el tintero / OPINIÓN

Giovanni Sartori

Italiano, nacido en la ciudad de los Medici y fallecido en la ciudad eterna, más de nueve décadas impartiendo doctrina y prestigiando y consolidando la ciencia política. Filósofo, escritor, politólogo, sociólogo, humanista, entre los múltiples galardones y reconocimientos, varios doctorados honoris causa en Europa y América, recibió en 2005 el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales. Hoy se cumple un año de su muerte

4/04/2018 - 

VALÈNCIA. Sartori es sin duda uno de los padres del estudio de la política y la democracia, referente en el análisis de este sistema político sobre el que escribió libros como Democracia y definición (1957), ¿Qué es la democracia?, La democracia después del comunismo (1993) o La democracia en 30 lecciones (2008). Pensador y sociólogo y curioso hasta el último día, siempre mantuvo un discurso libre e inteligente, basado en la razón y el conocimiento y alejado de contentar al poder o a los gobernantes de turno, un alma libre.

Su actividad como docente, conferenciante, columnista, escritor e investigador nos deja una gran obra con multitud de escritos e ideas que sirven y servirán de referencia sino caemos en el error de eliminar las enseñanzas de personajes sabios como Sartori porque no nos gusten o no estén en línea con los dictados de la política en cada momento. Asunto éste, el de juzgar y valorar los hechos y la construcción de nuestra identidad con los ojos de un presente irreflexivo, que también criticó con brillantez el florentino. Cuando se taparon algunas de las esculturas del Vaticano ante la visita de un líder árabe dijo que era“reflejo de un mundo imbécil que hace solamente lo que encuentra útil y conveniente al momento. Uno tiene derecho a que se respeten sus principios y tradiciones.”

Teoría política

Sartori fue pionero en el estudio de la ciencia política y puso todo su empeño en dignificar y otorgar el valor que esta materia debía tener en el ámbito académico y científico. En consecuencia impulsó la creación de la Facultad de Ciencia Política en Italia y en 1971 fundó la Rivista Italiana di Scienzia Politica, además de impartir su magisterio en facultades tan prestigiosas como Standford, Columbia y por supuesto su Florencia natal. Estos hechos, a un servidor, como politólogo implicado en AVAPOL le sirven de motivación para trabajar desde el asociacionismo y junto a las universidades e instituciones, en el estudio y promoción de la ciencia política.  

En los últimos años y en diferentes entrevistas a medios de comunicación, la compleja situación que vive el mundo occidental se unió a su experiencia vital y su veteranía intelectual para dejarnos ideas claras, exentas de las lacras actuales del relativismo y la corrección política. Sobre la siempre compleja situación política italiana con un parlamento excesivamente fraccionado (como de nuevo ha sucedido en las recientes elecciones), Sartori manifestó que “las coaliciones son antidemocráticas, permiten entrar en el Parlamento a una treintena de partiditos minúsculos. El partido que obtiene más votos debe gobernar: ese es el principio de la democracia.” Afirmación esta que al menos cuestiona ese mantra de que no gana el que gana sino el que logra formar gobierno. 

Y cuando miramos a los protagonistas de la política, los políticos. ¿Cuántas veces pensamos que hay demasiados entes públicos o administraciones que se solapan y que sufragamos los contribuyentes? Pues aquí encontramos una descorazonadora pero contundente respuesta por parte del politólogo italiano: “Los gobernantes europeos son unos dementes. A lo que se dedican es a multiplicar los entes inútiles. He tratado de contabilizar cuántos de esos entes inútiles hay exactamente, pero son tantos que no he podido.”

Sociología

Como sociólogo Sartori supo diseccionar el comportamiento de las personas en el siglo XX y XXI. Frente al homo sapiens que inventa y aprende, el sociólogo hablaba del homo videns, pues como él mismo definía al modelo de hombre de la actualidad “es aquel que sólo entiende lo que ve con sus ojos; si algo no se puede ver, para él no existe. El homo videns ve encuentros deportivos, ve pornografía, ve los mensajitos que le mandan. Pero toda la civilización europea, todo el pensamiento liberal-democrático, no es visible con los ojos, es una construcción abstracta. Con el homo videns se tambalea todo el sistema que hemos creado.” Una vez más, no se andaba con paños calientes y medias tintas a la hora de definir cómo es el ciudadano medio occidental, especie que él considera que deriva en el homo cretinus, aunque no por mucho tiempo, pues llegaríamos a un colapso como sociedad.  

Inmigración

Y para completar este sencillo homenaje a la figura de este hombre sabio que fue Giovanni Sartori, recordaré algunas de sus declaraciones más polémicas, no por alejadas de la realidad o por criticar a ningún líder político, sino por atreverse a emitir una opinión crítica y realista sobre uno de los tabúes de nuestro tiempo: la inmigración. Término que se viste de elogios y adjetivos positivos sin dejar margen al análisis y la reflexión. En una entrevista concedida al diario El País en 2001 Sartori dijo: “La civilización occidental y el Islam actual son fundamentalmente incompatibles”

Quince años después, en pleno debate sobre las crisis migratorias, los problemas de la no-integración (muchas veces voluntaria) y las cuestiones sobre cómo la democracia es compatible con cualquier idea.Sartori no dudó en considerar que el extranjero puede vivir pero no votar en el país de destino, como él mismo explicaba que sucede en EE.UU. y preguntado en el diario El Mundo sobre si los inmigrantes musulmanes deberían votar en el país europeo que los reciba, sentenció: “si se les da el derecho al voto, en 40 años en Italia y muchos países europeos podría gobernar un partido musulmán que implantase la sharía, el Estado islámico.”

A un año de su muerte y con una obra prolija gracias a su longevidad y su capacidad intelectual, debemos recordar, conocer y estudiar a fondo el legado de este italiano ilustre, Giovanni Sartori, RIP. Personajes que dejan huella por su pasión y su dedicación, que además suelen mantener hasta el último aliento su interés y curiosidad por aprender y conocer, y deben servirnos de ejemplo para estar siempre despiertos, leer, estudiar, analizar y ver la realidad con una visión crítica y constructiva.