VALENCIA. Edetania Patrimonios, firma financiera valenciana que se incorporó a Bankinter como nuevo agente hace un año, va cogiendo velocidad en tan corto espacio de tiempo. Algo lógico, por otro lado, teniendo en cuenta que está compuesto por media docena de profesionales procedentes de Banco Madrid, con amplia experiencia en el segmento de banca privada.
Francisco Varea, Javier Escrich, José Carrasco, César López, Giovanna Orosia y Marta Ribes están detrás de este proyecto, cuyo nombre se debe al al término que definía la vertiente occidental de la provincia de Valencia y la parte sur de Castellón en tiempos de los íberos. Si entonces las batallas eran una constante, hoy en día se libra otra en la plaza financiera valenciana aunque desde un punto de vista bien distinto que no es otro que los grandes patrimonios.
La llegada de nuevos players ha convertido a la 'City' local en un hervidero donde la experiencia manda -y mucho- para tratar de hacerse un hueco. Y ahí es precisamente donde Edetania Patrimonios tiene su fuerte. Pero nada mejor que hablar con Francisco Varea, uno de sus fundadores.
-¿Qué balance hace del primer aniversario de Edetania Patrimonios?
-Han sido unos meses muy intensos en los que hemos puesto unos sólidos cimientos a la vez que ayudábamos a los clientes a salir de Banco Madrid. Estamos muy satisfechos con la respuesta que hemos tenido de la práctica totalidad de los clientes. En la actualidad ya hemos recuperado la normalidad y la dinámica comercial, generando negocio nuevo. En este sentido hemos encontrado una muy buena acogida a nuestro modelo de independencia. Frente a la banca actual, los profesionales independientes, sin ataduras comerciales y con dilatada experiencia en los mercados, adquiere una mayor relevancia.
-¿A qué retos se enfrentan en estos momentos de ajuste en el sector?
-El sector financiero viene sufriendo un duro ajuste desde hace años. La concentración traumática ha provocado una notable reducción de la calidad de servicio que reciben los clientes, especialmente aquellos con una mayor necesidad de servicio especializado, los de banca privada. Si a esto se le une la necesidad de generar margen de las entidades por la vía del producto propio, el resultado es que pocas veces el cliente obtiene lo que necesita, sino lo que le conviene a la entidad.
-Hablamos de independencia...
-Así es y en ese contexto, nuestro gran reto será saber transmitir al cliente las ventajas de ser un elemento independiente, fuera de la estructura comercial de la entidad, libre de las imposiciones comerciales dictados desde la alta dirección. Sólo desde esa posición de independencia y ausencia de objetivos, se pueden alinear perfectamente nuestros intereses con los del cliente. Por otra parte, a futuro el sector se enfrenta a la nueva normativa MiFID II, de la que aún desconocemos cuándo entrará en vigor y cómo afectará al sector. En este sentido, desde nuestra entrada en Bankinter mantenemos una alianza con Triple A Capital. Junto a ellos somos el mayor agente financiero de Bankinter, lo que nos permite afrontar los posibles cambios con una mayor capacidad.
-Por cierto, ¿qué va a suponer la entrada de la MiFID II para el sector del asesoramiento financiero?
-Una mayor transparencia aunque aún está por ver cómo acabará aplicándose finalmente. El riesgo es que su aplicación implique que la banca se centre en la comercialización de sus propios productos y se vuelva a modelos de arquitectura pseudo-cerrada para que las comisiones no se reduzcan. El papel de las agencias de valores independientes, de los Eafis y de los agentes financieros va a ser clave tras la implementación de Mifid puesto que son figuras que deberían garantizar este acceso a plataformas abiertas.
-¿Cómo ve el patio bursátil teniendo en cuenta que seguimos sin Gobierno y cada vez más cerca de las terceras elecciones?
-Los mercados siguen sin reaccionar a todo el ruido político en España y parecen que se han habituado a convivir con una situación que parece que tampoco está afectando de manera significativa a la economía. Las bolsas se han acostumbrado a esta situación de transitoriedad que parece no tener fin. De hecho el bono español a 10 años ha llegado a marcar mínimos históricos; mientras los bonos del Tesoro con vencimiento inferior a los 4 años ofrecen rentabilidades negativas, por lo que hay que pagar para tenerlo. Las bolsas están más pendientes de los problemas del Deutsche Bank, de lo que haga la Reserva Federal con los tipos en EE UU, con la congelación de la producción del petróleo por parte de la OPEP o con los resultados de las elecciones americanas. En un mundo globalizado esto tiene muchas más consecuencias que lo que pase internamente.
-¿Y qué podemos esperar a corto plazo?
-Los resultados empresariales del tercer trimestre que se empezarán a conocer a partir de la segunda semana de octubre deberían ser el catalizador que mueva a los mercados hasta las elecciones americanas en donde la victoria de Trump tendría consecuencias parecidas a las del 'Brexit' y probablemente las bolsas cayesen los días posteriores a su victoria. La economía mundial está creciendo de manera moderada, sin presiones inflacionistas y con los bancos centrales aportando liquidez por lo que de no producirse ningún evento como el de la victoria de Trump, los mercados deberían tener un comportamiento razonable estos próximos meses.
-¿Perciben cierta desconfianza entre sus clientes de sicavs?
-Desde hace ya algún tiempo se viene demonizando injustamente a la sicavs como vehículo de inversión colectiva. En las últimas elecciones, los programas electorales de todos los partidos incluyeron medidas tendentes a dificultar la obtención del estatus fiscal de las sicavs. Esto inevitablemente ha inquietado a los propietarios de estos vehículos, pero en general no se están movilizando. Más bien se mantienen a la expectativa con un ‘plan B’ preparado. Lo que sí se ha producido es un frenazo en seco de la constitución de nuevas sociedades ante las dudas sobre su futuro.
-¿Qué opina del fenómeno fintech en general y de los ‘robo advisors’ en particular desde el punto de vista del banquero privado?
-Vivimos en la era digital y la tecnología se integra en prácticamente todas las facetas de la actividad humana. El sector financiero no es ajeno a esta revolución y desde hace años el uso de software específico es generalizado en todas las entidades de gestión de patrimonios. El disponer de herramientas cada vez más potentes es clave para diferenciarse de la competencia y uno de los aspectos que más valoran los clientes. En este sentido, en Edetania disponemos de la plataforma de Bankinter, pionero en la aplicación de las nuevas tecnologías al servicio del cliente de banca.
-¿Y de los 'robo advisors'?
-Los ‘robo advisors’ son un ejemplo de tecnología aplicada al sector financiero. Se trata de sistemas automáticos mediante los cuales, y previa definición de un perfil, un inversor puede acceder a una gestión de su cartera a un coste muy reducido. El programa selecciona los activos, generalmente ETFs, y monitoriza la evolución de la cartera, ofreciendo datos de volatilidad, rentabilidad, correlaciones, etc en todo momento. Con ellos se consigue reducir al máximo el coste de gestión de la cartera, manteniéndolas ajustadas en cada momento a la situación de los mercados y dentro de los límites marcados por el cliente.
-Pero hablamos de máquinas...
-Y tanto. De ahí que no deja de ser un cálculo frío que nunca va a preguntarle al cliente si duerme tranquilo con su inversión ni va a saber detectar la intranquilidad en su mirada. En este sentido, pensamos que nada mejor que una estrecha y fluida relación personal con el cliente para la gestión de la cartera.