VALÈNCIA (EFE). La gran banca española -Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter y Unicaja- pagará más de 1.100 millones de euros este año por el nuevo impuesto al sector aprobado por el Gobierno y con el que pretende recaudar unos 3.000 millones en dos ejercicios.
Esa nueva tasa, que algunas entidades ya han anunciado que recurrirán y otras analizan la posibilidad de hacerlo, grava con un 4,8 % el margen de intereses y las comisiones netas del negocio bancario en España, lo que el Ejecutivo considera beneficios extraordinarios por la subida de los tipos.
La idea del Gobierno es usar el dinero que recaude con este nuevo impuesto para cubrir parte del coste de las medidas sociales impulsadas para ayudar a las familias más vulnerables.
Aunque los bancos han cargado públicamente contra los efectos negativos que podría tener sobre la concesión de crédito, por el momento no les quedará otra que pagarlo y cargarlo en las cuentas del primer trimestre de este año, una vez aprobado.
Por su tamaño en España, CaixaBank asumirá la mayor factura de la banca en el pago de este impuesto, unos 400 millones de euros solo este año, según han avanzado esta misma mañana.
A continuación están el Banco Santander y el BBVA con una cuantía muy similar. La presidenta del primero, Ana Botín, calculó que el impuesto les costará este año entre 220 y 230 millones, mientras que el consejero delegado del BBVA, Onur Genç, lo cifra en 225 millones.
En el caso del Sabadell, el gravamen extraordinario hará que el banco pague unos 170 millones este año, tal y como explicó en rueda de prensa el consejero delegado, César González-Bueno, por encima de la horquilla de entre 80 y 100 millones que estima Bankinter.
En el caso de Unicaja Banco, la entidad no ha afinado las cifras, pero teniendo en cuenta los datos presentados, el pago no superaría los 85 millones. Es más, atendiendo únicamente al negocio bancario ese dato podría ser inferior.