MADRID (EP). La presidenta de Unespa, Pilar González de Frutos, ha afirmado que el reto de futuro de la economía europea es "mejorar las tasas de ahorro de su población", así como desarrollar productos que respondan a sus necesidades. En concreto, la representante de la patronal de las aseguradoras se refiere a soluciones de prestación definida o productos 'defined ambition', "situados un poco a caballo entre la contribución y la prestación". Actualmente, el panorma asegurador está protagonizado por productos de contribución definida, es decir, en los que "el ahorrador sabe lo que pone, pero no sabe lo que recibirá".
El consumidor financiero tiende a pensar más en la pérdida que en el beneficio a la hora de contratar un producto, es decir, piensa más en no perder que en ganar, por lo que es "más proclive" a adquirir productos de prestación definida, según ha explicado González de Frutos durante su intervención en el VII Encuentro del Sector Seguros de IESE Business School.
La presidenta de la patronal aseguradora ha señalado que Europa tiene una "mano derecha" que necesita soluciones potentes que den certitud a los ahorradores a largo plazo y una "mano izquierda" que busca un mercado asegurador "sólido y solvente". En su opinión, estas dos "ambiciones" son "compatibles", siempre que se mejore el entorno de tratamiento de los compromisos a largo plazo o de los modelos de negocio basados en la garantía mínima de rentabilidad.
"Nuestro principal reto de futuro son las consecuencias de la longevidad sobre el nivel de bienestar colectivo con que nos hemos acostumbrado a vivir", ha apuntado. Para González de Frutos, existe actualmente un "reto de bienestar" y una de las salidas es, "de una forma más o menos coordinada desde la regulación", incrementar el "ahorro-previsión de los particulares".
Por otra parte, la presidenta de la patronal aseguradora ha puesto en valor el "diálogo" entre las partes que ha hecho posible la puesta en marcha de Solvencia II, así como la "buena decisión" que ha sido aplazar su entrada en vigor "varias veces".
"El tiempo nos ha dado la razón a las entidades aseguradoras cuando defendíamos la idea de que no solo el diseño, sino la propia implantación de Solvencia II, se tomase el tiempo necesario", ha señalado González de Frutos, cuyo mensaje "durante muchos años" fue que "era mejor hacer las cosas bien que hacerlas a gran velocidad" y que "no había que sacralizar las fechas previstas de entrada en vigor". Según ha explicado, la implantación de este proceso en una entidad que tuviera que hacerlo en su totalidad duraría tres o cuatro años, un plazo que tampoco se reduciría mucho en el caso de entidades "con parte del trabajo adelantado".
González de Frutos ha indicado que quedan dos procesos de implantación de Solvencia II, instalar la gestión basada en riesgos y cumplir las exigencias de la legislación, que son "complejos" y "simultáneos", lo que hace que una aseguradora, al implantarlos, "se vea sometida a una tensión de cambio muy acusada", lo que hace necesarios periodos transitorios y el desarrollo de guías "suficientemente flexibles". En cuanto al proceso de implantación de Solvencia II, González de Frutos considera que, aunque "es muy pronto", si se mantienen el "diálogo" y la "comunicación fluida" el capital regulatorio de solvencia (SCR) resultante será "más sólido y adaptado a las realidades del mercado asegurador europeo".