FuckUp Night Valencia: "Muchas veces es necesario el desconocimiento para dar el salto"

VALENCIA. Las equivocaciones volvieron a cobrar sentido este jueves en Las Naves de Valencia en el retorno de las FuckUp Night. Emprendedores y profesionales contaron sus errores a los asistentes con el fin de hacer entender qué aprendieron con ellos porque sí, de los errores también se aprende. Javier Jiménez, director general de Lanzadera, hacía un recorrido por los errores que se han ido encontrando y han ido cometiendo en la aceleradora impulsada por Juan Roig.

“El primer error es el efecto papá es rico”, aseguraba. “Tan malo es tener dinero como no tenerlo ya que de repente el emprendedor pasa de trabajar 16 horas a tener una jornada de 8, como un oficinista y lo que hacíamos mi amigo y yo ahora lo hacen cuatro”. El segundo de los fuck ups es no tener métricas. “Los financieros estamos mal visto, pero ni todo son las finanzas ni tampoco ser un crack de las apps, simplemente hay que controlar”.

El siguiente aprendizaje trata de tomar decisiones rápidas y precipitadas. “Muchas veces tomamos una decisión que no está planificada y eso normalmente es caro. Hay que pegarle una pensadita más”. A partir de ahí, con tantos errores a la espalda, lo que se debe hacer es aprender rápido de ellos. “Los errores que os hemos contando a partir de mañana no se pueden comete”, aseguraba Jiménez. “Los errores se tienen que cometer pero tienen que ser baratos y que se puedan resolver fácilmente”.

De hecho, recordó uno de los errores más graves que cometió Lanzadera y es el haber empezado con un programa que era café para todos. “Nos daba igual el grado de maduración que tuviera la empresa, pero ahora tenemos distintos programas y mentores de la misma forma que tenemos distintos emprendedores”. A esto se suma que todas las empresas tienen unos valores y una manera de hacer, una cultura de empresa. “Si seleccionas a una persona fantástica pero no está alineada con tu forma de hacer las cosas no va a funcionar porque por delante de todo están las personas”.

Por este motivo hay que ver si encaja en el entorno. “Si alguien que entra es discordante y no suma al proyecto se desmonta”. También señaló al individualismo como otro de esos grandes problemas. “El CEO de una compañía es normalmente el que tiene el dinero para montar la sociedad o el que tuvo la idea. Esto es como el Gollum del señor de los anillos. Soy el CEO aunque sea el más inútil del mundo, yo hago los pitch aunque sea tartamudo y me cargo la compañía porque es mía”, apuntaba. “Pero, ¿quién es el que más quiere mi cartera? Yo mismo, por eso como soy un gestor muy pésimo tengo que delegar”.

“No contar lo que hacemos también es una metedura de pata habitual”, explicaba. “Nosotros tenemos famas de estirados. Yo soy financiero, no soy emprendedor, ni soy CTO, cuando yo estudié ni había teléfonos móviles y nos cuesta contar lo que hacemos, ahora menos. Pero si tú no lo cuentas los demás cuentan de ti y se hace la imagen que ellos transmiten sea buena o mala”.

ERROR, NO BUSCAR FINANCIACIÓN DESDE EL PRINCIPIO

Otro error básico es no buscar financiación desde el primer momento porque los bancos normalmente dan dinero a los que tienen dinero. “Cuando vas pillado te dicen mándamelo más tarde porque conocen tu cuenta de resultados”. Esto provoca que cuando ya vas muerto la valoración es la mitad de lo que valía tu empresa cuando empezaste. “Aunque hay que ser consciente que la mejor financiación son tus ventas”.

Por último, recordó que las ideas no valen para nada. “Lo verdaderamente importante es la capacidad que tienen las personas de ejecutar. Nosotros hemos recibido 7.000 proyectos como coches que vuelan o soñar a la carta”, apuntaba. "Pero hay gente que da igual el proyecto que tenga, lo saca adelante”.

“Imaginemos que en vez 2015 estamos en el año 2000 y vosotros sois del equipo de selección de Lanzadera. Mi idea es que voy a cambiar el mundo del café metiéndolo en una cápsula, el parque de máquinas y voy a venderlo en mis tiendas. Pero en Nestlé han sido capaces de hacerlo”. ¿La moraleja? “Esto es muy duro y o hacemos las cosas sin necesitar el despertador por la mañana o es mejor que abandoneis. ¿No es triste esperar 30 días de un año de 365 días para pasártelo bien? ¿No es mejor pasártelo bien 360 días?”.

"HABÍA POCA GENTE EN EL MERCADO, UN ERROR"

Quique Torres, CTO de Barkibu, una plataforma que permite a los propietarios de animales realizar consultas online con veterinarios profesionales, lleva ocho años trabajando en el mundo de Internet en empresas que van desde France Telecom a BBVA. "Muchos de vosotros conoceréis las fases del aprendizaje. En la primera etapa no tienes ni idea, luego llegas a dominar una materia y generalmente las empresas empiezan en la tercra y cuarta etapa cuando ya sabes de qué va", explica.

Pero ellos empezaron cuando no tienes ni idea. "En la zona de los flipados", bromeaba. "Es una zona donde no tienes ni idea pero te flipas". Torres recordaba que es fácil pensar que sabes de negocio. "Estábamos en una cena, nosotros sabíamos programar y hacer productos web, pero no teníamos ni idea de hacer negocio". Pero sí tenían la capacidad de convencer y juntaron los primeros 80.000 euros para hacer Barkibu. "Queríamos hacer un marketplace de veterinarios y que hicieran consultas a través de videoconferencias".

"Calculamos que la consulta media era de 30 euros y nosotros queríamos ponerlo a 20. Había poca gente en el mercado. Es un error, pero nosotros decíamos que era cojonudo". En julio de 2014, gastaron 4.000 euros en un vídeo que nunca usaron y tuvo 100 visitas. 1.500 euros en papelería y 6.000 euros en adwords. ¿Qué salió mal? "Los primeros cinco meses casi nos forramos, un total acumulado de una consulta". Incluso los colegios veterinarios empezaron a quejarse porque el código deontológico decía que la consulta tenía que ser física. Acabaron bajando el precio hasta un modelo freemium.

"En mi vida también supuso una serie de cambios. Yo vivía en Madrid, estaba contento con mi trabajo, mi piso, mi novia y después de Barkibu dejé todo". Para Torres la moraleja pasa por no empezar una empresa hasta que se tiene el suficiente aprendizaje para hacerlo. A esto suma que si hay un lago y hay muchos pescadores en esa esquina del lago, será porque están ahí los peces.

 También seguir los consejos de quiénes tienes alrededor porque serán quienes te acaben sacando del apuro. "Porque ese punto de inconsciencia es lo que me hizo saltar. Muchas veces es necesario el desconocimiento para dar el salto". Barkibu  en su primera fase fue un fracaso pero volvieron a empezar y ahora son 15 personas. "Con esto, quiero decir que es necesario estar dispuesto a tener cagadas gordas porque al menos quiere decir que estás jugando la partida. Si no te haces daño nunca vas a marcar un gol porque no estás dentro".

"TODOS NUESTROS PROBLEMAS HAN VENIDO POR EL CTO"

Daniel Perelló, CEO de SchoolMars, es profesor de niños pequeños y su pasión es la educación. "Siempre hablamos de tecnología y algoritmos pero nos olvidamos de la base que es la educación", aseguraba. "Hace unos años decidí convertirme en una persona más guapa y más guay. Intentamos a arracar Jupiler, que quería ser un sistema de comunicación entre colegios pero teníamos a las grandes editoriales como grandes enemigos, y cuando ya estábamos medio arruinados nos dio por lanzar una estrategia de marketing con un directorio de todos los colegios de España y del mundo, algo que no tenía ni la Unesco", explica. "Como profesor que soy me preocupó".

También se trata de una herramienta de marketing para que los centros capten nuevos alumnos. "Nuestra problema es que nos pasaba con la tecnología lo mismo que al monstruo de colores", explicaba. "Todos nuestros fracasos han venido por el CTO". Apuntaba a que el monstruo estaba desordenado y se le habían mezclado todos los colores pero un día consiguió ordenarlos, ordenar sus emociones y ser de color que quería, el verde".

Acudieron a Betabeers. Pagaron dinero para publicar la oferta, encontraron a una persona de Madrid y tuvieron el problema de la distancia a la que unieron una persona de Filipinas. "Empezamos a trabajar, pero como buenos flipados queríamos el top de los desarrolladores y teníamos una ambición muy alta. De la noche a la mañana se cansó y nos dijo que iba a borrar todo lo que había hecho y empezamos desde cero", asegura.

"Luego empezamos a buscar perfiles en linkedin. Queríamos utilizar la tecnología de Google. Encontramos una persona de Castellón. Estábamos en la UPV, lo llevábamos a Castellón, pero le ofrecieron un sueldo al mes y no podíamos seguir arruinándonos, no podíamos competir".  Encontraron a otro CTO, Perelló se fue tres meses a Nueva York, y de allí se trajeron a un perfil más senior. "Pasábamos de Python a Symphony en tecnología y volvimos a empezar desde cero".

Ya no se fiaban de ningún informático pero el camino les hizo aprender de tecnología. También trabajaron con una consultora que pusieron en su equipo siete personas. "Estábamos super contentos con el trabajo, pero tampoco salió bien". "Ninguno de ellos consiguió meter su emoción dentro de su bote aunque por cada golpe que te das más aprendes. Del fracaso es de donde más se aprende, contengamos nuestras emociones y sigamos adelante". 

MªJosé Vivancos, dinamizadora cultura, explicaba que su mayor fuck up era haber empezado en la cultura. "Corría el año 99 y yo entré en la conselleria de cultura. Yo soy filóloga iglesia. Subsecretaria de promoción iniciábamos unos proyectos que con ilusión y alegría emprendimos como la bienal de Valencia", explicaba.  "Estos fueron unos años de mucha actividad cultural. Estuvo bien, pero luego esto se acabó. Y pasamos a otros proyectos de más de pequeños formato como Ruzafa Escénica o Cinema Jove, que de jove tiene poco porque sigue estando el mismo director que hace 50 años". "Todo lo que he hecho estos años me ha supuesto satisfacción y alegría. Espero seguir acercando la cultura en general al público normal".