Según ha informado la Generalitat en un comunicado, este plan en la Comunitat Valenciana es necesario porque es un territorio de tránsito de muchas mercancías peligrosas transportadas desde los polígonos industriales del norte de España (País Vasco y Cataluña) y del sur (Cartagena y Andalucía) y viceversa. También los puertos de la Comunitat Valenciana son importantes centros de recepción y distribución de mercancías peligrosas.
En la Comunitat Valenciana se producen una media de nueve accidentes al año en el transporte de mercancías peligrosas, un número que se ha reducido casi a la mitad en la segunda década de los años 2000, dado que, en la primera, entre 2000 y 2009, la media de accidentes en este tipo de transporte era de 14 siniestros.
Más de la mitad de los accidentes, el 53 por ciento suceden en la provincia de Valencia y el resto se reparten entre Alicante y Castellón (25,7 y 21,3%, respectivamente). En concreto, el 40% se producen en las autovías A7/AP7, A3 y las nacionales N-340 y N-332. Esta última, la carretera que une Valencia con la ciudad almeriense de Vera, es la que mayor siniestrabilidad registra en este tipo de vías, con un 31% de los accidentes.
En el plan se clasifican estos accidentes en cinco tipos según la gravedad. La mayor parte de los siniestros que se producen en la Comunitat Valenciana son de tipo 2, o sin fuga de contenido, y de tipo 3, accidentes con fugas, con un 42,7% y un 51,4%, respectivamente.
En el 69% de los casos, solo se han producido daños materiales y no ha habido víctimas ni heridos. Del resto de accidentes en los que ha habido heridos, el 89% son leves. Y en el 91% de los casos tampoco hay contaminación medioambiental. En el 30% de los accidentes, la mercancía transportada son GLP (gases) o combustibles (gasolinas, gasóleos, etc).
La nueva edición del plan incorpora la actualización de datos estadísticos que se han producido hasta diciembre de 2022 y de las vías de comunicación actuales por las que se transportan mercancías peligrosas en la Comunitat Valenciana.
Además, incluye mejoras en cartografía, especialmente de las áreas metropolitanas de las tres capitales de provincia, para facilitar la determinación de un riesgo, según el lugar donde se haya producido el incidente.
Se van a incluir unas tablas de distancias de intervención para que los consorcios puedan actuar de forma segura en los momentos iniciales de la emergencia: cartografía del riesgo, esto es un aspecto novedoso en cuanto a la estructura y organización, ha detallado la Generalitat.
Además, a propuesta del Consorcio Provincial de Bomberos de Valenciana se ha incorporado una tabla con una nueva zonificación para facilitar la delimitación del espacio de intervención en una emergencia. Se trata de la zona de protección que se delimita alrededor de la emergencia y en la que solo penetran los servicios de intervención.
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