VALÈNCIA (EP). La Unió Llauradora i Ramadera ha explicado que se ha detectado un nuevo envío de fresas procedentes de Marruecos con hepatitis A, en lo que supone el segundo consecutivo en solo nueve días, por lo que la organización ha reclamado que "se garantice la seguridad sanitaria".
El RASFF, sistema de alerta rápida para el control de alimentos y piensos en la Unión Europea, publicó el pasado viernes 15 de marzo una nueva alerta ante la presencia de Hepatitis A en fresas de Marruecos, según ha indicado la organización agraria en un comunicado. La notificación emitida califica la presencia de este virus como riesgo serio y potencialmente grave.
Este nuevo rechazo en frontera se suma al ya detectado a principios con las mismas características el 5 de marzo, denunciada por AVA-Asaja.
La Unió ha señalado que no se puede poner en riesgo la salud de los consumidores europeos y por ello debe informarse a la ciudadanía acerca de los controles que se efectúan a los productos importados de terceros países y en este caso a las fresas que proceden de Marruecos.
"Mucho nos tememos que únicamente se realicen controles e inspecciones aleatorias y por tanto descubrir una enfermedad o una plaga es como una lotería", ha advertido el secretario general de La Unió, Carles Peris.
Después de la primera detección, el Ministerio de Agricultura, Pesca Marítima, Desarrollo Rural, Agua y Bosques de Marruecos rechazó categóricamente "los rumores y las informaciones falsas" respecto de la presencia del virus de la hepatitis A en las fresas marroquíes, señalando que estas buscan manchar la reputación de los productos agrícolas del país, por lo que se reserva el derecho de tomar medidas legales.
El Ministerio marroquí explicó que, tras recibir la notificación sanitaria relativa a un lote de fresas exportadas desde Marruecos, la Oficina Nacional de Seguridad Alimentaria (ONSSA) abrió una investigación e identificó el campo y la unidad de embalaje en cuestión, además de rastrear el envío, realizando todos los análisis necesarios con el fin de evaluar su calidad y determinar cualquier posible riesgo para la salud.
Sin embargo, La Unió ha lamentado que a este primer caso ya se ha sumado una nueva detección con hepatitis A y riesgo grave para la autoridad de alertas europeas, por lo que "ya no se trata de una situación aislada y puntual".
En línea con las reivindicacines de las protestas agrarias de las últimas semanas, la organización ha denunciado "las importaciones procedentes de terceros países y el trato desigual de las condiciones de producción de los productos españoles y europeos con respecto a los que vienen de otros países de fuera de la Unión Europea, tanto en lo que respecta a la seguridad alimentaria como a las condiciones laborales y sociales con las que se producen".
Ante ello, Peris ha reclamado "más coherencia en las políticas de la UE y las que se aplican a los productos importados y unas cláusulas espejo para que haya igualdad en las condiciones impuestas a los agricultores de la UE y a los que producen fuera del territorio comunitario".
"No pedimos mejor trato, sino simplemente igualdad. La UE debe tomarse más en serio todo lo relacionado con la salud de los consumidores y establecer más controles y pedir reciprocidad para el cumplimiento de las normas europeas", ha añadido.
Según han informado a Europa Press fuentes del Ministerio de Sanidad, las fresas contaminadas entraron el pasado viernes por el Puerto de Bilbao, con destino a otro país de la UE, y ya han sido destruidas tras su detección por el sistema de alerta para el control de alimentos, sin que hayan llegado al consumidor.
Se trataba de una partida de 2.000 kilos de fresas que eran transportadas en 400 cajas, ha detallado el Ministerio de Sanidad, que ha explicado que siempre se procede al rastreo del envío de productos, se realizan todos los análisis necesarios con el fin de evaluar su calidad y determinar cualquier posible riesgo para la salud.
Por ello, apuntan, es habitual que se produzcan este tipo de situaciones, como el ocurrido con las fresas, aunque en esta ocasión ha trascendido a la opinión pública. Para Sanidad, la detección de alimentos contaminados demuestra que "el sistema funciona", ya que se retiran y destruyen antes de que llegue a manos de los consumidores.