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el catedrático señala la necesidad de dar protagonismo a los afectados por la dana

Rodríguez-Pose: "Con grandes proyectos para la reconstrucción hay grandes posibilidades para la corrupción"

19/12/2024 - 

VALÈNCIA. "Con grandes proyectos para la reconstrucción hay grandes posibilidades para la corrupción". Así lo apuntaba Andrés Rodríguez-Pose, catedrático Princesa de Asturias en The London School of Economics and Political Science (LSE) y director del Centro Cañada Blanch, en la jornada #ReviveValencia, organizada este miércoles por Atlas Tecnológico en Fundación Adeit. 

Rodríguez-Pose analizó casos como el terremoto de L’Aquila (2009) y la recuperación en Umbria-Marche (1997), destacando que las estrategias de reconstrucción deben basarse en la participación de los afectados para evitar errores del pasado. "Valencia debe adoptar un enfoque inclusivo, transparente y arraigado a su realidad local para emerger como una región más resiliente y sostenible", afirmaba el académico, quien recordaba los problemas dados tras el terremoto de en L' Aquila. 

Rodríguez-Pose comenzó señalando que el momento más difícil tras una catástrofe no es el impacto inicial, sino la fase de recuperación. "Cuando los focos desaparecen y los problemas del día un siguen presentes, es cuando realmente comienza el desafío". Al analizar el caso de L’Aquila, el académico explicó cómo la respuesta del gobierno liderado por Silvio Berlusconi, aunque rápida en apariencia, no logró cumplir las expectativas de los afectados al no contar con sus necesidades y preferencias.

El 9 de abril de 2009, un terremoto de baja intensidad pero de gran impacto dejó a L’Aquila en ruinas, con 309 muertos y una destrucción masiva del tejido productivo y social. La respuesta inmediata fue construir viviendas antisísmicas en tiempo récord, pero se hicieron a varios kilómetros del centro de la ciudad, que permaneció cerrado durante años. "La población no fue consultada, y las decisiones se tomaron desde arriba, ignorando las necesidades reales”, recordaba. 

Rodríguez-Pose enfatizó cómo la falta de participación ciudadana y la corrupción afectaron gravemente a la recuperación. "Muchos de los fondos se perdieron en comisiones y proyectos innecesarios. La administración no preguntó al héroe —la población afectada— qué necesitaba para luchar contra el dragón. Quince años después, aunque L’Aquila ha recuperado parte de su actividad, sigue lejos de los niveles económicos y sociales previos al terremoto".

"Cuando presentamos el plan de la OCDE 4 años después, vimos que gente no había tenía voz en todo el proceso y todo el dinero usado se perdió en comisiones, corrupción, en distintas actividades y llegó muy poco", recuerda. Rodríguez-Pose, quien realizó entrevistas a 72 perfiles políticos, vio cómo todos adoptaban la versión de que habían puesto toda la carne en el asador. "Muchos de los que entrevisté acabaron en la cárcel", señalaba. 

En contraste, presentó el caso de Umbria-Marche, que enfrentó un terremoto en 1997 con un enfoque completamente distinto. "Aquí, la reconstrucción fue de abajo hacia arriba. Se otorgaron recursos directamente a empresarios y propietarios para que buscaran soluciones adaptadas a sus necesidades. En dos años, la población había vuelto a sus hogares y la actividad económica no solo se había recuperado, sino que superaba los niveles previos al desastre. La clave fue la coordinación entre autoridades y sociedad civil, con un enfoque simple, directo y transparente", señala. 

Recomendaciones para València

Refiriéndose a la situación actual en Valencia tras la riada provocada por la Dana, Rodríguez-Pose instó a evitar los errores de L’Aquila y adoptar un enfoque basado en el diálogo y la participación ciudadana. "Valencia ha sufrido una terrible desgracia que podría haber sido evitable, pero ahora tiene la oportunidad de reconstruirse como una región más resiliente, sostenible y preparada para el futuro", apuntaba. 

El catedrático subrayó la importancia de desarrollar una estrategia integrada y arraigada a las realidades locales. En primer lugar, diálogo y participación pública. "Si no se involucra a los mayores afectados en las decisiones, no se conseguirán soluciones efectivas. La deliberación pública debe ser un componente central de cualquier estrategia de desarrollo regional", señala. 

Por otro lado, generar confianza. "Es esencial fortalecer la relación entre las administraciones y los ciudadanos. Una mayor confianza aumenta la responsabilidad en la formulación de políticas y mejora la capacidad de implementación", insistía. En tercer lugar, coordinación entre administraciones. "La falta de coordinación entre administraciones locales, regionales y nacionales puede entorpecer gravemente el progreso. Es fundamental remar en la misma dirección y evitar que los intereses individuales prevalezcan sobre los colectivos", destacaba.

Por último, evitar la idealización de mejores prácticas. "Cada región tiene características únicas. No se trata de copiar lo que ha funcionado en otros lugares, sino de adaptar las soluciones a las necesidades locales", apuntaba.

Rodríguez-Pose concluyó su intervención con un llamado a reconstruir sobre las bases existentes, fomentando un desarrollo sostenible y preparado para futuras adversidades. "Valencia debe emerger de las aguas y el barro como una región mejor preparada para lo que venga. Pero esto solo será posible si todos los actores -administraciones, sociedad civil y sector privado- trabajan de forma coordinada", señalaba.

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