Por qué será que ya no sorprende ninguno de estos estudios que dicen que el 40% de los niños a nivel informático no saben cortar y pegar con un teclado. La generación supuestamente más preparada de la historia se encumbra como padres creando a la generación más desaprovechada de la historia. Básicamente cómo vas a conseguir que a alguien le vaya bien en la vida y entienda que es bueno llevar una contabilidad mínima de ingresos y gastos en cualquier herramienta cuando ni tus padres han sido capaces de enseñarte una planificación que ni si quiera sea a un año vista, al menos a tres meses vista. Dos generaciones antes al menos había por casa una libreta perdida donde se apuntaban recibos y fechas, pero ahora hay demasiada gente que descubre por sorpresa que este mes le toca pagar el seguro del coche.
"¿Por qué se volvió normal que con un bachiller o una carrera se pueden permitir el lujo de dejar de aprender?"
¿En qué momento nos hemos podido permitir el admitir que, si en la vida hay que saber de oratoria, empatía, inteligencia emocional o higiene personal… ¡¿No estén las capacidades digitales en esa ecuación!? ¿Por qué se volvió normal que con un bachiller o una carrera se pueden permitir el lujo de dejar de aprender? Ahora demasiados ni saben ni volver a meter una contraseña en su Netflix. ¡Es muy mayor para aprender! El argumento defensa de los vagos que cada vez más se escucha más. Tenemos grandes profesionales de 60 años que dan mil patadas a universitarios a nivel de competencias digitales, porque las competencias digitales son como ducharse, si quieres puedes. Todos hemos tenido que aprender algo nuevo alguna vez y por mucho que un joven lo pueda aprender en dos horas y un anciano en ocho, ambos deben hacerlo. Muchos de los que reniegan del documento digital es porque en realidad ocultan que ni en papel sabían hacer un simple tramite, como no se podía demostrar la apuesta siempre era tener herramientas para esconder la ignorancia.
Aquí el estigma de los videojuegos ha sido fundamental a la hora de formar personalidades. A qué dedica su tiempo una persona es fundamental, teniendo los adictos a los disparos un crecimiento personal más lento que quien resuelve un crimen o un puzle más laborioso. A muchos nos preocupa las similitudes de los caminos que está tomando la humanidad actual muy similares a cuando en Egipto la parte más inteligente de la población sometió a las ignorantes.
Un buen videojuego requiere un esfuerzo para avanzar: no estamos hablando de los tetris o de juegos que requieran de habilidad, estamos hablando de una buena historia. Sherlock Holmes, Agatha Christie, Lovecraft… Estamos rodeados de maravillosas implementaciones de historias que llegan más allá del cine o los libros. Eso sí, es requerido un esfuerzo de entender en un problema, escuchar, deducir y resolver.
"el 'Fornite' es el fútbol de los niños prodigio modernos"
Pero claro, hace falta que el niño no moleste o se ofenda y mejor que esté con el Fornite todo el fin de semana. Pues entendamos que igual que antaño estaba mal estar todo el día pegando patadas a un balón ,el Fornite es el fútbol de los niños prodigio modernos. Porque claro antes era muy importante dejar que el niño esté todo el día jugando no sea que tengamos un Ronaldo en casa y estemos cortando su creatividad. Ahora es un Ibai, tal vez tengamos a un genio del streaming en casa y claro, no vaya a ser que matemos a cristo por segunda vez.
Lo que está claro es que una persona extremadamente mediocre podría acabar cualquier libro o película simplemente a base de constancia, pero nunca descubrirá el Secreto de Monkey Island sin un esfuerzo mental considerable. Que nunca habrá que defender que todas las horas del día sean productivas, todos queremos saber cómo fue el desembarco de Normandía en primera persona e incluso aprender un poquito de historia, pero cuando vamos por la decimocuarta vez que desembarcamos la experiencia como que aporta poco. A todos los que siguen sin agarrar un buen videojuego de vez en cuando les repito lo de la ducha, de vez en cuando está bien.
Que nadie pierda la esperanza, a más mala es una generación más explosiones de talento pueden acontecer. Asimov ya pronosticó con éxito que muchos de estos niños que no son ni queridos por sus padres pueden ser educados con éxito por máquinas.