'Cuando ya no esté' es un programa de entrevistas en el que el periodista Iñaki Gabilondo pregunta a los científicos más destacados cómo será el mundo en 25 años
11/06/2016 -
VALENCIA. El primer robot español se fabricó en Cataluña, pero lo hizo una firma sueca. Y su primer puesto de trabajo lo obtuvo en Valencia, en la planta de Ford de Almusafes. Los trabajadores inicialmente apodaron "Mazinger" al robot, pero no tardaron en cogerle asco, hacía el trabajo de diez de ellos en un contexto de huelgas salvajes y despidos-represalia, de modo que empezaron a insultarle y a lanzarle objetos contundentes cada vez que lo cruzaban. Mazinger terminó trabajando rodeado con una valla para que no se estropeara de un botellazo. Si debemos tomar precauciones para que los robots no exterminen a la humanidad, en su día empezamos muy mal.
Actualmente, la amenaza robótica es cada vez mayor. No por los instintos asesinos e pueda incubar un humanoide en manos de un supervillano, sino porque la automatización, la tercera revolución industrial, amenaza con algo peor que la guerra contra los Terminators: el paro eterno.
Estas noticias sobre automatización y robótica son cada vez más frecuentes. Hasta un punto que recientemente Moisés Naím admitió en su columna en El País que con este panorama la renta básica no es en absoluto descabellada. No obstante, no todo van a ser malos augurios y amenazas, un programa de Iñaki Gabilondo, 'Cuando yo no esté' en la cadena #0 de Movistar TV, ha tratado de algún modo de buscarle un lado positivo a esta revolución tecnológica o, al menos, compensarlo y ofrecer una visión más ponderada. Menos catastrofista.
En su primer capítulo, en el que por cierto los contertulios no perdían ocasión de interrumpir al que estuviese hablando, el paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga decía que la mecanización del medio rural ya echó a millones de personas de sus pueblos y aquí seguimos, sin que haya llegado el apocalipsis. El invitado contestaba al dato que dio Gabilondo de que en Estados Unidos han advertido de que no se sabe cuál será el 65% del trabajo del futuro, que aún no se ha inventado, pero que de los empleos actuales van a desaparecer miles y miles.
El programa más reseñable de los emitidos fue el segundo. La entrevista a José Luis Cordeiro, de la Singularity University, en Silicon Valley, que fue impulsada por la NASA y Google. Este buen hombre, tras la advertencia de Gabilondo de que ya había sido tachado alguna vez de "charlatán", dijo que se nos vienen encima en las siguientes dos décadas más cambios que en los últimos dos milenios. Un "tsunami tecnológico", sentenció.
Pese al acojone que esto pueda suponer, puesto que los cambios radicales pueden o suelen traer inestabilidad, y la inestabilidad conflictos y desgracias, Cordeiro lo que subrayaba era el lado bueno. Otra compañía de Google, Calico, tiene una inversión de 1500 millones para acabar con enfermedades propias del envejecimiento, como las neurodegenerativas. Según Cordeiro: "El Parkinson y el Alzheimer estarán absolutamente controlados en treinta años". A su juicio, en solo un par de décadas "curaremos el envejecimiento, veremos la muerte de la muerte". No está mal la notica. Mejor para los que van a llegar vivos a dentro de dos o tres décadas que para el resto, pero bueno. Al fin y al cabo son nuestros hijos los que se beneficiarán.
Y también la gente que tenga dinero para criogenizarse. El entrevistado calculaba que en cincuenta años se podrá devolver a la vida a toda la gente congelada. Hay tres centros en Estados Unidos y uno en Rusia que están congelando a la personas. Solo los cerebros, eso sí, según explicó no hace falta más. El cuerpo se podrá clonar y a tu cerebro de señor de ochenta años le podrán poner un cuerpo de veinte. Hay ciento cincuenta personas en el mundo congeladas en la actualidad.
No le tengan miedo al regreso, a la descongelación. Precisamente en España, en Sevilla, ya se ha hecho un experimento con gusanos a los que se les entrenó para identificar olores concretos y, al descongelarlos, seguían recordarlo en cuál de ellos estaba la comida. Es decir, no perdían la memoria. Si no le suena, si los informativos de televisión en España no abrieron con este hallazgo no les culpe, tal vez coincidiría con la víspera de un Lleida - Palamós y no hubo sitio en la escaleta.
Otras investigaciones que estaba desarrollando Google es un exocerebro para poder almacenar datos, para poder subir a la nube nuestros recuerdos y que no se te borren nunca ¡menuda maldición! Por supuesto, la telepatía también llegaría en este nivel de desarrollo hasta el punto de que lo de hablar quedaría obsoleto. Sería lento y torpe, como las cassettes del Spectrum, al lado de una transferencia de datos de cerebro a cerebro. "Hablar es primitivo", dijo Cordeiro a Gabilondo.
Pero sobre lo que más nos interesa ahora, la automatización, en este presente, época en la que palmamos como chinches y nos comunicamos torpemente con la voz, no había buenas noticias. Mal asunto. De entrada, anunció, todo lo que es logística y transportes, ese sector que emplea a millones de personas en el mundo, será rápidamente asignado a los robots. Nadie conducirá. Y solo habló del primer detalle que le vino a la cabeza sobre el futuro.
Tampoco tendrá trabajo Ferran Adrià ni habrá concursos mide-egos como Masterchef, porque no se comerá nada derivado de animales. La comida se cultivará y el jamón no vendrá del cerdo, aunque sabrá mejor que un cinco jotas o como a uno le dé la gana, porque según explicó, el pollo podrá saber a café si es que acaso así nos gusta. Se podrá agregar el gusto. Mientras que a los animales se les podrá agregar inteligencia. El planeta de los simios, aseguró, no será una fantasía.
En la última entrega del programa, Gabilondo entrevistó a Nicholas Negroponte, fundador del MIT Media Lab. Este entrevistado también insistió en que los chuletones se van a cultivar en la placa de Petri. Desaparecerá el hambre en el mundo por completo. En cuanto a películas, la que citó sin querer fue Viaje alucinante, film sobre una tripulación que, reducida previamente, se adentra en el cuerpo humano de un enfermo. Esta misión, dijo Negroponte, la harán los nanorobots con toda naturalidad.
Para concluir, Negroponte vaticinó que para dentro de veinticinco años hay dos hipótesis sobre cómo será el mundo. Una, que no exista. La otra, que ya veríamos. Lo que más le preocupaba era el calentamiento global. O un mero accidente nuclear.
Por lo pronto, Gabilondo ha conseguido rescatar lo mejor de Redes, que era la parte que hacían los redactores, no cuando salía Punset divagando ante la mirada silenciosa del entrevistado, y darle a Cuando ya no esté un toque Salvados. En las redes sociales todo son parabienes. ¿Podrá enfrentarse un programa así a las grandes audiencias? Esa respuesta, que pertenece al futuro inmediato, no la sabemos.
Los atentados del 11-M se sostenían a partir de la imagen de los trenes reventados y de los sonidos de los periodistas informando vertiginosamente sobre la cifra de muertos. Por eso resultaba difícil escribir una novela sobre Atocha, Santa Eugenia o el Pozo del tío Raimundo. En el país del realismo, la realidad era tan indiscutible que cualquier reformulación parecería menor