VALÈNCIA. Más que de réplicas de ideas y modelos de negocio debería hablarse de adaptación o tendencias importadas al mercado español. “Está claro que una idea, sin más, es como tener nada. Lo que importa es la ejecución y tener clientes dispuestos a pagar por lo que les ofreces”, dice Adrián Heredia, CEO de Sonar Ventures organización que se define como “la primera venture builder en España”.
Nacida en 2012, Sonar Ventures surgió como lanzadera de empresas de internet inspiradas en negocios de éxito en otros países e incorporarlas en el territorio nacional. Para ello se encargaban de detectar tendencias internacionales, primero, adaptables a nuestro mercado y, segundo, escalables para seguir creciendo fuera de él. Esta era la idea original y así fundaron startups como Food in the box o Wysh, entre otros proyectos.
Ahora han cambiado el modelo y, en lugar de apostar por la replicabilidad de otros negocios de éxito, han optado por asociarse con grandes corporaciones a las que ayudan en la búsqueda de soluciones innovadoras desarrolladas por startups participadas y fundadas por Sonar Ventures. De la idea precedente conservan la captación de talento para integrar los equipos de las startups y la aportación de soporte y recursos financieros que ahora comparten también las empresas. Durante un periodo de tres años se prueban los resultados y si, transcurrido ese tiempo, la corporación está satisfecha, tiene la opción de integrar al equipo de la startup en su estructura empresarial. Si no le interesa, la startup recupera su independencia y puede seguir creciendo y buscando financiación por su cuenta. Desaparecen así los dos principales factores de riesgo para la supervivencia de una startup: la falta de clientes y de financiación”, argumenta Adrián Heredia.
En cuanto a los motivos por los que renunciaron al primer modelo, dice Heredia que lo que han hecho ha sido “orientar el producto a lo que el cliente nos pedía que era que les solucionásemos problemas reales, propios”. En lo que respecta a los principales obstáculos que recuerda de la idea original Heredia cita dificultades las diferencias culturales y legales y las limitaciones del mercado español para crecer.
Entre los fundadores de Sonar Ventures figuraba como COO Jorge Dobón, entonces con 23 años y consagrado, con 20, como el emprendedor más joven de España. Ahora Jorge Dobón es el CEO de Demium Startups, una incubadora de negocios en internet nacida en Valencia y con presencia ya en Madrid y Barcelona. Su misión es crear startups desde cero, sin equipo ni idea, dado que los primeros los configuran ellos y las ideas, como Sonar en sus comienzos, se basan en modelos de éxito de otros países.
A la hora de seleccionar las ideas, Jero Forteza, CMO de Demium Startups, cuenta que tienen en cuenta los siguientes criterios: Tener claro el mercado (identificable, alcanzable, distribuible); la competencia existente y el tamaño de mercado; la ventaja competitiva (activos intangibles, coste del cambio, efecto red, ventaja de costes y diferenciación); el equipo (capacidad de liderazgo, organización y comunicación, experiencia en el sector, capacidad de sacrificio, tolerancia al riesgo, conocimientos, competencias y equilibrado); momento; escalabilidad; Time to Market (¿cuánto tiempo tardo en tener mi producto en el mercado? ); aspectos legales e inversión necesaria.
En cuanto a los perfiles que buscan para configurar los equipos dice Forteza que “el nexo común es la pasión por emprender, las ganas de crear sus propias empresas y el inconformismo”. Más allá del entusiasmo, se enfocan a la localización de jóvenes con formación académica y previa experiencia profesional en Business, Marketing y Desarrollo.
La mayoría de los criterios enumerados en la selección de modelo a replicar coinciden con las complicaciones principales que surgen en el proceso de adaptación al mercado nacional. A estas, añade Forteza la dificultad para el desarrollo tecnológico y de negocio, las sinergias y el potencial exit. Como país de referencia tienen, principalmente, Estados Unidos.
Allí se inspiraron en Care.com a la hora de crear Cuidum, uno de los proyectos más exitosos nacido de las entrañas de Demium Startups. Sin embargo, mientras que la primera se orienta al cuidado de casas, niños, perros y personas mayores, en Cuidum tuvieron que centrarse en las personas mayores. “Desde el principio, tras un estudio de mercado, enfocaron la idea de otra manera dado que el mercado europeo tiene otra forma de operar y la regulación, en cuanto a la laboralidad y la economía colaborativa existente en España, es diferente”.
Fuera ya de Demium Startups, el problema laboral fue también con el que chocó Velvehut al intentar crear en España un servicio de limpieza a domicilio a demanda similar a otro rodado ya en Estados Unidos, Homejoy (ya desaparecida). “Hicimos más de 500 encuestas a clientes objetivos y a limpiadores profesionales. Para nuestra sorpresa, mientras que la parte de los clientes parecía receptiva a este nuevo formato, no pudimos encontrar profesionales de la limpieza dados de alta en el régimen de autónomos que pudieran colaborar con nosotros de forma legal”, comentaban sus promotores. Finalmente, giraron de rumbo para aliarse, no con los profesionales, sino con empresas ya constituidas que proporcionaban este servicio.
Pero existe otra forma más infrecuente de traer un modelo de éxito de Estados Unidos e implantarlo en España. Consiste en montarlo directamente allí y, una vez validado, traerlo a nuestro país. Ese fue el procedimiento original que siguió David Troya, fundador Glamping Hub, una empresa que arrancó en San Francisco y ahora tiene su sede central en Sevilla, su ciudad natal. Aunque lo suyo no es exactamente una réplica, sí dice Troya que fue en EE.UU donde escuchó hablar por primera vez del glamping, una mezcla del glamour y camping. Entonces lo asoció a modelos prósperos como el de Airbn o Booking y decidió montar un portal de turismo especializado en alojamientos singulares y exclusivos en mitad de la naturaleza que conectase a propietarios con turistas. No ha soltado el mercado anglosajón (tiene una pequeña oficina en Denver), pero los desarrollos los hacen en Sevilla “con unos costes operativos más bajos”. Actualmente Glamping Hub cuenta con más de 40 trabajadores de todas las nacionalidades y, en su rama, nadie le discute el liderazgo mundial.