Nou Mestalla. Foto: KIKE TABERNERVALÈNCIA. El concejal y candidato de Ciudadanos a la alcaldía de València, Fernando Giner, tiene una solución para el atasco del Nou Mestalla, cuyo esqueleto lleva 14 años "avergonzando" -según sus propias palabras- a la ciudad. Giner propone que sea el Ayuntamiento de València el que acabe "de una vez" el estadio con un modelo similar al del nuevo estadio San Mamés. Este recinto fue construido hace diez años en Bilbao con la participación de todas las instituciones públicas excepto la estatal.
El objetivo, según explica Giner a Valencia Plaza, sería en primer lugar acabar la obra cuanto antes y después "devolver el estadio al valencianismo".
La solución al actual bloqueo del estadio "que la ciudad no se puede permitir" pasaría por crear una empresa mixta, con participación del Valencia CF que aportaría el suelo y la obra ya construida. Esta sociedad acabaría el estadio y se lo alquilaría al club, además de poder utilizarlo para organizar eventos deportivos o de otro tipo al margen de la sociedad controlada por Peter Lim.
En un comunicado publicado este lunes, el candidato de Ciudadanos explica que, "de entrada, el objetivo es un estadio municipal para poder acabar las obras y ponerle fin a la vergüenza del esqueleto que tenemos en Cortes Valencianas". Y añade que "luego, se buscaría la fórmula para revertirlo al valencianismo". "Lo que está claro es que no podemos permitir que la situación se alargue ni un segundo más", concluye.
En el caso de San Mamés, para su construcción, que costó 186 millones de euros, se creó la sociedad mixta San Mamés Barria, participada por el Athletic Club en un 29% -en parte, por la cesión de terrenos del antiguo estadio- y por Kutxabank (originalmente BBK) en un 22%. El resto de accionistas son el Gobierno vasco, la Diputación Foral de Vizcaya y el Ayuntamiento de Bilbao. San Mames Barria tiene un capital social de 200 millones de euros. El estadio alberga instalaciones públicas como un polideportivo municipal, un módulo de atletismo subterráneo y un centro de medicina deportiva.
El club vasco, que asume los gastos de mantenimiento y reparaciones durante los 50 que dura el contrato, empezó pagando un alquiler de 500.000 euros al año, que se actualiza con el IPC, y la empresa mixta pierde cada año unos 3 millones debido a las amortizaciones. Este alquiler incluye la obligación de ceder el estadio o instalaciones del mismo a las instituciones públicas participantes en la sociedad mixta un número determinado de veces al año. Además, tiene una opción de compra sobre el estadio por 66 millones ejecutable dentro de 50 años.
La Comisión Europea abrió en 2013, tras una denuncia, una investigación por posibles ayudas de estado al Athletic Club, pero acabó archivándola al considerar que la participación de las administraciones en la construcción del estadio comportaba mejoras urbanísticas y de dotaciones deportivas públicas para la ciudad y que el canon fijado para el club puede considerarse "a valor de mercado".
Las obras del conocido como Nou Mestalla, en Benicalap, arrancaron en 2007 con la idea de que el nuevo estadio del Valencia CF fuera el salvavidas económico del club y pudiera funcionar como un gran recinto donde celebrar otros eventos además del fútbol. Se habló incluso de postularlo como sede de la final de la Champions League de 2011. Pero apenas año y medio después de iniciarse las obras, en febrero de 2009, se retiraron las grúas y 14 años después, la estructura de hormigón inacabada sigue dando la bienvenida a todo aquel que entra a la ciudad por la Pista de Ademuz.
Durante todo este periodo, los episodios de promesas incumplidas de finalizar el estadio han sido numerosos. Las esperanzas de que la historia acabara con final feliz resurgieron el pasado mes de enero con la cita que se produjo entre el club que preside Layhoon Chan y el Ayuntamiento en la que ambas partes acordaron que el club podría comercializar el terciario adyacente al nuevo estadio si previamente construye el polideportivo que se comprometió a levantar en el barrio de Benicalap. También podrían hacer lo propio con el terciario y las viviendas de la parcela del actual Mestalla cuando acabaran el nuevo recinto.
El pacto fue celebrado por los miembros del equipo de gobierno municipal, pero el convenio sigue bloqueado con acusaciones cruzadas sobre qué parte es la responsable de que no se avance.
Con este telón de fondo, en Ciudadanos no se fían y quieren poner sobre la mesa un plan alternativo que permitiera acabar estadio sí o sí sin depender de la voluntad de los propietarios del club de cumplir lo acordado.
