VALÈNCIA. Construido a capas por las distintas civilizaciones que lo ocuparon, las piedras del castillo de Bairén son el testigo de pactos que cambiaron el devenir de la historia y de un pasado que poco a poco se va desvelando con los trabajos de restauración que se están llevando a cabo. Piedras que antaño fueron recios muros para protegerse de los enemigos y daban vida a un castillo clave en la defensa del territorio. Restos de las épocas ibérica, romana, musulmana y cristiana pero que, sobre todo, constituyen la primera edificación de Gandia.
Un pasado que se quiere recuperar para poner en valor el castillo de Bairén, devolviéndolo a la vida a través de paneles informativos, un acceso más adecuado y una restauración hecha a conciencia y siguiendo las técnicas milenarias que se emplearon para edificarlo. El camino es largo, pero las actuales obras de actuación van a buen ritmo y tienen un presupuesto de 960.000 euros (con IVA), financiado a partes iguales por los fondos Feder —a través de la Generalitat Valenciana— y el Ayuntamiento de Gandia.
Un trabajo intenso que se viene realizando desde febrero y cuyas actuaciones se centran en trabajos de desescombro arqueológico. Así, el Jefe de Servicio de Coordinación y Supervisión de Proyectos, Fernando Mut, y el arqueólogo municipal, Joan Negre, explicaron que de esos trabajos han podido salir a la luz los cimientos de las edificaciones situadas en el interior de la fortaleza que daban servicio al alcaide, como encargado de la guarda y defensa de este bastión defensivo; pavimento de la época cristiana hecho en ladrillo y datado en el siglo XIV, o la jamba de la puerta de la Torre Cuadrada.
EL CASTILLO DE BAIRÉN SE CONSIDERA LA PRIMERA EDIFICACIÓN DE GANDIA
En unos meses —presumiblemente noviembre—, el camino de acceso se limpiará y contará con una serie de plataformas de madera que harán de miradores para ir observando el paisaje a medida que se va subiendo. Además, habrá paneles que integrarán un código QR para ampliar la información y ofrecerla en inglés y francés. En ellos se hablará del entorno,la biodiversidad y las distintas etapas del castillo para que el visitante pueda ir reconstruyendo el contexto histórico y el entorno: la marjal y la playa de l’Auir.
Un camino que llega hasta una explanada que albergará un jardín botánico dentro del albacar con especies endémicas de la zona para que los visitantes conozcan el entorno natural. Además, cada una de ellas tendrá su nombre. Un poco más arriba y la senda llega a lo alto de la colina, donde las barbacanas se alzan al margen derecho e incluso se pueden ver las ventanas por las que los defensores asomaban sus armas. Según explican, el camino habrá que limpiarlo para que los muros se vean más —están cubiertos por la tierra—.
Y aquí un punto importante: la puerta árabe, que fue tapada con la conquista romana. Y es que, el castillo de Bairén, de origen musulmán, fue conquistado temporalmente por el Cid en 1097 y rendido a Jaume I en 1240. Concretamente, fue en agosto de 1239 cuando el rey Jaime I pactó su rendición y la liberación inmediata de los castillos de los alrededores sin verter una gota de sangre.
Esa arcada gótica hoy da acceso a la explanada, ocupada actualmente por los trabajos de restauración que se están realizando con ese presupuesto de 960.000 euros del fondo Feder y el Ayuntamiento de Gandia. De hecho, el muro que da al mar es nuevo. Un deterioro que se agrava con el paso de los años, con el crecimiento de la ciudad, los expolios de los campesinos y ya en el siglo XVII queda en ruinas. Cabe destacar que el castillo data del siglo XI, pese a que la mayor parte que se ve es del siglo XII.
En esa explanada se ven las torres que son muy singulares por tener planta circular en sus esquinas, se ve el aljibe—donde guardaban el agua— y, a la derecha, los restos de la ermita de San Juan, de la que hay constancia que se hacían procesiones.
Y precisamente para ver esos trabajos arqueológicos que van construyendo la historia de Gandia hasta allí se acercaron la alcaldesa de Gandia, Diana Morant, el director general de Administración Local de la Generalitat Valenciana, Antoni Such, acompañados por la regidora de Patrimonio Cultural y Natural, Alícia Izquierdo; el regidor de Turismo, Vicent Mascarell, y el equipo técnico.
Junto a una de esas torres la alcaldesa de Gandia, Diana Morant, ha destacado que "el castillo de Bairén era el gran olvidado, y ya le tocaba su momento con esta actuación que ha supuesto un antes y un después. En Gandia tenemos recursos patrimoniales universales de esta talla, como los Borja, los Clásicos, la Cava del Parpalló, las Fallas (Patrimonio Inmaterial de la Humanidad) o la Semana Santa (Fiesta de Interés Turístico Nacional). El castillo de Bairén tenía elementos para estar en esa lista, pero necesitaba su puesta en valor".
Una puesta de valor que también ha destacado el director general de Administración Local, Antoni Such, que también ha anunciado que a pesar de que este programa de ayudas a la rehabilitación de patrimonio histórico-artístico se acaba el próximo 1 de noviembre, "estoy seguro de que podremos abrir una nueva etapa con el programa Operativo 2021-2027 de la Comisión Europea a través de los fondos europeos de desarrollo regional, presentando nuevos proyectos de rehabilitación de patrimonio para culminar muchas de las obras que tenemos en marcha a lo largo de la Comunitat Valenciana, como es el caso del castillo de Bairén".
Por su parte, la concejala Alicia Izquiedo ha señalado que "se trata de un proyecto muy especial para Gandia y, cuando todavía no hemos terminado esta fase, ya estamos iniciando nuevas líneas de ayudas con la redacción del Plan Especial de Protección del Castillo de Bairén, para continuar excavando y finalizar el entorno". Izquierdo ha remarcado "la apuesta decidida por parte del Gobierno local para continuar con este proyecto en un futuro".
