes caerá al menos un 36% al cierre de 2016, lejos de las 571.875 que se fabricaron en 2015.
Pero el escenario más crítico se prevé para el segundo semestre del año que viene. Como informó este diario, en mayo de 2017 la planta dejará de suministrar motores a Jaguar, Volvo y Land Rover. Tal circunstancia obligaba a la industria a encontrar una carga de trabajo alternativa para conservar el empleo, algo que se ha conseguido con el encargo del nuevo Maverick pero que no será efectivo hasta enero de 2018, por lo que se augura un escenario complicado en materia de empleo a partir de junio.
La llegada del nuevo Maverick y su correspondiente carga de trabajo fue la responsable, según UGT Ford, de que la multinacional descartara la aplicación de un ERE temporal en la planta de motores ante la caída de la demanda. No obstante, el fin del suministro a Jaguar, Volvo y Land Rover amenaza con volver a complicar las cosas hasta que el nuevo encargo sea efectivo.