VALÈNCIA. (EP). Francisco González ha cumplido a rajatabla la 'hoja de ruta' que dejó trazada para abordar su sucesión al frente del banco. Dijo que abandonaría la presidencia cuando cumpliera 75 años y así lo va a hacer.
El 19 de octubre es el día en el que González cumple los 75 y algo más de dos meses después, el 31 de diciembre, cederá el testigo a Carlos Torres Vila, actual consejero delegado y próximo presidente ejecutivo.
Pero la razón de fondo de su marcha no es puramente biográfica. González se va porque entiende que el rumbo de BBVA está perfectamente encauzado y porque deja el timón en las que él considera las mejores manos, las de Carlos Torres, un hombre que ha entendido perfectamente su legado y la que ha sido su obsesión en los últimos años: hacer de la entidad un gran banco digital.
Así, las ventas digitales del grupo representan ya casi el 40% del total de unidades vendidas, una cifra que hace un año suponía el 22,4% del total y que, en 2016, representaba solo el 14,6%. Solo en España, el 42,4% de las unidades vendidas en el primer semestre se hizo mediante el canal digital.
En la misma línea, los clientes digitales del banco superan ya los 25 millones, un 46% del total, y solo en España son más de 4,5 millones, el 56%. El objetivo del banco es que más de la mitad de sus clientes a nivel de grupo sean digitales al finalizar el año.
Con la marcha de Francisco González de la presidencia de BBVA, a la que accedió en el año 2000, desaparece una forma muy personal y visionaria de entender la banca y se va uno de los banqueros con mayor personalidad en el panorama español.
El mismo año de su llegada al BBVA, dio un paso de gigante en su internacionalización al unirse al mexicano Bancomer y crear uno de los primeros bancos latinoamericanos. Su otra gran apuesta exterior ha sido Turquía, con la compra de más del 49% de Garanti en varios tramos, tras su fallida incursión en China.
A lo largo de su trayectoria ha dejado claro que no es una persona fácil de doblegar, que no acepta presiones y que por encima de todo está su misión de velar por los accionistas.
En la primera legislatura de Zapatero resistió el envite de Sacyr Vallehermoso para relevarle en el cargo, cuando la constructora entonces liderada por Luis del Rivero se hizo con el 3,1% del banco a través de derivados en un plan supuestamente alentado por la Oficina Económica de Presidencia que dirigía Miguel Sebastián. Al final, el Banco de España dio al traste con el órdago.
Ya con el Gobierno de Mariano Rajoy, en plena crisis financiera por la exposición de las cajas de ahorros al ladrillo, González entendió que la entidad debía contribuir al proceso de saneamiento a la vez que aumentaba su presencia en una Cataluña, una región en donde tenía un margen claro de crecimiento, por lo que adquirió Unimm y posteriormente Catalunya Banc.
Sin embargo, en medio de varios desencuentros con el exministro de Economía Luis de Guindos, se negó a la petición del Gobierno de entrar en el capital de la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), también conocida como el 'banco malo', al ser un proyecto que, a su juicio, no creaba valor para sus accionistas.
Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense de Madrid, Francisco González (Chantada, Lugo) es también corredor de comercio --fue número uno de la promoción de 1980-- y agente de cambio y bolsa de la Bolsa de Madrid.
Antes de su actual cargo en BBVA, González fue presidente de Argentaria en el periodo de 1996 a 1999, a donde accedió por encargo del Gobierno de José María Aznar y donde lideró la integración, la transformación y la privatización final de un grupo muy diverso de bancos públicos. Antes de incorporarse a Argentaria, fundó la sociedad de valores FG Inversiones Bursátiles, que se convirtió en la primera firma bursátil independiente de España.
Francisco González inició su carrera profesional en 1964 como programador en una empresa informática, época de la que le viene su clara apuesta por transformar la banca con el apoyo de las nuevas tecnologías.