VALÈNCIA. La gestora valenciana de instituciones de inversión colectiva Buy & Hold ha integrado las seis sicavs que gestiona en dos de sus tres fondos de inversión que tiene en Luxemburgo. Se trata de BH Europa Flexible, BMS Blue Chips y BMS Cartera, que han pasado a formar parte del fondo B&H Luxembourg-B&H Flexible; y de Dicastillo Inversiones, Inversiones Lloner y Universal de Inversiones, que han hecho lo propio en B&H Luxembourg-B&H Equity.
Además de esos dos fondos, la gestora fundada por Antonio Aspas y Julián Pascual cuenta con otro en el Gran Ducado como es el B&H Luxembourg-Bond. Entre los tres vehículos de inversión mueve actualmente cerca de 200 millones de euros. Además, Buy & Hold tiene en España cuatro fondos de inversión: B&H Acciones, B&H Deuda, B&H Flexible y B&H Renta Fija, que gestionan unos 54 millones de euros.
"La integración de las sicavs en nuestros fondos luxemburgueses es algo que ya teníamos previsto hace tiempo. ¿A qué responde? Sencillez, economía de escala y poder comercializar las sicavs ante la que está cayendo en España por aquello de los 'mensajes populistas', mientras que en un fondo de inversión de Luxemburgo no hay ningún problema", reconoce Aspas a este diario. Además, y como bien recuerda, "por mucho que digan, la fiscalidad de las sicavs y los fondos luxemburgueses es la misma que la del resto de Europa incluyendo la española".
Y no le falta razón como bien apuntó hace unos días -junto con otros nueve financieros valencianos más- en el panel de opinión que publicó este diario sobre el futuro de la banca privada en general y de las sicavs en particular. "Lamentablemente, las sicavs están sufriendo 'la muerte de los mil cortes' desde hace varios años por los continuos mensajes inciertos, tales como que son un vehículo de evasión fiscal -cuando tiene las mismas ventajas fiscales de los fondos de inversión-, o de ser un vehículo de inversión para ricos -cuando cualquier persona puede invertir en cualquier sicav, sin limitación ninguna, al ser vehículos abiertos para todos los inversores-. El mínimo de 2.500 euros por accionista es otro clavo en el ataúd", manifestaba.
Asimismo, recordó -tal y como está sucediendo y va a continuar-, que "el único beneficiario de esta situación son las instituciones de inversión colectiva de otros países europeos como Luxemburgo o Irlanda, en perjuicio de un sector que genera bastantes puestos de trabajo de calidad".
Conviene recordar al respecto que el Gobierno progresista ha puesto la diana en las instituciones de inversión colectiva (IICs) con el fin de acabar con los llamados 'mariachis', es decir, aquellos que figuran en una sicav de meros comparsas para totalizar el centenar de accionistas que establece la ley. Y para ello está preparando establecer "requisitos adicionales" para disfrutar de los beneficios fiscales de las sicavs, como exigir a los accionistas una participación mínima de 2.500 euros, para lo que se otorgarán competencias a la Agencia Tributaria para comprobar dicho requisito.
Pero no solo eso, que anunció la secretaria de Estado de Hacienda, Inés Bardón, el pasado 4 de noviembre sino que dos meses despúés el PSOE anunció que quiere aplicar también un régimen transitorio libre de impuestos para socios que decidan reinvertir en otras sociedades por la disolución de sicavs motivadas para la adaptación de estas nuevas exigencias.
El PSOE propone elevar los requisitos para que estas entidades puedan tributar al 1% en el Impuesto sobre Sociedades, actualmente fijado en la participación mínima de cien socios. La ausencia de una inversión mínima, argumenta, provoca que haya socios con participaciones testimoniales en favor de inversores principales. En este sentido, quiere que sólo se contabilicen en estos cien inversores aquellos que cuenten con acciones por valor mínimo a 2.500 euros o de 12.500 euros en el caso de que sea una Sicav por compartimentos, con una duración de al menos las tres cuartas partes del período impositivo.