Reafirmaron que creen que se necesitará un mayor endurecimiento de las políticas para controlar la inflación persistentemente, según explica el analista
MADRID. La semana pasada en Sintra, los líderes de los principales bancos centrales del mundo reafirmaron que creen que se necesitará un mayor endurecimiento de las políticas para controlar la inflación persistentemente alta, pero aún creen que pueden lograrlo sin desencadenar recesiones. Por un lado, el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), Jerome Powell, mantuvo sobre la mesa una continuidad en las alzas de tipos de interés, mientras que la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, consolidó las expectativas de un noveno aumento para la eurozona en julio.
"La política no ha sido lo suficientemente restrictiva durante el tiempo suficiente", dijo Powell en una reunión anual de banqueros centrales organizada por el BCE en el centro turístico montañoso portugués de Sintra. "No quitaría de la mesa la posibilidad de moverme en reuniones consecutivas", dijo. Los otros dos gobernadores, por parte del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, dijo que haría lo necesario para reducir el crecimiento persistente de los precios en el Reino Unido, e incluso el gobernador del Banco de Japón, Kazuo Ueda, abrió la puerta para que algún día abandonara su política ultraflexible.
Una de las cosas que más me llamó la atención fue una pregunta de la moderadora, que puso en un aprieto evidente a los dirigentes y que además, dejó en evidencia lo que pudo ser una afirmación tácita mediante silencio administrativo. ¿Qué quiero decir con esto? Pues que la moderadora les preguntó directamente y sin paños calientes lo siguiente: "¿Se ponen en contacto entre ustedes antes de adoptar una medida de política monetaria?", dijo la moderadora. Aquí las miradas cómplices y el silencio administrativo (de ahí la expresión anterior), fueron claves para hacerme sospechar que realmente no hay una 'independencia', sino que parecían más un 'miniclub Bilderberg'. En fin….se apresuraron a negar la mayor, pero ya no convencieron a nadie.
Powell dijo que el mercado laboral de EE UU en particular necesitaba suavizarse aún más para aliviar la presión sobre los precios. Si bien reconoció una "probabilidad significativa" que podría conducir a una recesión, dijo que "no era el caso más probable". Por su parte, Lagarde dijo que era posible que la economía estancada de la zona euro pudiera caer en una recesión total este año, pero enfatizó que esa no era la expectativa básica del BCE. "Todavía tenemos más terreno por recorrer", dijo sobre la lucha contra la inflación. "No estamos viendo suficiente evidencia tangible del hecho de que la inflación subyacente, particularmente los precios internos, se están estabilizando y bajando".
Los mercados esperan que el Banco de Inglaterra (BoE), que enfrenta la tasa de inflación más alta entre las naciones ricas del Grupo de los Siete (G7), vaya más allá que sus homólogos, llevando la tasa bancaria del 5% actual al 6,25% para finales de este año. Bailey dijo que el BoE "hará lo que sea necesario" ("whatever it takes"), pero queda por ver si las apuestas del mercado serán correctas. "Tienen una serie de aumentos adicionales en el precio para nosotros", agregó Bailey. "Mi respuesta a eso sería: 'Bueno, ya veremos'". Dijo que el aumento sorprendentemente grande de tipos de 50 puntos básicos de la semana pasada reflejó una economía del Reino Unido resistente y una inflación persistente, y que el BoE actualmente no pronosticó una recesión.
El jefe del Banco de Japón (BoJ), Kazuo Ueda, fue un caso atípico y dijo que el banco central japonés estaba manteniendo la política monetaria relajada porque la inflación subyacente se mantuvo por debajo de su objetivo del 2% a pesar de que la medida principal está por encima del 3%. Pero incluso Ueda consideró la idea de que el BOJ podría abandonar su política de casi una década de tipos de interés cero si se convenciera de que la inflación se aceleraría en 2024 después de un período de moderación.
Hasta ahora, los inversores han puesto a prueba la determinación del BoJ de mantener los tipos de interés a corto plazo en -0,1% y el rendimiento de los bonos a 10 años en torno a cero a través de su política de control de la curva de rendimiento. Quizás a medio plazo el BoJ pueda sorprender más que sus compañeros de andanzas.
Lo mejor que podemos sacar del Foro del BCE en Sintra, es que hubo disparidad de discursos. Mientras que el BCE y el BoE parecían más preocupados por la situación de los salarios y precios que la Fed, algo que confirma que los tipos de interés en Europa se mantendrán más altos durante más tiempo que al otro lado del charco. Algo que no sorprende ya que EE UU suele ser el primero para casi todo lo que sucede en economía, dejando a todos los demás rezagados y obligados a adaptarse.
Darío García es analista de XTB