VALÈNCIA (EFE). La Fundación Oceanogràfic ha cerrado el año 2024 con avances científicos y acciones de conservación centrados en la protección de los ecosistemas, además de la reintroducción de 200 especies animales a su medio natural y la retirada de una tonelada de redes de pesca perdidas en la COmunitat Valenciana.
Se trata de investigaciones científicas que ayudan a ampliar el conocimiento sobre aspectos de la vida animal que son muy difíciles de llevar a cabo en la naturaleza, como son el estudio de las nuevas vocalizaciones en belugas o el análisis de novedosos métodos para evaluar el estrés en cetáceos.
Son unos hitos que logran posicionar al Oceanogràfic de Valencia y a su Fundación en primera línea internacional de la investigación en biodiversidad marina y acuática.
También ha impulsado el desarrollo de programas de conservación que, en el último año, han permitido la reintroducción de cerca de un centenar de tortugas, corales, caballitos de mar y tiburones en su hábitat natural.
La Fundación y el Oceanogràfic complementan su labor científica con su actividad de divulgación, con el objetivo de crear conciencia para cambiar conductas con el medio ambiente.
Las avanzadas instalaciones del Oceanogràfic (CACSA – GVA), que albergan una amplia diversidad de especies, y el trabajo del equipo de científicos, veterinarios y biólogos han transformado al acuario de València en un centro de investigación en biodiversidad marina.
Este enfoque permite abordar estudios que serían inviables de realizar en el entorno natural por su complejidad y carácter invasivo en animales silvestres, pero que resultan cruciales para desarrollar estrategias innovadoras de conservación de especies y ecosistemas.
Un ejemplo de la investigación del Oceanogràfic es el estudio de las capacidades comunicativas en belugas. En 2024, un estudiorevelò diferencias significativas entre las vocalizaciones de las dos belugas residentes en el Oceanogràfic con las dos que fueron rescatadas del acuario NEMO de Járkov (Ucrania).
Los resultados muestran que las belugas ucranianas emplean un repertorio vocal similar al de los delfines y que es diferente al de Kylu y Yulka, las belugas valencianas.
Estos estudios complementan toda una línea de investigación sobre la comunicación en belugas, que se desarrolla desde hace años de forma pionera en el acuario valenciano.
Los hallazgos no solo tienen implicaciones para la gestión de estas especies en medios controlados, sino también para su conservación en el medio natural.
El bienestar de los animales, tanto en su entorno natural como bajo el cuidado humano, es una preocupación creciente y, conocedores de esta realidad, los científicos de la Fundación Oceanogràfic desarrollan nuevos métodos no invasivos para evaluar el estado de bienestar en diferentes especies.
En colaboración con el Centro de Educación para el Bienestar Animal (AWEC) de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), en 2024 se ha validado un innovador método que permite medir el cortisol, una hormona vinculada al estrés, a partir de muestras de piel desprendida de forma natural en delfines mulares y belugas, lo que ofrece una alta precisión en la evaluación del bienestar animal.
Este importante avance no solo es aplicable a cetáceos que habitan en entornos controlados, sino también a aquellos que viven en el medio natural, aportando nuevas oportunidades de obtener información clave para evaluar el estado de salud de sus poblaciones.
El control y seguimiento de hábitats incluye la retirada de redes de pesca perdidas en el mar -redes fantasmas- y la extracción de basuras marinas del litoral de la Comunitat Valenciana (CV).
En estrecha colaboración con los pescadores y el personal técnico de la Conselleria de Agricultura, los investigadores están identificando las zonas con mayor acumulación de residuos marinos.
Entre los desechos encontrados se incluyen plásticos, metales y otros materiales arrastrados por las corrientes desde tierra firme, que constituyen una amenaza para la biodiversidad marina.
A lo largo del año también se han intensificado los esfuerzos para rescatar y tratar a tortugas, caballitos de mar y corales que aparecen con problemas en el mar, tanto en la costa como en los puertos pesqueros, y ha procedido a su suelta si el animal presentaba un pronóstico favorable de supervivencia.
Además de la atención a animales varados, la Fundación desarrolla programas de cría de especies amenazadas, como la anguila europea (Anguilla anguilla), el galápago europeo (Emys orbicularis) y el gallipato (Pleurodeles walt, que buscan preservar la biodiversidad y favorecer la recuperación de especies en peligro.