MADRID (EP). El pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS), presidido por el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y en el que participan los consejeros de Sanidad de las comunidades autónomas, va a aprobar esta tarde el documento 'Recomendaciones sobre Estrategias Comunitarias frente a la Fatiga Pandémica'.
El objetivo del trabajo, al que ha tenido acceso Europa Press, es mejorar la comunicación en salud y hacer frente a la denominada fatiga pandémica, fomentando la participación de la población y apoyando a las redes comunitarias, mejorando las acciones de comunicación en salud, y facilitando las medidas estructurales y recursos necesarios de protección social y de apoyo a la ciudadanía.
La fatiga pandémica se define como la desmotivación para seguir las conductas de protección recomendadas, que aparece de forma gradual en el tiempo y que está afectada por diversas emociones, experiencias y percepciones, así como por el contexto social, cultural, estructural y legislativo.
Actualmente, la situación de fatiga pandémica también se reconoce como un problema a abordar en España, como se evidencia en estudios como el estudio 'COSMO-Spain', o los estudios del CIS sobre Efectos y Consecuencias del Coronavirus. Estos estudios también muestran el impacto emocional en la población durante estos meses y a su vez, la tendencia descendente de algunos parámetros de percepción del riesgo.
En concreto, en el documento se propone involucrar a la población, entender las motivaciones y barreras de la población para seguir las medidas recomendadas y utilizar esta información para el rediseño conjunto de medidas y de estrategias de comunicación; y fomentar el apoyo a redes comunitarias dándoles difusión y visibilizándolas, con estrategias de formación y asignando recursos y herramientas que faciliten los procesos comunitarios.
También aboga por reforzar las medidas clave de prevención y de promoción de la salud, identificando los mensajes preventivos más importantes y explicar los porqués de forma pedagógica; utilizando mensajes "sencillos y coherentes" entre todas las administraciones; adaptando los mismos a distintos grupos de población y realizarlos de forma participada; usando nuevas formas de comunicar, participativas y creativas; dándoles un enfoque de reducción de daños; y realizando un refuerzo positivo.
Del mismo modo, propone facilitar las medidas estructurales y recursos necesarios de protección social y de apoyo a la ciudadanía. Para ello, aconseja analizar cómo afectan las medidas a distintos grupos poblacionales y situaciones y cómo puede fortalecerse el impacto positivo de las mismas y minimizarse el negativo, y adaptar las
medidas según este análisis.
En este sentido, el documento destaca la importancia de identificar líneas de acción prioritarias en base a las recomendaciones extraídas del documento 'Equidad en Salud y COVID-19. Análisis y propuestas para abordar la vulnerabilidad epidemiológica vinculada a las desigualdades sociales'; y facilitar el seguimiento de las medidas a través de acciones estructurales, y que exista coherencia entre el esfuerzo que se pide a la sociedad y las acciones que se ponen en marcha.