VALÈNCIA. La factoría de Ford en Almussafes recibía este jueves un importante balón de oxígeno con el anuncio de una inversión de 42 millones de euros para la fabricación de nuevos modelos híbridos como el S-Max y del Galaxy y la nueva planta de montaje de baterías para vehículos electrificados que la compañía espera poner en marcha en septiembre de 2020. Sin embargo, la incertidumbre sigue presente en el centro de producción valenciano. Las incógnitas respecto al futuro de sus cerca de 7.000 trabajadores y la planta de motores continúan sin despejarse.
El presidente de Ford Europa, Stuart Rowley, y otros directivos visitaban la planta valenciana para supervisa el proceso de lanzamiento del nuevo Kuga, el vehículo más electrificado de la compañía que en este momento tiene todos los esfuerzos concentrados en el éxito de su acogida que será decisiva para la rentabilidad del negocio de la compañía no solo en Almussafes, sino en Europa. Este mes de enero producirán un centenar de unidades al día con vistas a llegar a unos 900 vehículos a finales de marzo, cuando se alcanzará el máximo de producción.
Aprovechando su estancia en València, los directivos de la compañía se reunían con el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, y anunciaban sus planes para Almussafes: convertirla en el centro de producción de automóviles de Ford que más modelos híbridos fabrique en toda Europa. "En Almussafes se van a fabricar siete versiones de vehículos eléctricos. Con la electrificación convirtiéndose rápidamente en la tendencia principal estamos aumentando nuestra inversión en València para proporcionar más modelos y distintas opciones de motricidad", subrayó.
Para ello, la inversión total será de 42 millones, de los cuales ocho millones se dedicarán a las versiones híbridas del S-Max y el Galaxy, que lanzarán en 2021 y ofrecerán una mayor eficiencia de combustible, menores emisiones de CO2 y un mayor refinamiento. Otros 10 millones se dedicarán a modelos híbridos del modelo Kuga y 24 millones se invertirán en la planta de montaje de baterías que comenzará a funcionar en septiembre con dos líneas: una para el modelo híbrido del Kuga y otra para el híbrido enchufable. La intención de la compañía estadounidense es introducir 14 modelos electrificados en Europa antes del final de 2020.
Además, Rowley sacó pecho de la inversión en Almussafes desde 2011: 3.000 millones de euros, de los que 750 millones fueron para la producción del nuevo Kuga, que incluye las variantes del Kuga Híbrido Enchufable, Kuga Híbrido EcoBlue (48-volt mild-hybrid) y Kuga Híbrido (híbrido-completo).
Con estas inversiones, el directivo buscaba trasladar un mensaje de tranquilidad tras las sacudidas sufridas en la planta el pasado año. Era a finales de 2019 cuando la compañía comunicaba su decisión de trasladar a EEUU en 2022 la nueva generación de motores Ecoboost de 2.0 y 2.3 litros que produce en la planta valenciana y que suponen el 90% de la producción total. Una determinación que pone en peligro más de 900 empleos y supone el desmantelamiento de motores.
Sin embargo, no hubo noticias al respecto. "No hemos tomado una decisión, pero estamos comprometidos en buscar alternativas para el futuro de esta planta", afirmó el directivo de Ford.
Tampoco quedó claro qué pasará con el empleo. En junio se firmaba el cuarto Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), una medida que afectaba a un total de 5.709 trabajadores durante varios días y que, en consecuencia, también ha mermado la producción en unos 9.000 vehículos. No obstante, los trabajos para el lanzamiento del nuevo modelo Kuga han absorbido parte de ese empleo que quedó en el aire por el descenso de la producción, por lo que hasta el momento la plantilla "se ha salvado".
La duda que hay en el ambiente es qué pasará una vez se alcance en marzo la máxima producción y si Almussafes se verá afectada por los posibles ajustes del plan de reestructuración que la compañía ha emprendido en Europa y que ha supuesto el cierre de tres plantas en Rusia y en la localidad inglesa de Bridgend y recortes de 5.000 empleos en Colonia, Saarlouis y Aquisgrán. El horizonte es incierto y el presidente de Ford Europa no disipó las incógnitas en su visita a València.
"Es difícil tener certeza absoluta sobre el empleo, pero tenemos gran confianza en que vamos en la línea adecuada al invertir en tecnologías de cara al futuro. Esto combinado con la maravillosa plantilla de Valencia y su eficiencia nos hace garantizar que continuaremos al menos con la colaboración que tenemos", resaltó.
Precisamente, el porvenir de la plantilla era una de las cuestiones que el Comité de Empresa fue una de las cuestiones que abordaron con la cúpula de la dirección de Ford que, aprovechando su visita a la planta valenciana, también mantuvo reuniones con los trabajadores. Un encuentro en el que los sindicatos reivindicaron una "tormenta eléctrica" para la planta valenciana que asegure su futuro y el del empleo.
Entre sus propuestas de viabilidad para la factoría estaban la realización de "estudios concretos de viabilidad para Almussafes" y la posibilidad de que la factoría valenciana fabricara motores híbridos para el mercado europeo, muchos de los cuales se importan actualmente de fuera de Europa y se ensamblan en las plantas de vehículos europeas. Pero no hubo respuestas, aunque sí una clara predisposición a buscar soluciones y en los próximos meses renegociar empleos.
"Todavía hay mucha incertidumbre y muchas incógnitas por despejar. Van a ser años complicados", admitía el presidente del Comité, Carlos Faubel, en declaraciones a Valencia Plaza. A su juicio, la puesta en marcha de nuevas versiones de híbridos es una solución "positiva a corto plazo, pero no para mantener la fábrica en un futuro". "La gran incógnita es motores que a partir de 2022 reducirá su carga de trabajo. Seguiremos insistiendo, pero el camino será complicado", reconocía.