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entrevista al presidente de la diputación de valencia

Toni Gaspar: "Nunca he querido controlar Divalterra"

Foto: DANIEL DUART

El presidente de la Diputación asegura que el anuncio del cierre de Divalterra "coincidió accidentalmente y temporalmente" con toda la polémica por el control del área de personal por parte de cargos del PSPV 

27/06/2022 - 

VALÈNCIA. El presidente de la Diputación de Valencia, Toni Gaspar (Faura, 1973), atiende las preguntas de Valencia Plaza sobre una de las últimas polémicas en el seno de Divalterra, foco de varios casos de corrupción, justo antes de que anunciara su disolución. Como desveló este periódico, cargos del PSPV trataron de revocar el nombramiento de la jefa de Recursos Humanos de la empresa pública, una maniobra que finalmente no logró pero que generó grandes tensiones. Un día después del anuncio del cierre, Valencia Plaza trasladó una solicitud de entrevista sobre todo lo acontecido que tardó varios meses en concederse.

-Esta semana se ha celebrado la última junta general de Divalterra por su liquidación. Algunos sindicatos ven ilegal la manera de traspasar a los trabajadores y le han acusado de colocar a la élite de la empresa pública en la Diputación. También criticaron la falta de transparencia y presiones por su parte en el proceso.
-No soy consciente de eso. La disolución de Divalterra, contrariamente a lo que piensan algunos, no es ningún arrebato. Cuando entro aquí hay que hacer algo con Divalterra y se plantean muchísimos escenarios. Algunos se anuncian y otros no. Yo en todo momento lo único que hago es atender a criterios técnicos y la prueba de ello es que la manera de traspasar a los trabajadores está avalada por el Supremo. En febrero del 2020 se hizo la Comisión de Transformación del Sector Público Instrumental. Es verdad que vino la pandemia y entonces se paró. Año y medio antes yo ya estaba escuchando opciones, opciones y opciones porque nadie se atrevía a ver cómo le poníamos el cascabel al gato. Pienso que hemos llegado a una buena solución. Hay brigadistas que me han dado las gracias. Lo importante es que se ha llegado a buen puerto a pesar de las dificultades. Hay otras instituciones de España que ahora nos cogen de ejemplo. Se ha cumplido la única máxima que tenía: garantizar el puesto a los trabajadores. 



-Hay quien considera que existen ciertas dudas legales sobre la figura del "personal a extinguir". ¿Eso le preocupa?
-El secretario de la corporación, el interventor y la sentencia del Supremo lo dejan claro. Yo he hecho todo siguiendo los informes que me van dando los jurídicos. No me tiene que preocupar.    

-Ha comentado antes que el cierre de Divalterra no fue un arrebato. Anunciaron la intención en 2018, pero pasó el tiempo y usted pasó a hablar en todo momento de "transformación" hasta semanas antes de anunciar la disolución. Y comentaba que el dilema era si se convertía en un organismo autónomo o una entidad pública. ¿Por qué no se hizo antes?
-A ver, yo entro en pleno shock con la empresa descabezada. Lo primero que hago es introducir técnicos en el Consejo de Administración para que evalúen desde dentro si eso tiene viabilidad o no, y para que tomen ellos las decisiones. Que no los medios no lo supieran no significa que no se estuviera trabajando. Además había que ser discretos. Transformar también era un cierre. Y el máximo problema era el traspaso de los trabajadores, que ha costado muchísimo. Mientras algunos se dedicaban únicamente a sacar sus titulares, nosotros estábamos trabajando muy preocupados porque no encontrábamos la manera. Y también es verdad que es una decisión política porque podría haber hecho como mis antecesores: no hago nada pero el que venga que se apañe. Ahora ya hay Intervención y Secretaría y, por primera vez, a los brigadistas los dirigen profesionales de los incendios. 

Foto: DANIEL DUART   

-Todo ocurrió en mitad de polémica generada por el intento por parte de cargos del PSPV de revocar el nombramiento de la jefa de Recursos Humanos, un puesto clave para la contratación de brigadistas. ¿Fue casualidad?
-Yo no estaba en el día a día de la gestión de la empresa. Han pasado tantas cosas... pero lo único que sé es que Divalterra está cerrada. Y por cierto, la jefa de Recursos Humanos sigue, ¿no?

-La contratación que intentaron anular cargos de su partido fue avalada por el inspector general de la Generalitat y por la Agencia Antifraude, que abrió una investigación al respecto.
-Yo ahí vi muchísimo ruido y menos mal que ya teníamos preparada nuestra salida de lo que íbamos a hacer. La coincidencia temporal es otra historia, pero vamos, Divalterra ha tenido muchísimas historias. Muchísimas conocidas y muchísimas por conocer. Mi misión ahí está cumplida.

"TODO LO QUE DICE ANTIFRAUDE LO ATENDEMOS; NO SOMOS EL AYUNTAMIENTO DE VALÈNCIA" 

-La sospecha a la que apuntó Antifraude es que ganó la candidata que los cargos del PSPV no querían. De hecho, hubo un intento por parte de la Diputación de contratar al otro candidato al que se trató de beneficiar mediante los informes de José Luis Vera. 
-No me interesa absolutamente nada ya el pasado de Divalterra, porque me he dejado la piel en garantizar a los trabajadores y arreglarlo. No me interesa nada porque es que no aporta nada. Todo el mundo habló y al que le correspondía tomar decisiones, las tomó. Además, yo en ese momento ni era el presidente del Consejo de Administración. Por cierto, alguien lo llevó a la Fiscalía y ésta lo archivó. Y todo lo que dice Antifraude lo atendemos. No somos el Ayuntamiento de València. 

-Aunque usted no fuera el presidente del Consejo de Administración, se trataba de una empresa pública que dependía de la Diputación y que estaba bajo su responsabilidad. ¿No va a entrar a valorar nada de todo lo que ha ocurrido con este asunto?
-Es que tomaron las decisiones los que tenían que tomarla. Mi responsabilidad era nombrar los consejeros. Igual que cuando la liquidadora ha tenido los poderes de la casa, ha ejercido lo que ha creído conveniente. Que nadie se lo quiera creer es otra historia. Yo como presidente asumiré lo que digan los órganos de decisión a los que corresponda. Y por lo tanto el ruido me vino fatal, pero continué con mi trabajo.

-Pero es que el ruido estaba en su casa. Eran cargos de su partido que estaban intentando controlar un proceso de contratación. 
-Yo estaba centrado en lo que estaba centrado y, de repente, pasa eso. El Consejo tenía un 'marrón' que tenía que resolver. Y lo hizo. Yo salía todos los días en la prensa que... ¿qué necesidad? Entiendan que como Divalterra está cerrada, a mí esto...

-Es que no le habíamos podido preguntar antes. 
-Si hubiéramos cerrado Divalterra en 2015 cuando entramos, imagínense los disgustos que nos hubiéramos ahorrado.

Foto: DANIEL DUART   

-Habla del proceso de Recursos Humanos como si hubiera sido totalmente ajeno a usted, pero el presidente de Divalterra era un diputado de su grupo, Ramiro Rivera, y el jefe de los servicios jurídicos, de Transparencia y de prevención de riesgos penales José Luis Vera, una persona vinculada desde hace muchos años al PSPV. 
-Es mi grupo político, pero yo estoy rodeado de todo tipo de gente a la que no le he preguntado del partido del que es porque trabajo con profesionales. Es que de verdad, Divalterra está cerrada y se tomaron las decisiones que tenían que tomarse por quien correspondía. 

-¿Y usted compartió alguna?
-Con Divalterra disuelta, no voy a ponerme a decir lo que yo habría hecho. Entiendo que insista, pero yo tengo que insistir también. 

-¿Se reunió en la Diputación con el candidato alternativo al que se trató de beneficiar?
-Nunca, a ese señor no le conocí. Bueno, no sé si me lo habrán presentado por ahí. 

"NO ME INTERESA ABSOLUTAMENTE NADA EL PASADO DE DIVALTERRA"

-¿Y usted recibió alguna indicación de que se le tenía que colocar?
-Ni el presidente del Consejo ni José Luis Vera me dijeron que tuviera que ser ni ese ni otro. Entre otras cosas porque yo no estaba en ese negociado. 

-El presidente de Divalterra, el diputado de su partido Ramiro Rivera, trató de que la Diputación tomara el control de la empresa pública por la inoperatividad justo en ese momento. Al final, y después de varios ceses y dimisiones, nombraron nuevos miembros en el Consejo de Administración que habían ocupado cargos en el PSPV y Compromís. ¿Les salió mal el intento de controlarla?
-No. Pero es que yo nunca he querido controlar la empresa. Yo sólo he querido proteger a los trabajadores y arreglar el entuerto que nadie ha sido capaz de arreglar. ¿Controlar la empresa para qué? Cuando todo eso se produce estamos en plena decisión de que vamos a hacer lo que hicimos. Si esto no tenía fin. Divalterra era como la EMT ahora, la EMT le ha cogido el testigo a Divalterra. 

-Pese a todo, el Consejo ratificó el nombramiento de la jefa de RRHH que los cargos de su partido trataron de revocar.
-A pesar de todos esos nombramientos que parecían que eran del PSPV.

-Bueno, hubo alguna ausencia destacada y las votaciones no salieron como el representante de su grupo quería.
-El Consejo decidió a pesar de los números y de las especulaciones. Yo tuve claro que iba a respetar lo que saliera y sabía que iba a salir escaldado decidieran por lo que decidieran. Me comunicaron lo que votaron y yo lo asumí.

-El gerente de Divalterra llegó a decir, sobre el proceso de RRHH, que había sido presionado él, el tribunal y la candidata. ¿Opina algo de estas acusaciones tan graves?
-Yo no estaba en el tribunal, eso forma parte del pasado.

 -Y después de todo esto anunció la disolución de la empresa. 
-Accidentalmente y temporalmente coincidió. Llevábamos mucho tiempo trabajando en ello. Improvisar algo así con un arrebato era imposible. 


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